CAPÍTULO 4

207 26 0
                                    


HYEMI

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

HYEMI

Algo no iba bien, podía sentirle dentro de mi corazón. Por mucho que Ryan me demostrara con gentos y palabras bellas lo que me amaba yo cada vez lo dudaba más.

Quizás, aunque lo perdoné la desconfianza ha aflorado en nuestra relación y, aunque lo intente, no podré olvidarlo. Después de toda una noche esperando una llamada o mensaje suyo, me quedé dormida rodeada de pañuelos con los que sequé las lágrimas.

Cuando me desperté, no encontré a Ryan y lo que es peor, tampoco su maleta.

Sus armarios estaban parcialmente vacíos, como si se hubiera ido unos días e incluso semanas. Me levanté tambaleándome de un lado para otro, haciendo que mis lágrimas cayesen de nuevo como en la noche. En la mesilla de noche, había una carta con la letra que tanto conocía:

Disculpa a este idiota mi bella reina, pero he tenido que pasar toda la noche con un asunto de extrema urgencia. Lo peor de todo es que he tenido que salir del país porque una de las empresas que están trabajando para nosotros ha sufrido un sabotaje grave y muchos de los trabajadores han sido heridos. Debo de ir para averiguar qué ha pasado e infundir un poco de calma en el lugar. Lo que me hubiera gustado poder llevarte conmigo...pero pronto iré a Busan para verte y conocer por fin a tu familia. Te amo más que a nada en este mundo y te llamaré en cuanto tenga la menor ocasión, siempre tuyo.

Ryan Carter

Ya no sabía si creerle, no sabía si todo era una patraña o si era cierto. Tenía tanto dolor mezclado por una incertidumbre muy pesada. Necesitaba alejarme de Nueva York y no solo por mi hermana sino por mí. Necesitaba la soledad para poder pensar en si seguir con Ryan o no porque no podía seguir viviendo en una burbuja donde parecía que todo estaba bien pero que realmente no era así.

Me quedaban tan solo dos días para viajar sola a Busan. Tomaría un vuelo por la mañana bien temprano y llegaría en fin de semana. No quería contarle nada a Sun porque quería conocerla y comenzar con ella con buen pie y no comentándole mis problemas matrimoniales. Bastantes años se me privó de tener una hermana porque siempre he sido criada cono hija única y eso era algo que me disgustaba profundamente.

Decidí comenzar con los preparativos del viaje para mantener la cabeza ocupada y dejar de pensar en Ryan; necesitaba unas vacaciones y las necesitaba ya.

Hoy programé el día como cuando era una mujer soltera y vivía sola. Decidí comer en mi restaurante favorito, irme de tiendas para estrenar ropa en Busan y por supuesto, desayunar fuera de casa.

Me fui al cuarto de baño para arreglar el estropicio de mi rostro por estar toda la noche llorando por el gran CEO que todos admiran pero que no es capaz de complacer a su esposa. Me causaba gracia que él que era tan famoso entre las mujeres ahora apenas me tocaba y me hacía gozar como cuando éramos novios.

Al menos la mañana iba a acompañarla de un café, un buen trozo de tarta y una conversación con mi gran amigo de la infancia. Para mí, Jake era el amigo perfecto y el mejor hombro sobre el que llorar cuando la pena te azota sin compasión. Él nunca cuestionó mi relación con Ryan pero sabía perfectamente que le desagradaba.

Caminé dando un paseo mientras que me tropezaba a gente que iba a sus respectivos trabajos. Era bien temprano y yo ya estaba libre de la carga de la empresa por unas semanas; al menos esa era la ventaja de estar casada con Ryan, cuando él decía que se encargaba de todo era totalmente cierto.

Me vestí con mi mejor vestido negro sobrio y unos tacones altos. Me maquillé y puse mis labios de color rojo pasión, aunque por dentro estaba fría como una bolsa de guisantes congelados; al menos me vería guapa ya que recibir piropos era un golpe a los celos de Ryan y una subida a mi ego que últimamente andaba muy bajo.

La campanilla de la cafetería sonó en cuanto entré y el olor a café recién hecho me dio una cálida bienvenida. La voz amable de Jake podía escucharse en el comedor y en cuanto me vió terminó de tomar nota rápidamente para ir a saludarme como siempre:

-¡Qué sorpresa Hyemi!, pensaba que estarías demasiado ocupada para saludar a un buen amigo antes de irte a Busan.

-Sabes perfectamente que siempre tengo tiempo para ti, pequeño tonto-Le dije sonriéndole mientras nos dábamos un cariñoso abrazo. La madre de Jake salió de la cocina con una bandeja de galletas y una sonrisa aún más enorme que la de Jake.

- ¡Pero si es mi preciosa niña!¡Y justo a tiempo que hice vuestras galletas favoritas!

Petra era el ser más encantador del mundo y la persona que hacía avergonzar a Jake con sus continuas atenciones delante de cualquier tipo de público. Las galletas humeantes que tenía en la bandeja eran las que ella horneaba cuando Jake y yo salíamos juntos del colegio e íbamos a su casa a comer. Siempre las teníamos de postre junto con un vaso de leche caliente.

Esos recuerdos eran realmente maravillosos y me preguntaba qué había sido de mi vida si hubiera seguido con Jake en vez de comenzar a salir con Ryan. Tendría una vida mucho más fácil y tranquila sin tener que preocuparme de la falta de cariño u atención de una persona que solo vivía para el trabajo. Jake era tierno, atento y encantador; era extraño que siguiera soltero porque saltaba a la vista que tenía cualidades de sobra para estar hasta casado.

Pero cada vez que abordaba el tema él siempre ponía de excusa que aún no le interesaba nadie, pero algo me decía que no era la verdadera razón. Nuestra relación acabó hace unos cuantos años y la razón era porque yo iba a estudiar en la universidad y él iba a quedarse en Nueva York. Nuestros mundos se separarían y serían muy diferentes y como no quería perderle como amigo decidimos dejarlo para conservar esa parte tan maravillosa de nuestras vidas.

Y hasta ahora, después de unos siete años, nuestra amistad está mejor que nunca pero no puedo evitar pensar qué hubiera pasado si Jake hubiera sido mi marido en vez de Ryan. Aunque él no lo admitía, él me miraba de una forma especialmente cariñosa, no sé si sigue sintiendo cosas por mí, pero lo que era seguro que a mí me trataba de forma distinta a otras mujeres que se le acercan. Yo he sido testigo de chicas que le deslizaron un papel con su número de teléfono en el bolsillo y él tirarlo cuando ella no miraba y no sabía que yo andaba por allí.

Pero no quería liar más mi cerebro colapsado por mis propios problemas personales y menos con Jake, que era el único capaz de hacerme sentir mejor.

Y sin pedírselo, él trajo un pequeño buffet de desayuno sentándose a mi lado con su habitual sonrisa que tanto me reconfortaba.

Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora