CAPÍTULO 11

157 24 11
                                    


HYEMI

Mi hermana me dejó en la puerta de la casa donde vivía mi madre y mi abuela. Ambas me esperaban con una enorme sonrisa en sus rostros y una tarta en sus manos.

Sun me dijo que pronto volvería, que iba a comer algo rápido y a cerciorarse que su prometido estuviera preparado para la reunión familiar. Según ella, su querido Drogo era bastante despistado y nunca se acordaba de los eventos especiales excepto los aniversarios y cumpleaños.

Me daba envidia ver como ella hablaba con tal devoción de su prometido, lo que me hacía pensar en Ryan y en su ausencia injustificada. Él siempre me contaba sus cosas, pero en estos últimos meses lo encontraba distante y se iba antes del trabajo. La fama de mujeriego que se forjó en el pasado no ayudaba demasiado y menos al saber que yo era la primera pareja estable de él.

Intenté que no se me notase la preocupación que llevaba encima. No paraba de mirar una y otra vez el teléfono, pero no había respuesta. Mi madre fue la primera en abrazarme y yo le correspondí sintiéndome muy querida. Era la primera vez que nos veíamos para hablar porque hacía unos meses después fue una breve presentación porque un viaje de negocios me permitió acercarme a Busan durante unos días.

A pesar de hablar en público sin problema, en ese momento no sabía qué decir. Mis padres adoptivos no es que fueran demasiado cariñosos en cuanto a los abrazos y los besos, por lo que me pilló por sorpresa una actitud así. Mi abuela me dijo con gran alegría:

- ¡Y ya está aquí la niña que faltaba!¡Vamos encanto, que tienes que probar la tarta de chocolate de la abuela Lele!

-Oh tiene una pinta excelente pero no puedo comer demasiado.

Mi abuela pareció molestarse, diciéndome con el dedo en alta:

-Tienes que comer, estás en los huesos cariño. Un día es un día querida, vamos para casa que voy a servir el chocolate caliente para acompañar el postre-Dijo animadamente sin dejar de sonreír.

Las tres entramos en casa y dejé la chaqueta en el perchero. Un aroma a chocolate se extendía por toda la casa, haciendo que se viera más hogareña. Me encantaba la decoración de esa casa, sencilla, pero con gusto siendo totalmente funcional.


Mi madre me tomó del brazo y me arrastró hasta la cocina. Estaba tan distraída que apenas podía escuchar a mi madre hablándome y de eso se dio cuenta en seguida:

-Cariño, te veo distraída, ¿Te ocurre algo o es porque te sientes incómoda?

Negué con la cabeza sonriéndole para que dejara de pensar que algo me pasaba, no quería hablar de mis problemas con Ryan y menos que ahora estaba con mi familia después de tantos años.

Mi abuela sirvió el chocolate y colocó la tarta en medio de la mesa. Mi abuela y mi madre se sentaron en frente de mí, cortando varios trozos de tarta:

-Espero que te guste el chocolate-Me dijo mi madre.

-Es mi sabor favorito.

Mi abuela comenzó a reír y dijo con tono cordial:

-Oh vaya veo que te viene de familia, aquí todos somos fanáticos del dulce, sobretodo del chocolate. Y no te preocupes por tu hermana, pronto estará aquí así que le guardaremos tarta.

Miré a mi madre que tenía aspecto de comenzar a preguntarme cosas como era lo normal. Pero podía sentir que se preguntaba acerca de mi estado un poco decaído, al final de cuentas ella era mi madre y esa sensibilidad era normal.

Las madres saben bien cuando algo no va bien, es un instinto universal, pero esperaba que no quisiera ahondar demasiado en el tema. Mi abuela fue a primera en preguntarme acerca de mi vida:

-Por lo que tengo entendido te casaste con tu socio de la empresa, eso es lo que yo llamo coger el premio gordo-Dijo bromeando. Intenté reírme, pero me salió demasiado falso, cualquiera se daría cuenta que estaba fingiendo.

El rostro de mi madre era afligido, más que antes.me había expuesto, pero era mucho tiempo intentando pensar que todo andaba bien.

La casa me estaba asfixiando por lo que me disculpé para salir e intentar volver a llamar a Ryan. No tenía mucha esperanza así que esperé con una gran angustia.

Al tercer tono, la voz de Ryan se escuchó por la otra línea

- ¿Hyemi? -Preguntó con cierto temor. Parecía ser que le arruiné la cita...

Controlé mis nervios porque no quería estresarme y menos cuando estaba en casa de mi familia. Era un momento feliz para mi hermana y para todos nosotros y no iba a estropearlo porque mi marido no sabía dejar su "cosita" dentro del pantalón. Estaba harta, harta de los meses que había pasado preocupada de si era mi culpa todo lo que sucedía, pero esa distancia fue él el que la impuso. Respiré hondo y le dije con calma:

-Ryan, no sé con quién estás porque de seguro tienes una lista interminable de amantes, pero yo no estoy dispuesta a perdonarte. No hice caso a la fama que te gastabas en el pasado y te di una oportunidad, pero estos meses has estado muy distante de mí y ahora te vas sin decirme nada, te llamo y no me lo coges, ¡Esto...esto es demasiado!

-Escúchame cariño...no es lo que crees. Tengo una explicación para todo esto...

- ¡No me interesa! -Le interrumpí-Estoy harta de esperar aquello que no viene así que ya eres libre Ryan Carter, ya puedes hacer lo que estás haciendo sin sentirte culpable-Le dije mientras las lágrimas resbalaban por mis mejillas, pero mi voz seguía siendo firme. No iba a concederle el gusto de que supiera que estaba mal por su culpa.

- ¡Hyemi no cuelgues!¡Tengo mis razones!¡No estoy con otra que no seas tú!¡Te dije que ese tipo de vida vacía se acabó en cuanto te conocí y aun lo mantengo!

Estaba a punto de colgar porque mi cuerpo no podía más. Estaba luchando durante todo el día para sonreír, para evitar que todos se preocupasen por mí y ahora sucedía esto. Y luego estaba el tema de la empresa, que debía venderse si Ryan y yo nos separábamos o al menos si la manteníamos juntos llevarnos como colegas de trabajo.

Y eso a mi parecer era imposible.

- ¿Cariño, estás ahí? -Me preguntó Ryan. El silencio se hizo más largo de lo que pretendía y temía que él me dijera las verdaderas razones por las que estuvo así durante varios meses. Tomé aire y le dije cortante que era la última oportunidad que tendría para explicarse y que, si no me convencía su explicación, en tres días le mandaría los papeles del divorcio.

Ryan se veía nervioso e incluso tartamudeaba. El gran CEO estaba tan aterrado que parecía más un niño que un adulto con una gran empresa en sus manos. Después de intentar decir una palabra coherente, suspiró y comenzó a decirme con cautela:

-He...he tenido un problema familiar grave cariño y no he querido involucrarte porque es...demasiado duro que veas esto. Yo...yo confío en ti cielo, pero...no quiero que veas el sufrimiento que estamos pasando la familia y que estoy pasando yo. Por eso te quise alejar el mayor tiempo posible, pero...si va a costarme mi matrimonio es hora que lo diga.

-Ryan...me estás asustando, ¿Qué demonios pasa?

-Mi hermana Jenny se está muriendo.

Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora