CAPÍTULO 35

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SUN

La noticia de mi hermana nos dejó a todos rotos; no podía imaginar cómo podía sentirse tras una traición como esa. Podía ver su tristeza a través de sus tristes ojos y en la apatía que la rodeaba desde que puso un pie en casa.

Desde luego, mi madre y ella compartían una pena similar.

Y ahora venía la siguiente parte acordada; el contarle a mi hermana sobre nuestro linaje. El problema era si podría aceptarlo o no y si nos tomaría a todos por unos locos haciendo que ella se marchase corriendo diciendo que no quería saber nada de ninguna de nosotras. Las posibilidades eran muchas y la inestabilidad de Hyemi no ayudaba en absoluto.

Mi abuela llevaba las varitas en esa caja, lo sabía bien porque antes la había visto sacarlas de ahí. La mía la llevaba guardada en la parte trasera de mi pantalón, bien escondida gracias a la camiseta que llevaba que me llegaba a la altura del trasero.

Mi hermana no tenía idea de las razones reales por las que salíamos en plena noche tras una cena de desvelaciones. Quizás pensaba que habíamos salido para airear su cabeza enmarañada y así poder sentirse mejor; casi me sentía culpable al ocultarle algo como eso, pero era por su bien.

Si le hubiera dicho que íbamos al bosque para hacer magia, no se hubiera creído una sola de nuestras palabras.Y si queríamos que ella no sufriera daños ni ningún shock que pudiera afectar a su salud o cordura, lo mejor era ir poco a poco.

Era de noche, pero aún podía verse una cierta claridad en el cielo. Era primavera, pero lentamente iba comenzando el otoño en breve y eso se notaba en los pétalos que comenzaban a caer. Dentro de no mucho llegaría el día en el que todos los cerezos quedarían desprovistos de sus hermosas flores y era ese día uno para celebrar con la familia bajo el árbol.

Este año si las cosas salían bien podríamos hacerlo todos juntos. Drogo no comería nada de lo que pondríamos en la mesa al igual que Peter o Nicolae pero su compañía bastaba y sobraba. El problema era si Hyemi podría soportar esa noticia.

No sabía si era recíproco pero lo que era cierto es que Peter le tenía un cariño especial. Cuando hablé con Drogo para contarle que ya estaba en Busan, Peter me mandó un recado para mi hermana:

"Cuídala como si yo estuviera allí. Por favor, volved a salvo"

Para una persona tímida como él era un gran paso mostrar sus sentimientos de aquella forma. Y no es que Peter no los tuviera, de hecho, tenía más sentimientos que cualquier humano que hubiera conocido, solamente que era alguien que no había tenido suerte en el amor y que la soledad siempre lo había acompañado.

El camino parecía alargarse demasiado y no sabía exactamente dónde nos llevaba mi abuela. Temía que nos perdiésemos, pero ella parecía saber exactamente dónde ir.

-Abuela, ¿No nos estamos alejando demasiado para dar un paseo nocturno? -Preguntó mi hermana. Estaba de acuerdo con ella, pero conociéndola, mi abuela Lele no hacía nada al azar; todo lo que hacía tenía una razón de peso.

Ella amainó un poco el paso hasta quedar a nuestra altura. Su sonrisa podía verse brillar bajo la luz de las farolas que habíamos instalado en los alrededores de la casa.

-Digamos que he pensado enseñarte algo relacionado con nuestra familia, a fin de cuentas, eres de los nuestros, tienes la mitad de nuestra sangre.

Mi hermana parecía satisfecha pero un poco sorprendida, quizás por la intriga del no saber qué era tan importante que no podía esperar a la mañana. Cuando vi a mi abuela coger su gabardina y la caja, estaba claro que íbamos a un lugar sagrado, un lugar que ella solamente conocía y que, por muchas oportunidades que tuve, ella no me llevó por la sencilla razón de que quería que mi hermana estuviera presente.

Porque era lo justo, porque aquel lugar nos pertenecía a ambas por igual, aunque no éramos hijas del mismo padre.

-Lo que voy a enseñaros es algo especial, es el lugar donde tengo todas mis hierbas medicinales. Un buen día cuando vuestra madre era pequeña, salí a recoger moras ya que una amiga de la ciudad me dijo que ella había encontrado varios matorrales en una zona cercana a mi casa. Me aventuré a buscar yo misma ese tesoro y di con un lugar realmente encantador. A simple vista parece un simple claro, un lugar donde apenas hay árboles, pero si te fijas bien hay algo, algo que lo hace especial.

Tras unos minutos, ella se paró en seco y entonces comprendí que habíamos llegado. Al mirar al suelo, pude ver que había algo diferente tal y como decía mi abuela. La hierba era de un color más oscuro que el resto de las zonas por donde habíamos pasado y una especie de invernadero no muy lejos de allí me llamó la atención.

-Os presento mi pequeño santuario, donde paso muchas horas. Este lugar si os dais cuenta es diferente, el terreno es diferente porque es una zona excepcionalmente fértil que da los mejores frutos. Pensé que era el mejor lugar para cultivar mis plantas medicinales; una de ellas ya la conocéis porque es la que usé en la infusión que le hice a vuestra madre.

-Oh, ¿Cómo olvidarlo? -Dijo mi hermana.

- ¿Te han dicho que eres la reina del sarcasmo?

Aquella pregunta pareció molestarle, quizás porque no acostumbraba que nadie le dijera las cosas de esa forma tan directa. Ese era el problema de ser jefa de un imperio durante mucho tiempo, que pierdes la paciencia en cuestión de escuchar críticas demasiado personales que no tienen que ver con el trabajo.

Hyemi se alejó un poco de nosotras mirando todo a nuestro alrededor. Yo aproveché para saber un poco más de aquel lugar a mi abuela:

-Entonces dentro de ese invernadero, ¿Están las plantas?

Mi abuela asintió sonriendo. Pude ver el amor que le tenía a aquel lugar; desde luego era un sitio impresionante y se notaba el trabajo y el empeño que ella le había puesto. Dada su edad era de admirar. Como si ella me leyera la mente me dijo en voz alta:

-La magia siempre ayuda a los huesos viejos; nunca lo olvides cariño.

-No lo olvidaré abuela.

Mientras que seguíamos de cerca de mi hermana para que no se perdiera, ella le preguntó acerca de esa planta que había usado contra nuestra madre. Ella parecía satisfecha de nuestra curiosidad:

-Se llama "rábano de la risa", sus hojas se usan para tratar enfermedades que tienen que ver con la depresión, sobretodo estados mentales muy negativos que pueden llevar a enfermedades mucho peores como psicosis. Es una planta que hemos usado durante mucho tiempo en la familia y sé perfectamente que su nombre es muy ridículo.

Ambas estábamos riéndonos a carcajadas mientras que escuchábamos a nuestra abuela Lele. Teníamos mucho que aprender y esperaba que el tiempo fuera permisivo con ello. No quería perderla antes de saber todo acerca de mis antepasados sobretodo porque eso me permitía estar más cerca de ella.

Cuando ella se detuvo frente a la puerta del invernadero, se giró hacia nosotras con un rostro realmente serio. Era el momento y lo sabía, podía verlo y sentirlo. Podía notar el hormigueo en las puntas de mis dedos y la energía poco a poco encrespando mi cabello.

Una bomba estaba a punto de caer sobre mi hermana, solo esperaba que fuera capaz de soportarlo.

-Y ahora viene la parte más importante de este paseo, viene la parte en la que sabes el secreto más importante de esta familia. Es algo que te concierne querida, algo tan grande e inmenso que ni yo misma a mis 85 años he sido capaz de medir u entender del todo. Es como un universo bajo nuestra piel, bajo nuestro mismo ser, un poder capaz de equilibrar la balanza del mundo y ambas estáis destinadas a ello porque sois las únicas que podéis hacerlo.

-Abuela...no...no te entiendo, no sé qué estás intentando decirme, pero creo que me estás dando miedo-Dijo Hyemi dando varios pasos hacia atrás. Mi abuela soltó la caja que llevaba, abriéndose de golpe mostrando la varita que quedaba en su interior. Mi hermana la miró sin saber qué decir.

Ella dio varios pasos hacia mi hermana quedando a una cierta distancia. Alzó la mano haciendo que la varita levitase frente a mi hermana la cual parecía estar al borde del desmayo. Mi abuela siguió hablando:

- A partir de ahora, tú eres Hyemi Malum Ji, hija del clan Aliento de Dragón, portadora de nuestra sabiduría y nuestra esperanza. Eres tú la que portará la siguiente marca y la que, a partir de ahora, mirará al mal a los ojos. Acepta tu linaje porque ahora yo te dejo mi testigo a ti, mi querida nieta.

Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora