CAPÍTULO 26

110 25 6
                                    

Maratón dia 1

HYEMI

Los ánimos de Sun me hicieron ver las cosas con una perspectiva no tan sombría. Era cierto que si Ryan tenía otra mujer iba a destrozarme la vida, pero si no lo descubría jamás, la caída sería más dolorosa.

Si formaba una familia basada en una mentira, mi vida sería un auténtico caos. Todo el mundo siempre me decía que lo mejor que había en mi vida era la estabilidad, el tener a alguien con quien compartirlo todo, desde los sueños hasta un techo.

El que yo tuviera a Ryan como socio del mismo negocio provocaba envidias en las pocas amistades que tenía, pero la gran realidad no era tan bonita como pintaba. Eran muchas responsabilidades, mucha presión, pero sobretodo, muchas envidias e inseguridades. Las mujeres revoloteaban alrededor de mi marido como miel que atrae a las abejas, y dado el historial de amantes de él en el pasado, siempre andaba con una espina de celos en el corazón.

Mi madre Nadine cuando hablaba conmigo me preguntaba acerca de cómo llevaba el asunto, pero la respuesta siempre era la misma: "Otra dura semana madre y es peor cuando se queda hasta tarde en la oficina".

Ella lo comprendía y aunque no era la madre más cariñosa en cuanto a abrazos, lo suplía gracias a sus sabias palabras. Sus consejos siempre me ayudaron en cada momento difícil de mi vida y me hicieron ver la luz cuando la oscuridad era lo único que me rodeaba.

Su recomendación era dejarle, hacer mi vida sola hasta encontrar a la persona indicada. Mi madre siempre vio en Ryan algo que yo no lograba ver, un aura extraña que a ella le desagradaba profundamente. Cuando le preguntaba las razones, ella me dijo que tenía la sensación que ese hombre ocultaba algo. Mi madre no era de equivocarse con las personas, pero el amor quizás me tenía demasiado ciega para ver los indicios que ella veía con claridad.

Mi padre era de los que se mantenía neutro porque odiaba las discusiones, solamente le interesaba que fuera feliz. Mi madre era más exigente en cuanto a mis parejas y nunca elegí a uno lo suficientemente bueno para ella.

Todos tenían algo incompatible conmigo, como si ella sintiera que no estaba hecho para mí con solamente mediar dos palabras y mirar sus gestos. Con solamente una cena familiar, ella verificaba el tipo de hombre que era y me daba su opinión en cuando él se marchaba de casa. Y con Ryan pasó lo mismo que con los anteriores; en cuanto se fue, mi madre negó con la cabeza con gran severidad.

Estaba segura que, si lo dejaba, ella sería la primera en alegrarse y sentirse aliviada. Desde luego, ella sería la primera en enterarse, por lo que la llamada era algo que tenía pendiente en cuanto supiera lo que me ocultaba Ryan.

Ya estaba en el avión, con un libro entre mis manos y los auriculares en mis oídos. Sonaba la canción "moonlight shadow" de Mike Olfield mientras que mis ojos se deslizaban entre las páginas de mi libro nuevo. Aquel momento de paz acompañado por una tónica con hielo y limón me daba ánimos, además de que las palabras de Sun me acompañaban en todo momento.

Tenía unas cuantas horas por delante para aprovechar, así que, tras dos capítulos, cerré el libro y me dispuse a dormir. El teléfono lo tenía en modo avión así que tenía la gran suerte que, si Ryan me decía algo, no iba a poder leerlo para mi mayor tranquilidad.

Y tras mucho pensar antes de caer en el sueño, decidí no encenderlo hasta llegar al hospital.

El tiempo en las tierras de los sueños transcurre muy rápido, tan rápido que puedes pasarte una vida dentro de ellos y ni te das cuenta. Todo parece menos serio y complicado subida en esa nube etérea en la que estás subido y temes despertar estrellándote contra el suelo de la realidad.

Y mi realidad llegó de golpe cuando las azafatas comenzaron a dar el aviso de que ya estábamos llegando a Georgia. Me estiré en mi asiento y suspiré mirando por la ventana. El Mar Negro se extendía bajo nuestros pies además de las enormes zonas montañosas cubiertas de cientos de kilómetros de bosques. La ciudad era colorida, pudiendo verse una clara fusión entre el ser humano y la naturaleza en un completo equilibrio.

El río Rioni, considerado el río más largo del Oeste del país, desaguaba en el Mar Negro tras atravesar los llanos de Georgia. En otras circunstancias, la estancia en esta bella ciudad me hubiera llenado de alegría e incluso hubiera hecho muchos planes y excursiones al aire libre, pero la belleza que irradiaba quedaba enmascarada por mi pesar.

Tras aterrizar, me aseguré que todo lo tenía en su lugar antes de poner un pie fuera. Una vez todo en orden, salí al exterior con un tremendo dolor en las sienes y tras el cuello.

La tensión comenzaba a afectarme físicamente por lo que la necesidad de poder desprenderme de lo que me atormentaba, iba aumentando con el paso de las horas.

Mientras que iba de viaje a Busan para conocer al resto de mi familia biológica, leí varios artículos sobre la ciudad y uno de los lugares que deseaba visitar eran los baños. Necesitaba sumergirme en esas aguas termales para poder sentirme en paz conmigo misma y el universo. Y no descartaba meterme a clases de yoga o algo que me ayudase en el proceso.

Agradecía ser previsora y tomé una habitación de hotel cerca del hospital St Francis. Al ser un día de semana, las reservas estaban bajo mínimos así que no tuve problema y tomé una suite estándar de una sola cama pero que fuera de matrimonio. Ya que iba a doler, prefería tener un lugar cómodo donde llorar.

El servicio de taxis era realmente eficiente y en menos de diez minutos ya andaba de camino a mi hotel. Lo mejor de todo era que el conductor era silencioso y eso era justo lo que necesitaba.

Tardé unos quince minutos en llegar a la puerta del hotel desde el aeropuerto y ya el botones me esperaba en la puerta para ayudarme con el equipaje. Mi habitación estaba en la segunda planta y este hotel tenía unas diez plantas; todo un edificio.

Aún seguía sin comer y aunque el botones antes de marcharse me sugirió pedir algo, le dije amablemente que pronto les llamaría por teléfono. Era por la tarde así que quedaban unas horas para la cena. Tenía que ser rápida porque cuanto antes solucionara esto, antes podía pensar la estrategia a seguir.

Desempaqueté la ropa que tenía dejándola en el pequeño armario del dormitorio. Me llevé unos 3 libros de lectura además de mi mp3 y unas cuantas revistas con pasatiempos para ir matando el tiempo. En el trayecto del vuelo, terminé dos sudokus.

Me cambié de ropa porque los nervios me hicieron sudar y decidí ducharme por la noche antes de dormir.

Cuando por fin pude sentirme más cómoda, una voz en el pasillo me hizo volcar el corazón.

Corrí hasta la puerta para verificar que lo que estaba escuchando no era fruto de mi mente, pero esa voz era completamente inconfundible. Ryan estaba en el pasillo hablando por teléfono y su habitación estaba justo en frente de la mía.

Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora