-Tengo hambre- dije tirándome sobre Sun y enseguida pude escuchar sus quejido de molestia.
-¡Yah!, bájate de encima ya te he dicho que no soy tu sillón- obedecí mientras me reía de sus muecas- Si tienes hambre ve a la cafetería y de paso me compras el sándwich que me debes- dijo tomando de su botella de agua.
-Fue un accidente, además ya te pedí disculpas- me defendí.
-Tienes razón me pediste disculpas pero yo no las acepté, ahora ve a comprarme mi sándwich y también un jugo de naranja- la miré con molestia.
-Eres una aprovechada- recriminé fingiendo estar ofendida mientras trataba de esconder la sonrisa que quería escapar por mis labios.
-Dime algo que no sepa- contestó con una sonrisa burlona.
-!Yah! EunWoo dile algo- el castaño quien había estado callado todo este tiempo mientras nos observaba con una sonrisa cargada de diversión en su rostro, caminó hasta nosotras y se interpuso en medio de ambas.
-Hagamos algo, yo invito los sándwiches y los jugos, ustedes dejan de discutir y se ponen a comer ¿Trato?- amabas negamos en desacuerdo.
-Esto no es lo que quería, solo debías decirle a Sun que compre su propia comida y asunto arreglado- no podía permitir que el gastara su dinero en nosotras.
-No debes preocuparte por eso, así jugamos entre nosotras además estaba cobrando mi recompensa por la última apuesta que hicimos- oh, eso es cierto ella no me había pedido algo a cambio, me quejé mentalmente, creí que lo había olvidado y ya no tendría que hacer nada.
-De todas maneras yo invitaré el almuerzo- sonrió amablemente.
-¿Y si mejor los tres cooperamos?- propuse.
-Ya está decidido y no se acepta un no por respuesta, iré por la comida ahora vuelvo- nos regaló una última sonrisa antes de salir por la puerta del salón.
-¿Y ahora de que te ríes? A veces pienso que tienes problemas mentales- en respuesta recibí un borrador que esquive rápidamente.
-No tengo ninguna enfermedad mental pero gracias por preocuparte- sonreí ante su tono sarcástico.
-De nada, eso es lo que hacen las amigas- rodó los ojos y esta vez fui yo la que reí.
- No te rías, esto es mas grave de lo que creí- dejé de reír y la miré con atención.
-¿De qué hablas?- pregunté sin entender.
-¿Recuerdas lo que hablamos esta mañana?- asentí- Imagínalo de esta manera, piensa que yo soy tu doctora y tu eres mi paciente...-
-¿Quieres jugar a la doctora?- pregunté burlona.
-¡Yah!, estoy hablando enserio- reí mientras asentía esperando a que continuará- Supongamos que tu vienes a mi consultorio por una enfermedad y yo te doy tu diagnóstico en donde dice cual es la enfermedad, que tienes y que medicinas debes de tomar. Pero entonces al día siguiente vuelves a mi consultorio con un síntoma nuevo, ese síntoma nuevo puede llegar a ser peligroso para la enfermedad que tienes y si no haces algo al respecto puede ser demasiado grave. ¿Entendiste?- asentí lentamente-No entendiste nada, ¿cierto?- negué y ella bufó.
-No tengo ni la menor idea de a que te refieres con todo eso, ¿Qué tiene que ver lo que hablamos en la mañana con esto?, ¿Una enfermedad, diagnóstico, síntoma?- trataba de encontrarle algún sentido a sus palabras pero para mi todo sonaba muy descabellado.
-Piensa, tienes que descubrirlo rápido antes de que se haga demasiado tarde. Y no lo tomes tan literal son palabras claves- mi cabeza estaba apunto de explotar, nunca he sido buena en esto de los acertijos.