-¿Entonces te invitó a salir?- estaba tan concentrada buscando el pasillo indicado que simplemente me limité a asentir ante la pregunta de Sunie, arrastré el carrito de supermercado y sonreí al encontrar el pasillo de productos de limpieza- ¿Como en una cita?-me encogí de hombros y tomé uno de los detergentes que habían en el estante.
-No lo sé, supongo- metí el detergente al carrito y seguí avanzando dejando unos cuantos pasos atrás a SunHee.
-¿Supones?- detuvo el carrito con su mano y me examinó con la mirada enarcando su ceja izquierda.
-Ya te dije que no lo sé, él solo me preguntó si estaría ocupada hoy a lo que yo respondí que no, entonces me dijo que pasaría por mi en la tarde.
-¡Entonces es una cita!- exclamó sonriente, avergonzada puse mi dedo índice sobre mi boca indicando silencio.
-No grites- la reprendí y seguimos caminando buscando las demás cosas de la lista.
-¿Acaso no estás emocionada?- solté un suspiro con pesadez.
-Claro que estoy emocionada- sonreí levemente- Es solo que los nervios me tienen atemorizada, es mi primera cita con un chico, estaré sola con él y temo actuar con torpeza; no quiero arruinar la tarde- admití, su brazo rodeó mis hombros en un abrazo.
-No te preocupes, solo tienes que ser tu misma y dejarte llevar, disfruta el momento y verás que todo saldrá genial.- aconsejó y yo asentí.
-¿Y HaRu?- pregunté, pasándole un paquete de papel para que lo metiera al carrito.
-Con Min, dijo que tenían que recuperar todo el tiempo perdido así que no te sorprendas si no la ves muy seguido estos días.
-Me alegro por ellos, merecen ser felices juntos- sonreí alegremente.
-Lo sé, me siento como una madre orgullosa de su pequeña.
-Oh mira, ahí están las algas- señalé el pasillo de enfrente y ella caminó por un paquete.
Sun vino a desayunar a la casa y mi querida madre al vernos descansar en el sofá de la sala se le ocurrió la maravillosa idea de mandarnos a "hacer algo de provecho" como ir a hacer las compras.
Una vez que terminamos de comprar nos dirigimos nuevamente a mi dulce hogar.
-¡Mamá ya llegamos!- grité desde la sala de estar.
-Gracias niñas, pueden dejar las bolsas en el comedor- dijo mi madre asomando la cabeza desde el umbral de la cocina.
-Cariño, saldremos ésta tarde, será como un sábado familiar- informó mi padre con una sonrisa resplandeciente en su rostro, las bolsas se me cayeron de las manos pasos antes de llegar a la mesa debido a la impresión.
-Yo te ayudo- Sun dejó sus bolsas en la mesa y comenzó a recoger las cosas que se habían expandido por todo el suelo.
-¿E-Este sábado?- balbucee atónita.
-Si mi niña, hace mucho tiempo que no pasamos todo el día juntos, saldremos a comer, podemos ir al cine, jugar bolos, no sé algo se nos ocurrirá- la voz de mi madre sonaba muy entusiasta y en su mirada podía notar toda la ilusión-¿No te gusta la idea?- enseguida negué con la cabeza agitando mis brazos exageradamente en señal de negativa.
-No es eso, me encanta la idea- formé una pequeña sonrisa- Estoy tan emocionada que me quedé sin palabras- Me abofetee mentalmente por no decir la verdad.
-La ayudaré a escoger su atuendo, estaremos arriba- Sunie tomó mi mano y me arrastró hasta mi habitación.
-¿Y ahora que voy a hacer? No puedo estar en dos lugares al mismo tiempo- me aventé a la cama con frustración.