-Abrígate bien antes de salir- asentí por quinta vez ante el pedido de mi hermano. Hice lo que él me pidió y me puse mi suéter favorito, era de color rosa claro y un poco largo y holgado, demasiado cómodo, cálido y sobre todo nada llamativo.
Mi hermano salió de la habitación junto a Jeon al vernos a mi y a Sun completamente abrigadas.-SunHee...- ella me miró esperando a que continuará.
-¿Si?- preguntó terminado de guardar su cosas.
-Te juro que jamás había tenido tantas ganas de tapar tu boca para que dejaras de hablar- ella rió ante mi tono molesto.
-Después me lo agradecerás- me sonrío, la fulminé con la mirada y dirigí mi mirada hacia mi espejo de cuerpo completo.
-Te ves muy bonita, adoro que seas tan naturalmente hermosa- me sonrojé ante su comentario y mi enojo disminuyó.
-Gracias, yo aprecio que estés aquí a mi lado- la abracé.
-Somos demasiado cursis- las dos reímos.
-Lo sé, solo te perdonaré porque no tengo ganas de pelear- la apunté con mi dedo índice para después salir de mi habitación.
Las calles se encontraban desoladas debido al gran frío que hacía en esta época del año, probablemente seamos los únicos cuatro chicos tontos a los que se les ocurre salir con este clima.
La cena fue la más incomoda que he tenido en toda mi vida, evité la mirada de la persona que se encontraba sentada delante de mi todo el tiempo y solo me limitaba a asentir o sonreír cuando mi hermano o Sun me hablaban.
Sentía mi cuerpo congelarse me abracé a mi misma intentando conseguir un poco de calefacción, maldecí internamente a mi hermano por tener que habernos ido caminando.
Iremos a un lugar muy cerca, no será necesario utilizar el auto
Y a pesar de que ciertamente el lugar al que fuimos estaba literalmente a dos cuadras de mi casa el trayecto se hacia más lento y pesado debido al frío clima.
Sentí unos brazos envolver mi cuerpo y tan solo bastó sentir su aroma como para saber perfectamente de quien se trataba, la calidez que su cuerpo emanaba logró que el frío cesara, a pesar de estar en esa posición ambos seguimos caminando de esa manera.-Gracias- murmuré, su respuesta a cambio fue un pequeño beso en mi mejilla, quise decirle algo por estarce aprovechando de la situación pero mi débil cuerpo y el dolor de cabeza me hicieron mantener en silencio.
[...]
Los pasados dos días mi vida se convirtió en un ciclo constante de mocos y dolor de garganta, faltar a la universidad es una de las cosas que más odio y el haber faltado dos días me hace sentir completamente inútil.
Los últimos dos días se han basado en estar en cama y no salir de mi habitación, finalmente hoy era sábado pero no era cualquier sábado hoy era un día especial. Toqué mi frente y agradecí a dios el no tener fiebre como las dos mañanas anteriores. Me metí a bañar y bajé a desayunar.-Señorita, creí haberle dicho que no se levantara de su cama- me reprendió mi padre al verme bajar las escaleras.
-¿Lo siento?- sonreí- Ya me siento mucho mejor además es muy aburrido estar todo el día dentro de mi habitación- hice un puchero.
-Cariño, tu madre va a matarme si se entera que te dejé salir de tu cuarto- reí al ver la mueca en su rostro.
-Ahora que la mencionas...¿Donde está mamá?- pregunté.