52 - SM The Academy

70. No Puedo Dejarte Ir

(Punto de Vista de Luis)

"Luis... te amo" "Luis... te amo" "Luis... te amo" "Luis... te amo" "Luis... te amo" "Luis te amo" Son las únicas palabras que puedo escuchar, resuenan en mi cuarto, en mi cabeza solo puedo recordar su cara, su sonrisa... tan hermosa incluso antes de irse, sus ojos, brillantes y llenos de vida.

Su tacto en mi piel, y como sentí el peso de su mano caer cuando se fue de mi lado. "Yo también te amo... nunca lo olvides" fue lo último que me dijo antes de poner el collar en mi oído, para distraerme... lloro, sollozo, y grito en silencio, porque no puedo hacer nada. Muchos dicen que la persona que amas, es la persona que más daño te hará cuando te deje... incluso si ninguno de los dos quería que se fuera.

Hoy era la despedida de ella, todos estarían en su funeral, pero no tenías ganas de ir... no tenía las fuerzas para poder decirle adiós. Todos estaban listos para poder despedirse de ella, pero yo... ¡Yo no tengo tanto valor para poder dejarla ir! era una chica especial, que no merecía irse de esa manera.

Es horrible no poder cerrar los ojos, porque cada vez que lo hago, veo los recuerdos de ella en mis brazos, yo lleno de sangre y como podía verla perder su último aliento, y lo peor no era eso... cada vez que lo hago, solo puedo escuchar y ver una risa cruel y macabra, y como su mirada desbordaba satisfacción. Desde que desperté, no puedo verlo a la cara, sin pensar que Enrico es el maldito asesino de Yoselin... pero mis ideas me invaden, por una parte está mi lógica, que sabe que no era el realmente, si no la maldita versión de SM, pero mis emociones no les importa, ella solo ven al asesino.

Yoselin me pidió que no lo culpara de lo que paso, y eso intento, pero cada vez que el me habla, me entran nauseas, ganas llorar, rabia... porque con sus propias manos, acabo con su vida sin ningún problema.

. . .

Me encontraba en el bosque con Yoselin, ambos queríamos pasar un rato a solas, no había pasado mucho tiempo desde que había despertado del coma que tanto decían, los dos nos encontrábamos caminando entre los árboles, viendo como la luz luchaba por atravesar sus hojas y llegar al suelo.

-Yoselin: ¡Mira! -dijo parándome en seco y señalándome a las ramas de algunos de los inmensos arboles-

-Luis: ¿Que tengo que ver?

-Yoselin: Esa ardilla -dijo sonriendo con dulzura, esa mirada de inocencia que tenía no podía ser más hermosa-

-Luis: Es bonita -dije viendo al animal- pero no tanto como tú -susurre volteando a verla con una sonrisa que para mí era seductora-

-Yoselin: No pierdes tu encanto ¿Verdad? -dijo en burla- Extrañaba esto...

-Luis: ¿Mis increíbles labias?

-Yoselin: No. -dijo secante- Extrañaba caminar, hablar, cantar, sonreír... Te extrañaba

-Luis: No puedo imaginar todo lo que paso -dije con el semblante triste- Sé que aún me falta ponerme al corriente de muchísimas cosas -dije sonriendo- Es difícil ¿Sabes? quedarte dormido, y como si solo hubiera pasado una noche, despertar en todo esto...

-Yoselin: Fueron meses difíciles Luis, muchas veces pensé que no aguantaría, y menos sin ti

-Luis: Pero ya estoy aquí mi pequeña ardilla -ella levanto una ceja- me gusta cómo te queda el apodo -dije sonriendo- Te prometo que a partir de ahora, no te dejare sola, te cuidare con mi vida