- Tengo que hablar contigo. - soltó con firmeza acercándose a mi.
Su cabello estaba mojado y lucía bastante aseado, además de que ya no iba con la equipación. Seguramente acababa de salir de la ducha.
- Sí, yo también, pero es que ahora debo irme. Me esperan.- excusé para poder marcharme de aquella incómoda conversación. - Oíga, disculpe. - me dirige a la recepcionista del primer día. - ¿Podría prestarme un teléfono, por favor? Necesito llamar a un taxi. Es una urgencia -añadí dudosa.
- No hace falta que pidas nada.-intervino el moreno. - Yo te llevo.
Me giré de golpe a mirarlo. ¿Después de que me echara casi a patadas de su casa? ¿De todo lo que ocurrió ayer? Ahora mismo podría jurar que mi boca estaba prácticamente al suelo.
- ¿Perdona?- reí. - No pienso ir contigo. Prefiero ir descalza antes de subirme a otro vehículo contigo.
Me volví a hablar con la mujer.
- Bien, ¿podría dármelo?
Ella no dijo nada y cogió el teléfono de su mesa para pasármelo, previamente de haber marcado el número. Pero como no... Marco me tomó del brazo atrayendome así a su pecho.
- Suéltame - ordené.
- He dicho que te llevo yo. Tengo que hablar contigo. Es una urgencia. - repitió la última frase imitando la misma que había dicho a la recepcionista como escusa para irme rápido.
Por un momento se me pasó por la cabeza la idea de ignorarlo, pasar de él y salir corriendo. Sin taxis, ni motos ni nada... pero de mi preciosa boquita salió otra cosa...
- Pues hazlo. - desafié clavando mis ojos en los suyos. El se quedó pasmado mirándome. - ¡Hazlo, aquí! Dí lo que tengas que decir.
- Vamos a un sitio más privado.- tomó mi brazo.
- ¿Privado?- me eché a reír. - Mira chico, lo que me tengas que contar lo dices aquí. No voy a ir a otro lugar para que me cuentes tus penas de futbolista millonario.
- ¿Y si no qué?- su ceja se alzó y se aproximó más a mi. Alcé más mi vista. Era bastante más alto que yo. Me hacía sentir más pequeña, pero no menos indefensa. - No sabía que guardabas una chica mala dentro de ti. Te encaras muy bien.
- No sabes tú bien lo que puedo hacer. No me conoces.
- No me dejas oportunidad.
- A ver tortolitos.- la mujer de la recepción se interpuso en la coversación. Sostenía su cabeza apoyada en su mano y hacía un incómodo sonido moviendo su pie desesperada. - Me parece muy bien que tengáis que discutir vuestros problemas, pero os habéis equivocado de lugar. Esto es la recepción de un club de fútbol, no el plató de sálvame. - hizo una pausa.- Señorita, haga el favor de coger el teléfono. He marcado el número de un taxista.
- Sabe que...- cogió él el aparato.- No va hacer falta.- lo colgó. - Ella ya tiene a un chófer a su disposición.
De un momento a otro, sin que yo pudiera protestar por su acción, Marco me había cogido al modo princesa con sus brazos.
- ¡Suéltame, idiota!- golpeé su pecho.- Eres un completo Imbécil. - el futbolista blanco reía.
- ¡Invitadme a la boda!- Saltó la receccionista cuando cruzamos la puerta.
"Creo que esta mujer tiene un poco de trastorno bipolar". pensé.
- Esto se llama secuestro y ten por seguro que voy a denunciar.-volví a patalear.
- No serás capaz.- dijo sin mirarme.
- Claro que sí.
Ví que me llevaba al parking del club. <Menos mal que no hay nadie>. Abrió la puerta de coche con una mano y metió dentro. Cerró la puerta con rapidez para que no me llegara a escapar y él se sentó en el asiento del conductor.
Me quedé observando la maravilla de coche.
- ¿Qué, te gusta?
- Es una maravilla, yo siempre había soñado en montarme en un Ferrari. - lo miré fascinada.- ¿Cómo es posible que te lo hayas permitido?
- Bueno soy un futbolista millonario, como bien has dicho.
Arrancó el magnífico coche. Por un momento se me había olvidado que no quería estar con él.
- Lucía.- Me llamó. - Te pido perdón por el comportamiento con que te traté ayer. No tuve un buen día y los cables se me cruzaron pagándolo contigo.
Yo me mantuve en silencio con mis brazos curados , mirando el paisaje.
- ¿Me perdonas?
- Sí. - acepté sus disculpas.- Yo en realidad pensaba que estabas enfadado conmigo. Ya sabes, hemos salido en portada en casi todas las portadas de prensa deportiva, y todo por el imbécil de mi no... ex novio. Lo único que desea es arruinarme la vida.
- Espera, ¿él que te tocó el culo era tu novio?
- No, ese es uno de la pandilla de él. Leo, mi ex era el que conducía. No hemos cortado oficialmente, pero por mi ya está muerto.
- Que fuerte... y no hizo nada por pararlo.
- Créeme, peores cosas a permitido hacer. El mismo me daba palizas cuando a él le parecía, sin haber hecho nada. Me trataba como un perro, pero yo no hacía nada para frenarlo. Tenía los ojos cerrados y no quería aceptar la realidad. Él nunca me ha querido.
No me había dado cuenta de que estaba llorando. Marco aparcó el coche y me acercó un pañuelo.
- Toma quítate esas lágrimas.
- Gracias.
- Yo lo siento mucho de verdad.
- No tienes la culpa de nada Marco. - hice una pausa.- Sabes, hoy le he contado toda la historia a Isco y a Lucas. Ellos me han dicho que le denuncie y todo el tema... pero tengo miedo a su reacción. A que acabe haciendo daño a alguien de mi alrededor. Varias veces me ha amenazado con hacer cosas horribles que no quiero mencionar. Y ahora con el accidente de ayer ya te conoce.
- Tranquila, tranquila. - me abrazó.- Nadie te hará nada. Te lo prometo.- acariciaba mi espalda.
- A mi ya me hecho suficiente y no me duele. Lo que temo es que se lo haga a personas de mi familia, amigos... En general todas las personas a las que aprecio.
- No le van hacer nada. No le va a dar tiempo.
Levanté la cabeza y lo miré.
- ¿De qué hablas?
- Digo que no lo conseguirá, porque antes de eso ya le he partido la cara.
- No Marco, no te metas en esto.
No me contestó. Después de estar un rato en la misma posición dijo.
- Se una forma de la que te puedes sentir mejor.
Se separó de mi y salió del coche. Dió una vuelta al coche y abrió mi puerta.
- ¿Sería tan amable de conducir este coche?- se paró un segundo.- Ya sé que ha sonado algo raro.- los dos reímos. - ¿Quieres conducirlo?.
- ¿Lo dices enserio?
- Muy enserio.
De un salto llegué hasta el asiento del conductor. No me podía creer... iba a conducir el coche de mis sueño.
- Estás preparado. - miré a Marco.
- Siempre.
![](https://img.wattpad.com/cover/153731650-288-k172535.jpg)
ESTÁS LEYENDO
∂єℓι¢αтє 《MA》#1
Dla nastolatkówElla, una secilla fisioterapeuta con problemas que acaba de finalizar su carrera, termina en prácticas con unos de los mejores equipos del mundo. Él, unos de los mejores jugadores del mundo comido por la fama, prensa... y un gra GRAN ego. ...Y si c...