《15》Dᴇᴍᴏɴs

2.2K 96 18
                                        

Ya estábamos llegando a la casa de mi hermana con el coche de Marco. Íbamos con la música a tope cantando.

- No sabía que te gustaba Imagine Dragons. - le dije sorprendida cuando terminé la canción.

- Ni yo.- comenzó a aparcar.- Oye, tengo que pedirte un favor.

- ¿Qué es?- desabroché el cinturón. - No me asustes.

- Bueno, mejor te lo digo después.- salió del coche con una sonrisa. Yo lo seguí y corrí a su lado.

- ¿Qué es? Dímelo.- rogué como una niña pequeña. Él tocó el timbre y metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta. Mi hermana no tardó en aparecer con mi sobrino en brazos. Iba disfrazada de ¿Cat-woman? Por favor, que vergüenza.

- ¡Genial, pensaba que no la habías convencido!- me abrazó con efusividad. - Que guapos estáis. - se separó y le dió dos besos a Marco.

- Gracias, Vero.- agradeció Marco y tocó la pequeña nariz de Izan de forma cariñosa.- Pero no más que este pequeñín.

- ¡Tata!- alzó sus bracitos para que lo cogiera. Una vez puesto contra mi pecho me abrazó.

- Hola, pequeño. ¿De qué vas disfrazado?

- De Batman. - sonrió y se puso su chupete en con forma de murciélago.

Entramos dentro de la casa. Menuda casa que se había montado... quizá me plantee lo de venirme aquí a vivir. Vero nos dijo que fuéramos a la terraza, donde estaba la fiesta.

- Vaya, esta casa es más grande que la mía.- me dijo Marco.- Es una pasada, ¿por qué vives en un apartamento tan pequeño y no en una casa así?

- Porque no tengo dinero, al contrario que Vero.- una vez llegamos al sitio indicado, como unos veinte pares de ojos se posaron en mí.

- ¡Lucía! - gritó mi nombre mi prima Sonia.- ¿Eres tú?

Rodé los ojos y me giré a verla con una falsa sonrisa- Sandra, cuanto tiempo.

- Ya lo sé, no das señales de vida. Por lo menos no nos vemos desde... qué terminamos el último curso del instituto. Oh, bueno yo lo dejé a medias por quedarme embarazada de mi tercer hijo, pero eso es otro tema.- No estaba pendiente de lo que me estaba hablando, sólo podía observar el chicle que estaba rumeando como una vaca. Era tan vulgar- Vaya nena, que cacho de novio de has echado.- se fijó Marco.- ¿Cuál es tu nombre? Para pedirte a los reyes magos.

Antes de que le echara la regañina el futbolista habló.

- Lo siento cariño, pero ya estoy pillado.- pasó el brazo por los hombros. Iba a protestar pero me pisó el pie.

- Pues cuando lo dejes con mi prima, ya sabes que tienes otra dispuesta para ti. Me alegro de verte Luci. Adiós guapo.- le mandó un beso en el aire. Acto seguido él me miró con una mueca de asco y lo dos reímos.

- Sí la tata es mi tata y tu eres su novio...- empezó a pensar Izan.- ¿Eres mi tato?

- No- adelante. - Él no es mi novio ni nunca será tu tato.

- Jo... me caes mejor que Leo.- alzó los brazos hacia Marco.

- Bueno, eso no era muy difícil. - el mayorquín lo cogió en brazos y empezaron a jugar.

Pronto mi hermana nos llamó para que nos unieramos en la gran mesa que había preparado para comer. Nos sentamos uno delante de otro.

- ¿Y cómo os conocistéis? - dijo mi tía a mi lado y yo la miré confundida. - Vosotros dos.

∂єℓι¢αтє 《MA》#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora