《10》Cᴏʟᴄʜᴏɴᴇʀᴏ Fʀᴀɴᴄᴇs

2.3K 98 6
                                        

- Vaya, ya era hora de que contestaras. Llevo días intentando comunicarme contigo y simplemente creo que ignoras mis mensajes. - reprochó mi hermana desde el teléfono.

- Perdóname Vero, estoy muy ocupada con el club.

- Eso no te impide contestar un mísero whatsapp de tu hermana.

- Ya, ya lo entiendo. ¿Qué tal todo por allí?- intenté cambiar de tema.

- Estamos en Madrid, te lo puse por mensaje, pero como eres incapaz de mirarlos.

- ¿Cómo?

-Han ascendido a Fran y lo han destinado aquí. ¿No es genial? He intentado encontrar un piso por tu zona para estar más cerca tuya. No me gusta la pocilga que tienes por vivienda y pienso que sería mejor que te vinieras con nosotros a vivir.

- Se llama apartamento. Yo no tengo los ingresos que vosotros, no me puedo permitir nada mejor. Vivo gusto, déjame tranquila.

Odiaba cuando comenzaba a meterse en mi vida.

- Bueno, no nos desviemos del tema. Total, es uno de los barrios más pobres de Madrid y no encontré nada más que pocilgas como la tuya.- rodé los ojos.- Entonces he encontrado una magnífica casa en Madrid, justo en la capital.

- Dudo que pueda ir a visitarte a menudo. Tengo que coger cien mil autobuses.

- Ya te llevamos nosotros. Ahora necesito que me hagas un favor. Prometo pagarte.

- ¿Qué necesitas?

- Tenemos mucho lío con la mudanza y no puedo quedarme con Izan. Mañana a las ocho Fran te deja a Izan en tu casa.

- Pero yo tengo el primer partido. Tengo que estar allí.

- Pues te lo llevas. A Izan le va encantar estar ir al partido. Por eso no te preocupes. Gracias, que pases buena noche.- colgó.

Yo me quedé mirando el móvil asustada. Izan es el hijo de Vero, mi sobrino. No es mal niño, digamos que solo es un poco travieso. Con solo tres años esta todo hecho un terremoto. Ya me lo estaba imaginando dando vueltas por el estadio y yo detrás de el.

- Chica, parece que has visto un fantasma.- Cristina dijo al verme.

- ¿Tu no libras mañana?

- Ya quisiera yo, me toca doble turno.

- Joder... ¿y tu Miriam?

- Mañana me voy a Barcelona con el club de teatro. No vuelvo en una semana.

- Mierda...- murmuré poniendo mis manos en la cara.

A la mañana siguiente, en el Santiago Bernabeu.

- Vale, Izan. Recuerda lo que te a dicho la tata. No te muevas de mi lado, en ningún momento. Compórtate, no grites ni corras.

- ¿Por que?- dijo con su tierna voz mirándome con esos gigantes ojos de color océano.

- Porque sino no te compraré una camiseta del equipo.

- Pero yo no quiero ninguna del Madrid.-advirtió de primeras.- Papi dice que es una caca y tienen los alvitros comprados.

- Dile a tu padre que el Madrid es el que da de comer a tu tía... Bueno, ¿del Atleti mejor?- propuse al equipo contrario.

El pequeño asintió con entusiasmo.

-Chi è questo bel ragazzo?- escuché que decían a mis espaldas.

- Vaya, Camille. Este es mi sobrino...

- Mi chiamo Izan.- saltó el niño de repente en italiano. ¿Desde cuando sabe hablarlo?

- Incantato, sono Camille. Sono il capo di tua zia. Sei un bambino molto divertente .

El pequeño rio tiernamente y abrazó mi pierna para esconder su rostro.

- Le ha dado vergüenza. - le sonreí. - Es raro, suele ser muy espabilado.

Sentí que me tiraba de la tela de mis pantalones para que le prestara atención. Con su pequeña mano me señaló a un hombre que estaba parado a nuestro lado con la equipación del atlético de madrid, seguramente un jugador.

-¿Qué pasa?-le pregunté y se volvió a esconder.

- Creo que tu chiquitín no se esconde de mí. - dijo Cam... espera, ¿mi chiquitín?-

Cam iba a añadir algo más pero vinieron a llamarla.

Cogí a Izan en brazos y sentí un gran empujón a mis espaldas que casi hace que caiga encima de mi sobrino. Unas manos me atraparon antes de caer.

- Uf, por los pelos no te pillo.

- Gracias, Marco. - agradecí. - ¿Estás bien?- Izan comenzó a llorar. - Ya ha pasado tranquilo.- lo meneaba para calmar su llanto. Sólo se había asustado.

- Lo siento mucho enserio. - dijo el chico que antes estaba a nuestro lado, con un acento francés.- He sido yo el que os a empujado. De verdad no os he visto.

- Deberías tener más cuidado. A mi me hubiera dado igual caerme, pero él no.- señalé a mi sobrino, que por arte de magia había parado de llorar al verlo.

- Griezmann. - murmuró Izan y lo miré extrañada.

- Vaya, ¿Eres fan mío?-le sonrió y él pequeñín que estaba en mis brazos asintió. Parecía mentira que hace segundos estaba embarrancado y ahora tenía una sonrisa en su boca que casi no le cabía en el rostro.

- Oye, ¿podría llevármelo al salir al campo?- lo miré sin saber lo que decía. - Salir con el al campo. Cuando acaben los himnos te lo traería.

- Ya lo iba a hacer yo.- se anticipó sorprendiéndome Marco.

- A entonces no pasa nada. Quería disculparme de esta manera.

- ¡Yo quiero ir con Griezmann!- gritó Izan mirando serio a Marco.

- No se grita Izan. ¿Qué he dicho antes?- reproché

Los árbitros entraron en el túnel, donde estábamos, metiendo prisa para que se colocaran.

- Entonces me lo llevo yo.- dijo Griezmann arrebatandolo de mis brazos.- ¿No te importa?

Yo no estaba convencida, había prometido cuidarlo, pero no podía decir que no. Estaba demasiado ilusionado.

- Está bien .

- Después te lo llevo al banquillo. -dicho esto se marchó. Volví la mirada a Marco que seguía con la mirada seria al colchonero.

- ¿No tienes que salir a jugar? Para una vez que te ponen de titular no te veo muy feliz.

- Estoy bien.- clavó los ojos en mí. - Me voy, nos vemos.- por último sonrió y se marchó

- Suerte, haced papilla a los rojiblancos.- grité y todos los jugadores del equipo contrario que estaban en su posición de salida me fulminaron.- Mejor me voy yendo.

∂єℓι¢αтє 《MA》#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora