En contra de lo prohibido - Dramione

Huir

Aparecieron justo en la entrada de la mansión, no había nadie vigilando era extraño, caminaron silenciosamente hacia la enorme puerta de la mansión, estaba abierta, eso tampoco era bueno.

- Ron esto debe ser una trampa sin duda... - susurro Harry.

- ¡Da igual! ¡Tenemos un plan! Entremos... hay que buscar a Hermione – respondió, Harry asintió y ambos entraron, la casa estaba silenciosa, como si no hubiera nadie, pero a Harry eso no lo convencía, fueron directo al gran salón, completamente vacío, luego se dirigieron al sótano donde debían de tener a Hermione.

- ¡Vacío! – susurro Harry - ¿Dónde la tienen entonces?

Una risa desagradable se escuchó, provenía del Gran salón, subieron y Bellatrix se encontraba ahí.

- ¿Buscan a su amiga? – pregunto con su sonrisa de psicópata – que pena que ella ya no está... - rio de nuevo y desapareció.

- ¿Cómo que ya no está? – pregunto de inmediato Ron.

- La sacamos antes de que pudieran llevársela... - hablo luego Lucius Malfoy entrando en el salón, luego comenzaron a salir más Mortifagos y los rodearon – espero que se hayan despedido de ella... porque no la volverán a ver...

Lucius se descubrió la manga, la marca tenebrosa relució en su brazo, Ron se acercó a Harry y susurro.

- Si Hermione no está entonces ¡Tenemos que irnos! – tenían las varitas preparadas, pero los Mortifagos los superaban en número, Ron tenía razón debían irse ya.

- ¡Kreacher! – susurro Harry, el elfo domestico apareció en la habitación despistando a todos - ¡sácanos de aquí Kreacher!

- Claro amo... - dijo haciendo una rápida reverencia, tomo las manos de Harry y Ron y se desvanecieron en un torbellino de maleficios, lanzados por los Mortifagos.

- ¡NO! – grito Lucius Malfoy, Bellatrix y Narcisa aparecieron en la habitación.

- ¿Qué vamos a hacer Lucius? – pregunto Narcisa.

- Debemos huir... - respondió, Bellatrix abrió los ojos como platos.

- ¡No podemos traicionar al señor tenebroso! – grito.

- ¡Entonces quédate tú! ¡Y que descargue su ira en ti! ¡Explícale tú que Potter volvió a huir! ¡Que te mate a ti! – replico Lucius.

- ¡Cobarde! – grito Bellatrix - ¡Siempre supe que eras un cobarde!

- ¡Bien por ti! – respondió Lucius - ¡Narcisa! Envíale una carta a Draco... explícale lo que paso ¡Que no vuelva! ¡Dile que se esconda! – Narcisa asintió y salió corriendo del salón - ¡Tú decides Bellatrix! ¡Quedarte y aguantar la furia del señor tenebroso! O venir con nosotros... - Bellatrix suspiro y dijo.

- Espero no arrepentirme por esto Lucius...

Ya no estaba encerrada en aquel sótano, pero aun no era del todo libre, Draco le había dicho que podía caminar por la casa a su gusto si quería pero que no podría salir, ya que miles de protecciones rodeaban la casa específicamente para que ella no saliera, había pasado parte del día encerrada en aquella habitación, se armó de valor y salió, se encontró en un pasillo lleno de más habitaciones, siguió por el corredor y llego a unas escaleras, la enorme mansión tenía cinco pisos y ella se encontraba en el segundo, decidió bajar y llego al salón principal, era enorme con una chimenea donde el fuego ya casi se extinguía, con cuatro ventanas gigantes donde se veía el gran poblado jardín y más allá un hermoso lago, sin duda, a pesar de su aspecto tétrico y oscuro, era una mansión verdaderamente hermosa. "¡Lo que el dinero puede comprar!" pensó. Se dio la vuelta y se encontró con Draco parado frente al marco de una puerta, la estaba mirando, llevaba un pedazo de pergamino en la mano, parecía una carta.