Los mellizos

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El primero de septiembre había llegado y Hermione y Ginny se encontraban a punto de abordar, despidiéndose ambas de Harry, Ginny más efusivamente que Hermione. Una vez a bordo, las chicas se pusieron en la tarea de buscar un compartimiento vacío, pero no tuvieron mucha suerte al principio.

- Parece que cada año hay menos espacio en el tren - se quejaba Ginny.

Hasta que por fin dieron con uno, que si bien ya estaba ocupado, era por la mismísima Luna, quien las recibió con una sonrisa a ambas.

Pronto, la charla de las chicas acaparó el compartimiento. Luna les contó como había sido el verano con su padre, reconstruyendo su casa. Mencionando que Neville había ido a visitarla numerosas veces, y que siempre le llevaba regalos.

- Era raro, al principio pensé que tal vez era porque él creía que era mi cumpleaños, y siempre que le decía que no era así él solo se reía y se ponía muy rojo, era gracioso - Ginny y Hermione compartieron una mirada cómplice, la rubia era muy despistada e inocente para darse cuenta de las intenciones que tenía su amigo.

Así transcurrieron las primeras dos horas del viaje. Entonces la castaña se excuso con las chicas y salió del compartimiento, quienes entendieron la ausencia de la chica.

Buscó en casi todo el tren y no lograba dar con él, no estaba en el vagón dónde comúnmente viajaban los Slytherin, y cuando preguntó por él a sus amigos, le dijeron que los había dejado hacía rato. Y salió de ahí sin importarle las miradas de asco del resto de los Slytherin.

- Draco, ¿dónde te metiste? - preguntó para si misma, caminó un par de vagones más, y lo vió, el chico estaba de espaldas pero reconocería su cabello a kilómetros, nadie más en Hogwarts lo tenía así - Draco aquí estás, te estuve... - pero se paró en seco al ver al muchacho que tenía frente a ella, sin duda no era Draco, aunque se parecía muchísimo, pero sus ojos eran marrones como la miel, no tardó en notar que el chico estaba nervioso - Disculpa, pensé que eras...

- Sin duda no soy quien buscas, perdón - respondió el muchacho a toda prisa y con las pálidas mejillas sonrojadas, haciendo a la chica a un lado se apresuró a marcharse de ahí, y se metió en un compartimiento no muy lejano de dónde estaba, dónde lo recibió una chica, Hermione se quedó pasmada, la chica también tenía el cabello platinado, corría largo sobre su espalda en risos, pero sus ojos... Ya había visto esos ojos.

- Te dije que no salieras, es peligroso que nos vean y más si se enteran lo que le hicimos a... - habló la chica en susurros pero Hermione que no estaba lejos lo pudo escuchar.

- Demasiado tarde... - la interrumpió el chico nervioso, y disimuladamente señaló hacia donde estaba la castaña, la chica miró en su dirección y enrojeció notablemente.

- Maldición...

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- No fue inteligente por parte de Granger asomarse por aquí - Dijo Blaise.

- El amor nos vuelve idiotas cariño - Dijo Pansy irónicamente con una sonrisa - ¿Theo? - Llamó al chico, quien parecía austente, Blaise golpeó la mesa, entonces Theo reaccionó.

- ¿Que decías? - preguntó sobresaltado.

- No estarás pensando en Zorrastoria ¿o si? - preguntó Pansy recelosa. Theo negó rápidamente con la cabeza.

- No, ya no me importa nada que tenga que ver con ella - dijo el muchacho, y era cierto, desde que había decidido enterrar todo sentimiento romántico que pudiese sentir por la chica, se había olvidado por completo de ella, pero otra no había logrado salir de su cabeza desde entonces.

- ¿Y que te tiene tan austente amigo? - preguntó Blaise, Theo solo negó con la cabeza restándole importancia.

- No es nada... Cosas mías... - y es que el chico siempre había Sido muy reservado con sus sentimientos, emociones y pensamientos.

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- ¿Quienes son ustedes? ¿Que quieren? - comenzó a preguntar la castaña yendo hacia el par de rubios - Nunca los había visto en Hogwarts, ¿De dónde salieron? - los chicos no sabían cómo responder o reaccionar, solo se apretaban el uno contra el otro en la puerta del compartimiento, como si quisiera impedir que ella entrara, como si ocultaran algo. Entonces Hermione sacó su varita - respondan...

Pero un quejido se escuchó en el interior del compartimiento, los chicos se miraron asustados.

- ¿Que pasó? - preguntó desde adentro una voz que Hermione reconoció de inmediato.

- ¡Draco! - los rubios suspiraron y la chica murmuró algo que Hermione no logró entender, pero sonó como "castigados de por vida" se hicieron a un lado dejando ver al rubio que miraba a los chicos extrañado y asustado, Hermione fue hacía él y el alivio se notó en sus ojos.

- ¿Que te pasó? ¿Te hicieron algo? ¿Estás bien? - preguntaba Hermione ayudando a Draco a incorporarse en el asiento - ¿Que le hicieron? - Hermione apuntó a los chicos con su varita, sus ojos ardían en fuego, la chica cerró el compartimiento con llave y usó un hechizo para que en el exterior no escucharan lo que pasaba.

- Okey... - dijo la rubia lanzando un gran suspiro - les explicaremos todo, pero por favor, baja tu varita - pidió.

- ¿Y crees que lo haré solo porque una completa extraña loca me lo dice? - a la rubia pareció dolerle su respuesta, y solo bajó la cabeza.

- Yo lo desmaye... - habló el muchacho dando un paso hacia adelante, poniendo su mano en el hombro de la chica, dándole consuelo, Hermione lo apuntó amenazante - por accidente - aclaró - Mi nombre... Mi nombre es Scorpius Malfoy... - Draco abrió los ojos y retrocedió en el asiento.

- Y yo soy... Alderamin Malfoy.

Somos sus hijos - dijeron al mismo tiempo.

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Corto! si, pero bastante impactante, verdad que si? estoy aprovechando la musa de la inspiración antes de que me meta en libros de psicología, el cuerpo, la mente, entre otras cosas que mi carrera exija, puede que pronto esté actualizando mi segunda historia, no sé cuando, ya veremos, por ultimo ¿Por qué creen que los hijos de Draco y Hermione están aquí? los leo. Besos y gracias por su apoyo.

En contra de lo prohibido - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora