Familias rotas

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- ¿Qué ganabas con contarle? – preguntó Draco molesto, Narcisa no lo miraba, le daba la espalda mientras observaba el jardín por una de las ventanas del salón.

- Tenía que saberlo... - dijo secamente la mujer, Draco bufó.

- Eso sólo nos traerá problemas madre – soltó el rubio comenzando a exasperarse.

- Encerrado en esa celda no puede hacer nada Draco – Narcisa por fin se dio la vuelta, y lo miró con dureza.

- ¡Es capaz de escaparse con tal de impedir que yo esté con ella! Por Dios, es como si no lo conocieras – Draco ya estaba furioso, caminando de un lado para el otro del salón.

- Tu padre es el menor de los problemas Draco... ¿te has puesto a pensar lo que dirán los nuestros a lo que se enteren de esto? – Draco se detuvo y miró a su madre soltando chispas por los ojos.

- ¡Vaya tu doble moral madre! – soltó, Narcisa lo miró con reprobación, pero eso no importó, Draco continuó – Así que frente a ella eres la mujer más bondadosa de la tierra, ofreciéndole ayuda para encontrar a sus padres, pero ahora que no está presente en esta habitación, te siguen preocupando las apariencias y el estirpe de sangre, ¡Cada día me sorprendes más! – Draco comenzaba a alzar la voz, pero Narcisa habló más fuerte.

- Voy a seguir sosteniendo mi palabra con lo que ofrecí, anoche me puse en contacto con algunos conocidos ex socios de tu padre en Australia, y dijeron que en cualquier momento me darían información...

- ¡Entonces por qué te sigues quejando sobre ella! Sobre lo que van a pensar, sobre lo que van a hablar, ¡Me importa un carajo madre! – Narcisa le dio una dura mirada y Draco supo que debía relajarse, se pasó las manos por el cabello y suspiró.

- No estoy preocupada por lo que la gente vaya a hablar, me preocupa que ella, tú... Ambos lo vayan a soportar... una vez que salga a la luz su relación estarán en boca de todo el mundo y les aseguro serán la primera plana por semanas, después de todo ¡esto es lo que le encanta a la gente! Serán los Romeo y Julieta del mundo mágico.

- ¿Romeo y Julieta? – preguntó Draco estupefacto, Narcisa rodó los ojos, pero antes que pudiera contestar, una voz proveniente de las escaleras los hizo detenerse ambos.

- Una trágica historia de romance muggle – explicó con simpleza la castaña, Draco la miró y no supo que decir, la chica terminó de bajar las escaleras y se quedó parada entre ambos – soy consciente de que estaremos en boca de todos Narcisa... - sostuvo su mirada con firmeza ante Narcisa, y eso enorgulleció a Draco – No es una novedad para mi... - Narcisa se aclaró la garganta y dijo.

- Yo solo... me preocupo de que no sepan cómo lidiar con lo que la gente pueda decir... o hacer... habrá más de uno que quiera interponerse... desde recibir miradas no disimuladas en las calles... insultos pobres, pero hirientes... o hasta incluso que alguien pueda llegar a hacer algo para acabar con ustedes... y eso es lo que me preocupa... su seguridad... - Hermione asintió.

- Comprendo Narcisa, y no te preocupes... creo que soy suficientemente capaz de cuidarme muy bien... y lo que diga la gente no me va a importar... - lanzó un suspiro – no sería la primera vez que se habla de mi vida amorosa sin saber... - dijo recordando como Rita Skeeter la había puesto en primera plana divulgando que compartía una relación con Harry y Viktor Krum, esto molestó un poco a Draco al recordar también.

- Estaremos bien madre... no permitiré que nadie le haga daño a Hermione – Narcisa soltó un largo suspiro y terminó por asentir levemente.

- Solo decía, que en cuanto la gente esté sobre ustedes... no digan que no les advertí – terminó poniendo una sonrisa que a Draco le pareció extraña, casi nunca había visto a su madre sonreír – Debes tener hambre – dijo dirigiéndose a Hermione – le diré a los elfos que les preparen algo... - Hermione extrañada e incómoda solo asintió, La señora Malfoy salió del salón dejando solos a los jóvenes.

- Supongo que le llevará un tiempo acostumbrarse – dijo Draco con una sonrisa torcida, Hermione se relajó y tomó la mano que Draco le extendía, que se convirtió luego en un cálido abrazo – No dejaré que nadie te aparte de mi – susurró en el oído de la chica, y se abrazaron con más fuerza.


Los jardines de la mansión Greengrass eran conocidos por ser los más grandes y hermosos entre los magos sangre limpia y clase alta, aunque su mayor competencia durante muchos años fueron los jardines Malfoy que Narcisa tanto se empeñaba en cuidar, esto causaba un poco de rivalidad entre las matriarcas de dichas familias. Sus árboles mágicos y normales, a veces resultaban un buen escondite para la mayor de las hermanas Greengrass, cuando quería huir de las histerias de su madre, o la vanidad y egocentrismo de su hermana menor, se escabullía entre los jardines hacia un viejo árbol de raza desconocida, que tenía la habilidad de ocultarla del mundo cuando ella así lo deseaba, él la envolvía entre sus ramas, y la subía hasta la altura de él que ella quisiera, la envolvía entre sus hojas y quedaba fuera de vista, cuando volvía a casa luego de sesiones de lectura, siestas, o simplemente observar el cielo durante horas, recibía una reprenda de su madre, "que las señoritas no se comportan así "que no huyen de casa cuando se les da la gana" "que no vuelven llenas de suciedad" "que no visten así" "¿Que iba a decir la gente?" "¿Quién iba a querer casarse con ella?" "¿Por qué no eres como tu hermana?" a raíz de su "Rebeldía" y negación a sentar cabeza, su madre la había transferido al colegio Beauxbatons, donde la directora Madame Maxime, le aseguró a su madre que la volvería una señorita decente incluso antes de terminar el año, y como de costumbre no escucharon sus quejas ni negaciones, iría a Francia en menos de una semana y haría su último año de educación mágica ahí, y la única alegría que le causaba eso, era que estaría lejos de todo... tal vez incluso, no volvería.

Tras un largo suspiro pidió dulcemente a su amigo árbol que la bajara, tal vez eso sería lo único que extrañaría de casa. En cuanto bajó, cubierta de hojas y ramas en el cabello, descubrió que no estaba sola, rodó los ojos al ver a su hermana.

- ¿Qué quieres? – preguntó odiosamente, Astoria ni se inmutó.

- Estuve en Azkaban visitando a papá... quiere verte – Daphne suspiró e ignorando a su hermana comenzó a caminar hacia la casa, Astoria se indignó - ¡Eres una egoísta! ¿Ni siquiera te despedirás de papá antes de largarte a otro país? – chilló.

- No me estuviese yendo si no fuese por nuestra madre – soltó Daphne encarando a Astoria – ella es la que quiere mandarme lejos... mientras tú, su perfecta hija, te quedarás aquí y gozarás de todo lo que es mío cuando me vaya...

- ¿Lo que es tuyo? – replicó Astoria con ironía.

- No te hagas la tonta, sé que encontrarás la forma de aprovecharte de mí herencia, la cual no se me dará, hasta que no cumpla con los estándares de mi madre, y tal vez ni siquiera me sea dada, porque todos aquí sabemos que no quiero ser parte de este teatro de señorita de sociedad, en cambio ¡tú! Tú si cumples con todos los estereotipos, no me sorprendería que la hija favorita herede todo y la desterrada y olvidada tenga con conformarse con nada – las palabras de la rubia destilaban odio absoluto, Astoria no supo cómo atacar esto, entonces solo dijo.

- Haz algo bien... en tu vida, y visita a papá antes de marcharte... tal vez él pueda aclararte un poco más... sobre términos de herencia... ya que eso, por lo que veo, es todo lo que te importa – dio la espalda y se marchó dejando a Daphne sola, la cual simplemente refunfuñó y pateó ramas y piedras que se encontraban bajo sus pies.

Definitivamente, lo único que extrañaría de casa, sería ese árbol en el jardín. 

...

Holaa,estuve algo mucho, demasiada perdida por aquí, lo siento, apenas voy terminandode entregar todas mis tareas de la escuela y todo eso, y se me estabadificultando mucho tener algo de tiempo para sentarme a continuar con lahistoria, pero ya que por fin estoy libre, les traje un nuevo capítulo para queno me odien jsjs, disfrútenlo, muchos besos y gracias por todo el apoyo, loamo.

En contra de lo prohibido - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora