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Se estaba peinando el flequillo, preocupándose por su apariencia. Por supuesto que no podía llegar cómo un mamarracho a casa de la familia de Seungcheol. Estaba enojado, si, por supuesto, pero suponía que era rutina, ya se le pasaría y de todas formas no iba a arruinar su primer día de trabajo por culpa de su odiosa vieja.

Ahí parado, cómo un muñequito de cera tocó el timbre 1...2...3 veces, oh, quizá 4 porqué nadie abría.

No seas impaciente Lee》se dijo a si mismo despegando su dedo del botoncito. Pronto escuchó unos gruñidos del otro lado de la puerta que supo reconocer, también unos gritos molestos que decían algo cómo: ¿No pudiste encontrar a alguien más? Maldición, o eso logró entender. De inmediato el seguro de la puerta fue quitado y ésta fue abierta de forma apresurada. Lee sonrió a medias pues, aún cargaba un poco de molestia y sinceramente no se le apetecía mucho las bromitas de Seungcheol a su persona, sólo quería verlo y ya. Al menos en unos quince minutos cuándo se le bajaran los humos volvería a establecer su humor normal.

Esperaba al menos un "Enano, llegaste" o "Hola" pero ese día al parecer estaba lleno de decepciones, pues, el pelinegro no se tomó molestias en saludar, sólo lo vio de mala gana y se dió media vuelta.

Vamos que JiHoon no estaba muy felíz, eso cómo que lo desánimo aún más, pero al menos tenía esperanzas con la señora Choi. Del niño ni se hable.

ㅡ¡Tú! ¿Que haces aquí?ㅡSeñaló el pequeño SeungMing apareciendo de no se dónde, Jihoon dió un brinco, sobresaltado. Ni siquiera suspiró ni mada porqué el susto lo congeló momentáneamente.

ㅡ¡Mamá! ¡Se metió un pitufo!

¿Acaso oyó bien? ¿El mocoso le estaba diciendo pitufo? ¿Sufría de daltonismo para verlo azul?

Azul, Azul se le iba a poner la cabeza de la rabia. ¡Azul!. Su orgullo. Ofensa. Indignación. ¡Y encima el muy hijo de la señora se reía en su cara!

ㅡ¿¡Pitufo dijiste!?ㅡ Gritó Jihoon colocandose rojo en un dos por tres, el niño fruncio mucho más su ceño en una risa burlona y volvió a hablar.

ㅡ¡¡Mamaaaa, el pitufo me habla!!ㅡVolvió a gritar el pequeño rompiendo en risas mudas, al parecer disfrutando de la cara de toro que cargaba Jihoon. El joven niñero primerizo respiró ondo, diciéndose que tenía que calmarse, acariciando su frente y exhalando. Si se descontrolaba probablemente se rebajaria al nivel del chiquillo y terminaría perdiendo su nuevo empleo.

Mierda, échale ganas imbécil.

ㅡ¿Qué crees que haces niño? respetame

El niño borró inmediatamente su sonrisa para cambiarla por una expresión totalmente seria.

ㅡTe dihe que no te quero en mi casa, enano epantoso.ㅡJiHoon quedó en blanco y arqueo una ceja, debían avisarle al menos que su carcasa iba a ser golpeada con tales ataques, porque de ser así hubiera estado preparado para la guerra.

ㅡY yo te digo desde ahora, microbio, qué si me vuelves a decir "enano" te darás cuenta del verdadero enano aquí.

El niño entreabrio sus labios para responder pero sólo pudo inflar su pecho, pues unos pasos apresurados llegaron con tropel a la entrada de la casa, dónde aún estaban. La señora Choi apareció con los Cabellos alborotados y con una mueca de sorpresa al ver a su nuevo niñero. La sorpresa del bajo fueron las ojeras que resaltaban más del rostro de la señora, su palidez y sus prendas, que se habían transformado en pijamas descoloridas.

ㅡ¡Hijo lindo! ¡Ya llegaste!ㅡExclamó la mujer corriendo a estrechar al muchacho, ésta aún no se daba cuenta del poco agrado de estos hacía el más bajo, pues no le gustaban los abrazos. Bueno al menos no de ese modo.

𝐘𝐎𝐋𝐎 𝐘𝐎𝐇 • 𝐉𝐈𝐂𝐇𝐄𝐎𝐋 지철Donde viven las historias. Descúbrelo ahora