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Los rayos del sol no habían terminado de salir aún cuándo la señora IWhoon se había levantado de su cama para dirigirse directo al baño.

Iba caminando rápido y con los puños apretados. Otra vez a lidiar con el mismo dolor de cabeza.

ㅡJihoon, ven a limpiar la tapa del sanitario, Hasta cuándo voy a decirte que no dejes tu orine regado por tod...

La señora Lee se detuvo y escuchó lo que ella misma estaba diciendo.

Estaba hablando con alguien que no estaba.

Pero...

Se había acostumbrado a los regaños para su hijo todas las mañanas.

Si bien no era la madre perfecta, Jihoon no era el hijo perfecto tampoco. Ella no sabía porqué ese pequeño idéntico a su padre tuvo que haberle salido tan perezoso, flojo, dormilón, aguado.

Todo lo que ella detestaba en un hombre.

Pero era su hijo y aunque trató de levantarlo un millón de veces de la cama para que moviera su cuerpo y buscara trabajo él seguía siendo un muchacho flojo.

Había armado muchas expectativas con respecto al chico, pero cuándo cumplió los 16 que se tiñó el cabello por primera vez de color rosa pastel, supo por dónde se le estaba yendo el barril.

No era una mujer tonta, suficiente experiencia había adquirido cómo para dejar que el mismo error ocurriese dos veces seguidas.

Ella no permitiría que su hijo tuviera ese tipo de rebeldías con ella, era su madre y al cargar con su propia frustración junto con los gruñidos de su hijo le hacían una situación desesperante. La pobre mujer no hallaba que hacer.

Si Jihoon la viera probablemente le diría que se veía ridícula. Pero lo quiera o no lo único que tenía era a su hijo. Sólo eran ellos dos.

Tal vez por ello la mujer se sentó a llorar.

...

Cada hora que volaba era cada vez más aburrida que la anterior, gracias a dios y para su conveniencia que el tiempo pasaba rápido porque si no ya su piel estuviera fundiéndose con sus huesos en la espera de un final.

Mientras que su aburrida profesora se dedicaba a repetir la clase sobre Van Gogh su mente viajaba mediante saltos, de un pensamiento a otro, organizándolos, imponiéndose orden.

Sólo faltaban 2 días para la fiesta en casa de SeungCheol y todavía no hallaba estructuras para una escapada. Había pensado en llevar a SeungMing a su casa. Claro que lo pensó, también había pensado en hablar con la señora Choi para que ella misma supiera que su hijo era un completo patán oportunista.

Pero no lo haría.

Sus días pasados habían resultado igual que los días anteriores.

¿Qué? ¿Creían que cómo ya habíamos visto al pequeño SeungMing vulnerable y cariñoso se comportaría diferente?

ㅡ¡Pitufo apestodo, cállate!

Exacto, no.

ㅡ¡Mocoso!

El niño tiraba sus juguetes en contra del chico mientras correteaba dando vueltas y vueltas por los rincones de la casa. Todo porque no quería bañarse.

ㅡ¡El agua tiene calentadores!

ㅡ¡No me impolta!

En vez de un gruñido cansado, el chico lo que hizo fue sonreír. Rió un par de veces recordando cuándo era más pequeño y su mamá le daba con la chancleta o lo primero que tuviera al alcance de su mano. Era muy cochino de pequeño. Se atrevería a decir que era igual o un poco parecido a SeungMing cuándo tenía los 8.

Sólo era el pasado.

Dejó de reír abruptamente cuándo SeungMing se quedó varado en mitad de las escaleras, escaneándolo con la mirada.

ㅡ¿Qué?ㅡPreguntó confuso.

El pelinegro chiquito negó con la cabeza, balanceando su manzana de Adán.

ㅡSi eres feo.

La mueca en la cara de Jihoon no tardó en llegar y subiendo a zancadas (con sus cortas piernas) sujetó al niño de la cintura y lo arrastró hasta el baño, resistiendo los aruños del más pequeño que chillaba reclamando la libertad de su agarre que era impedida.

Mientras que SeungCheol con ambos brazos cruzados desde el comedor escuchaba todo mirando hacia arriba, un poco molesto y con la mandíbula tensa.

Últimamente no sabía que pasaba, quería engañarse a si mismo repitiendo "Fue un error besarlo, si lo fue" pero la verdad ni el mismo podía explicarse

🌸🌸🌸

Estaba un poco confundido, luego de que SeungCheol lo había cuidado al medio día había comenzado a.... ¿Ignorarlo?

Cuándo se quedó en la noche no siquiera se topó con él, no cruzaron miradas, no hablaron más de lo necesario y encima ni siquiera había estado tanto en casa porqué debía ir a sus clases de natación. Luego a estudiar inglés. Cómo resultado de todas las horas que Cheol estuvo fuera de casa sumó 7 horas en total.

7 horas en la calle, y el resto, evitándolo.

Y a Jihoon le supo a manteca, porque aunque le dolía un poco el comprendía perfectamente que la relación que mantenían ellos dos era puramente escolar. Sólo eran "compañeros" o "conocidos". Porque amigos no eran, los amigos no se besan ni se manosean de esas maneras.

Vaya, si dolía.

ㅡNo importa, Lee, No importa.ㅡSe hablaba a si mismo intentando desviarse de su sofocante imaginación que recreaba escenarios en los cuáles SeungCheol se reía de él por mentiroso mientras que estaba con su novio sin nombre hasta ahora.

Todo mareaba, y lo peor es que debía convivir con él ya que lo habían echado de casa.

Por lo tanto él viernes transcurrió de forma rápida, las posibilidades de aligerar su mal humor crecían, no podía vivir amargado todo el tiempo. Era su trabajo temporal, debía asumirlo, así que no se daría mala vida.

Se arreglaría. Porque luego del viernes empezaría a poner en práctica su malévolo plan para mantener a SeungMing dormidito y placentero mientras que el llegaba cómo toda una super estrella a la gran fiesta en casa de SeungCheol.

Porque sí iba a ir.

Y sólo quería que el sábado llegase con rapidez.



𝐘𝐎𝐋𝐎 𝐘𝐎𝐇 • 𝐉𝐈𝐂𝐇𝐄𝐎𝐋 지철Donde viven las historias. Descúbrelo ahora