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Tal vez una de las etapas más fuertes del estrés podía provocar alucinaciones, esto en conjunto con el llanto acaparando la claridad de su visión, era de hecho, una explicación no muy convincente para el más escéptico, pero posible para el que desea justificarlo y creer en algo.

Sólo que Jihoon tendría que estar entonces muy loco como para intentar creerse que el hombre parecido a él se acercaba con lo que él creía era preocupación. Una situación bastante increíble a decir verdad.

JiHoon miró a los lados, creyendo que el hombre de traje y maletín se dirigía hacia otro lugar, pero fue interrumpido por la voz del mismo.

ㅡ Joven, ¿Se encuentra bien?

Si. Le estaba hablando a él.

El señor de ojos pequeños y rasgados lo miraba fijamente, inclinado, con las cejas ligeramente fruncidas hacia arriba y acercando un olor fuerte a perfume (de hombre trabajador, de esos que se impregnan exageradamente).

Antes de tragar saliva, el menor pestañea un poco y al sentir sus lágrimas frías derramarse no puede sentirse más estúpido. Por supuesto que va a llamar la atención, si estaba llorando en público como si tuviera una dolencia grave.

ㅡ ¿Te pasa algo? ¿Quieres que llame a un médico o a un policía?

ㅡ No, no, no, no. Estoy bien. No se preocupe.ㅡ Respondió luego del ramalazo de vergüenza.ㅡ Son sólo problemas de adolescentes.

El hombre esbozó una sonrisa pequeña, sin mostrar del todo sus dientes, entonces con empatía se acercó a tomar asiento.

ㅡ Espero que no te moleste.

ㅡ Descuide.ㅡ Asiente con la cabeza, evitando mirarlo demasiado.ㅡ Estoy sólo aquí... En realidad estoy sólo en todos lados.

A pesar de que siente que habla de más, haber bajado el tono de voz al pronunciar lo último es lo que necesita para tener vergüenza de su confesión, como si necesitara decirlo en voz alta para tomarlo en serio y darse cuenta.

ㅡ Nadie está sólo nunca, chico. ¿Por qué dices eso?ㅡ Responde en su lugar el señor, algo extrañado. Le parecía ilógico que alguien de su edad dijera semejante cosa.

ㅡ Porque finalmente me quedé sólo, señor. No me quiere ni mi madre.

El hombre se ríe bajito, mirando al rubio de reojo. Nota su nariz rojiza y sus ojos hinchados, por lo que prefiere seguir siendo de ayuda aún sin querer asustar al muchacho.

ㅡ Todas las madres aman a sus hijos. Hay pocas excepciones. No todas saben bien como amar, porque tienen diferentes maneras de hacerlo o porque nunca supieron hacerlo; algunas son muy extrañas, porque nunca lo dicen. Otras, fastidiosas, porque lo dicen todo el tiempo. Pero al final del día, en lo más profundo, aman a sus hijos.ㅡ El hombre cruzó sus piernas y se apoyó del respaldo del asiento, ganándose la atención absoluta del rubio, aún moqueando. Observando su perfil familiar, Jihoon muerde su labio inferior, pensando en que quizás ninguna de esas mujeres podría ser su mamá. Su mamá como persona era horrible, y ni siquiera sabía si lo amaba... No, no había ninguna posibilidad.ㅡTu madre, también debe amarte. Muchacho. No sé en qué situación te encuentres con ella, pero cuando te sientas sólo, piensa en eso. Probablemente será la única mujer que puede serte fiel hasta en las peores situaciones.

ㅡ Usted sabe mucho.ㅡ Halaga con una sonrisa triste. Ahora se siente irremediablemente pequeño, y el hombre rasca su pelo algo cansado; quizás con tensión en el cuello porque se vuelve a encorvar como si lo hiciera todos los días y ya fuera algo incorregible.

ㅡ Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Eso dicen.

Jihoon carcajea flojo.

ㅡAh, eso es dicho de abuelo.ㅡ Señala, provocando que el mayor ría junto a él.

𝐘𝐎𝐋𝐎 𝐘𝐎𝐇 • 𝐉𝐈𝐂𝐇𝐄𝐎𝐋 지철Donde viven las historias. Descúbrelo ahora