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ㅡ¡Finales, llegamos a finales!ㅡ Celebraban algunos estudiantes habiendo entregado las actividades y recibiendo, en relevo, las nuevas.

No era una sorpresa que tuvieran los exámenes finales montados encima del hombro, ya que dentro de unos dos meses finalmente llegaría navidad. Luego de entregar exámenes finales, tendrían unas merecidas vacaciones, el punto negativo era que sólo hablábamos de 2 semanas y media de vacaciones, exactamente, y con más especificación, llenas de tarea para el hogar.

Quién entiende a los profesores.

ㅡ¡Daame mi puto lapicerooo!ㅡ Otra vez Mingyu trataba de molestar al de mejillas regordetas, el cual chilló casi de inmediato.

ㅡPásame la última respuesta de biología y te lo devuelvo.

ㅡYa, qué temático.ㅡ Se queja Seungkwan, rindiéndose para extenderle un par de hojas engrapadas.

Estaban solamente ellos dos terminandoㅡo cómo preferían decirle, "dándole detalles técnicos"ㅡ a los últimos exámenes pendientes justo a contrareloj. El profesor se hallaba postrado en su silla de piernas cruzadas con el mismo aire de superioridad que había mantenido por lo menos toda su vida, entonces no era problema, estaban en capacidad de entregar aún. Siempre y cuando no comenzara a cantar la lista. Era como la cuenta regresiva de la muerte aunque ellos no se preocupaban mucho, puesto que sus notas no eran malas.

Quizás hubiese sido lo suficientemente entretenido prestar atención a las discusiones graciosas y con cero coherencia de sus amigos, pero la cabeza de Soonyoung se hallaba en otro lado.

El muchacho de cabellos con matices púrpura mantenía la mandíbula rígida y un semblante casi tan sereno que parecía imperturbable, con las manos cruzadas a la altura de su mentón, parpadeaba cada tanto en el tiempo transcurrido donde él sólo analizaba, y pensaba.

Pensaba de todo un poco. En cuál era el sentido de la vida, si es que acaso había alguno, en porqué la inmortalidad del cangrejo, en porqué existía la desigualdad en el mundo, y en el último pero no menos atormentador y relevante: ¿Por qué Jihoon mintió?

Desde que eran pequeños recordaba a Jihoon como un niño de pocas palabras, pero que amaba estar metido en el bochinche. Cuando quería se metía en problemas, muchas veces no lo hizo directamente, pero si era de ese niño que entre murmuros ayudaba a que los pleitos comenzaran. Nadie, ninguno de los maestros parecía reclamarle mucho debido a que realmente no es como si una chancla, un correazo o una charla estuvieran esperando por él en casa. Por más ilógico que pareciera, a Jihoon no le pasaba nada.

Era tan sencillo como eso. No pasaba nada.

Era como si nadie velase por él, por su bienestar ni por sus estudios. Nadie le decía "Hey, debes terminar las cosas. Oye, debes esmerarte", "Jihoon, debes comer las tres comidas al día" "Primero son tus deberes antes de escaparte a la calle". Realmente Soonyoung había reflexionado muy poco sobre la escasa atención que le dieron a Jihoon durante su crecimiento en la escuela, y sobre la muy posible disfunción familiar impregnada en él, y en sus raíces.

Recordaba unas veces en las que le tocó estar encerrado en su casa, custodiado por su madre o padre, quiénes le ayudaban a resolver sus ejercicios, mientras que al día siguiente Jihoon le contaba todo lo que había hecho jugando en las horas que se supone debía estudiar. Solamente eran recuerdos breves que llegaban a él, pero no podían tener más sentido ahora. Habiendo crecido ambos, y más importante, habiendo descubierto los ocultamientos del más bajo, quién se suponía, era su mejor amigo.

¿Estaba bien sentirse en parte traicionado?, ¿Por cuánto tiempo trató de mostrar esa cara suya que no era la genuina? ¿Desde cuándo había decidido robar, acaso era un arco vicioso?

𝐘𝐎𝐋𝐎 𝐘𝐎𝐇 • 𝐉𝐈𝐂𝐇𝐄𝐎𝐋 지철Donde viven las historias. Descúbrelo ahora