Capítulo 2

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Unos ruidos hacen que me despierte y me aleje de la pesadilla que estaba sufriendo, abro los ojos de golpe, paro el despertador y me incorporo para sentarme en la cama. Tengo el corazón a mil por hora y sudores fríos por culpa del sueño que estaba teniendo. De repente la puerta de mi habitación se abre y Greg entra a medio vestir, todavía mojado de haberse dado una ducha.

-¿Que pasa? -pregunta al verme en el estado en el que me encuentro. -¿Otra pesadilla? -supone y afirmo con la cabeza mientras me paso las manos por la cara. -Lexa tienes que olvidar lo que pasó.

-¿Como se olvida algo así? -pregunto desesperada por tener la misma pesadilla cada noche desde hace tres años.

-Con el tiempo todo se solucionara, ya lo verás -me abraza y acaricia suavemente mi espalda hasta que consigo tranquilizarme.

-Gracias por estar siempre -digo mirándole a los ojos.

-Hasta que la muerte nos separe -bromea. -Venga vístete que te tengo que llevar a casa de tu madre antes de que aparezca por aquí muerta de los nervios.

Me río de lo que acaba de decir porque sé que es verdad, mi madre es una persona muy activa y nerviosa y he quedado con ella en que me pasaría toda la mañana en su casa arreglándome para la boda que empezaba a las siete de la tarde. Además hoy llega mi abuela Josefa, a la que todos llamamos Pepita con cariño, a casa y entre las dos sé que me pondrán histérica, menos mal que Zaida y Yanira también vendrán para ayudarme y no dejaran que enloquezca antes de llegar a la masía donde hemos decidido casarnos Greg y yo.

Después de desayunar y acabar de arreglarnos, Greg sube a su moto, una Ducati 11999 Panigela R, y yo subo detrás de él. La moto ruge y yo me agarro de Greg fuerte sabiendo que de eso depende mi vida. Mi departamento no queda lejos de la casa de mi madre y eso sumado a la velocidad a la que va Greg hace que en menos de diez minutos estemos allí. Bajo de la moto desabrochándome el casco y una vez me lo quito me paso la mano por el pelo para arreglarlo un poco, caminamos los dos hacia la entrada y nada más que abro la puerta siento que alguien me abraza con fuerza. Mi hermana Yanira. Me agarro tan fuerte como lo está haciendo ella y escondo la cabeza en su hombro. Hacia dos meses que no la veía por su trabajo, mi hermana es psicóloga y tiene su propio consultorio en Barcelona, pero estos dos meses se ha tenido que ir a Madrid a tratar a uno de sus pacientes y no ha podido venir hasta ahora.

Si yo he sacado todo el físico de mi padre, como todo el mundo dice, mi hermana es todo lo contrario a mi e igual a mi madre. Es rubia, guapísima, dos años mayor que yo, pelo rizado, ojos azules, alta, vamos que lo único que tenemos igual es el blanco de los ojos.

-Dime que no tienes que volver a Madrid -Le pido porque la he echado mucho de menos estos dos meses.

-Tengo que volver a dejar arreglados unos papeles porque no me ha dado tiempo pero serán solo dos días y luego ya vuelvo aquí -contesta mientras me suelta del abrazo. -Hola Greg -Saluda a mi novio con una sonrisa.

-Y Peter, ¿No viene a la boda?. -pregunto por su novio.

-No, le dejé hace un mes -contesta como si nada yendo hacia el comedor.

Si algo tiene mi hermana que no me gusta es que juega con los hombres a su antojo, según ella los tíos solo sirven para follar, pasarlo bien una noche y luego si te he visto no me acuerdo. Con Peter llevaba un mes saliendo con él y pensé que la cosa sería diferente. Que equivocada estaba.

-Dime al menos que te ha costado más dejarle a él que a los otros.

-¿Porque? ¿por pasar un mes y con los otros un día?, no hermanita me ha costado lo mismo, ósea nada.

Inconsciente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora