Nathan consigue atar el enganche del collar y a continuación me acaricia la mejilla con una de sus manos a la vez que baja la cabeza para estar a la misma altura, está a punto de besarme pero como se ha que está jugando me retiro hacia atrás y le hago la cobra. Veo su gesto de confusión y río irónicamente.
-Mira guapo, aunque creas que has conseguido que caiga rendida a tus pies te equivocas. No se si sabías o no quien era la primera vez que coincidimos, pero desde que te enteraste que estaba saliendo con Greg te propusiste seducirme, supongo que con la intención de hacerle daño a él. No me hace falta ni girarme para saber que Greg está detrás mío y lo ha estado viendo todo, solo con las veces que has mirado hacia atrás te has delatado a ti mismo. Has hecho todo esto solo para joderlo, ¿Pero sabes una cosa?, llegas tarde ya no estoy con él. Estoy harta de tíos como tu Nathan, te crees irresistible y eso lo utilizas para seducir a las tías, las engañas con nombres falsos para que luego no te puedan ni localizar y cuando consigues acostarte con ellas las dejas tiradas, bueno, pues siento decirte que eso no lo vas a conseguir de mí. Así que hazme un favor y olvídate de que existo. -le suelto y veo su cara de sorpresa, no se esperaba nada de esto y eso hace que me sienta orgullosa de mi misma.
Doy media vuelta y me alejo de él, Zaida, Thomas y Greg me esperan con una sonrisa en su rostro y eso me hace gracia. Aunque paso totalmente de Greg voy hacia Zaida y cuando llego a su lado me abraza y me entrega una cerveza que cojo con gusto.
-Te la has ganado. -dice y las dos reímos.
Pego un sorbo al botellín y la sequedad que tenía en la boca y en la garganta desaparecen al instante.
-Nathan, lárgate de mi territorio no te lo advierto más. -grita Greg advirtiéndole.
Miro hacia Nathan y veo como asiente a Greg, se pone el casco y enseguida oigo los rugidos de los motores de su moto y las de los demás Free Souls.
-¿Hasta que hora te vas a quedar? Necesito que me lleves a casa. -le pido a Zaida intentando olvidarme de todo lo que acaba de pasar.
Ella tras pensarlo un momento me dice:
-Dentro de una hora o así que hoy me ha tocado trabajar y estoy cansada.
-Perfecto. -digo mientras cojo el colgante entre mi mano y jugueteo con él. -Enseguida vengo. -le aviso y empiezo a caminar dirección a la playa.
El sitio al que quiero ir esta a unos quince minutos de aquí así que me da tiempo a ir y volver en una hora, las carreras no es un sitio en el que me guste estar mucho rato, muchos recuerdos me atormentan cuando estoy ahí y prefiero estar el menor tiempo posible. Cojo el camino más directo que me se hasta la playa y mi mente viaja a diferentes lugares mientras camino.
Cuando llego me dirijo hacia las rocas que hay a la izquierda y me meto por una entrada que hay para poder llegar hasta una de las tantas cuevas que tiene la playa. Después de un pasillo estrecho llego al interior de la cueva, esta es muy grande y solo tiene tres entras: dos por el mar y una por la tierra. Hay muy poca gente que sabe de la existencia de la entrada de la tierra así que no suele haber nunca nadie. La mitad del suelo de la cueva está recubierto por la arena de la playa mientras que la otra mitad la forman las olas que se cuelan entre las rocas. Las paredes de la cueva son bastante altas y ascienden como si de una cúpula se tratase pero la parte más alta de esta, está agujereada por una gran obertura que da acceso directo al cielo.
Las vistas tanto del mar como del cielo son espectaculares, podría quedarme a vivir aquí el resto de mi vida. El sitio lo descubrí gracias a un chico cuando tenía seis años.
Estaba sentada en la playa llorando porque había perdido de vista a mi madre, mi abuela y mi hermana. No las encontraba, habíamos ido a dar un paseo por la playa pero yo había visto algo que brillaba en la arena y me separé de ellas para ver lo que era. La playa estaba repleta de gente así que no tardé mucho en perderlas de vista y ellas a mí.

ESTÁS LEYENDO
Inconsciente.
RomanceMe encuentro tumbada en mi cama mirando a través de la ventana con la sensación de que mi mundo está cayendo a pedazos, ahogándome en él como la lluvia está consiguiendo hacer con las calles y las avenidas de la ciudad. Los últimos años han sido tra...