Estiro todos los músculos de mi cuerpo y mi mano da contra un cuerpo duro y terso, abro los ojos rápidamente, veo a Nathan dormido a mi lado y entonces recuerdo todo lo que pasó anoche. Sonrío porque hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien y disfrutaba con alguien, ni siquiera llegué a sentir con Greg la complicidad que sentí anoche con Nathan y eso me sorprende.
De repente suena el móvil de Nathan y eso hace que se despierte, cuando lo va a coger leo en la pantalla Tania y me tenso.
-Hola preciosa. -Dice con una sonrisa en su rostro. -Si claro. -Contesta después de una pausa mientras yo me monto una historia en la cabeza sobre lo que están hablando. -¿Esta noche?. Pregunta y confirmo mi historia. -Perfecto, nos vemos. -Se despide y yo flipo porque está hablando para quedar con una tía delante de mí después de lo que pasó anoche.
-¿En serio?. -Pregunto con las cejas enarcadas sin poder creérmelo todavía.
-¿Qué pasa?. -Pregunta él como si nada.
-¿Acabas de quedar con una tía para acostarte con ella delante mío después de lo que pasó anoche?.
-Ares, nosotros no somos nada.
-Ya lo sé créeme. Pero eso no quita el mal gesto que acabas de tener. -Le reprocho.
-¡Venga ya!, los dos nos teníamos ganas y nos las hemos quitado. Solo a sido Sexo.
Me suelta el muy gilipollas y entonces recuerdo una de las magníficas frases que me dijo cuándo le conocí: ¿Crees que podrías dejármela unos días para follarmela hasta cansarme y luego devolvértela?. ¿De eso se trataba?, ya sé que no tenemos exclusividad el uno del otro, de hecho yo tampoco quiero una relación seria con él, pero joder, después de todo lo que habíamos pasado, de las carreras, de los días que pasamos juntos, de todo, esperaba que no fuese tan frío conmigo.
Me levanto de la cama sin decir ni una sola palabra, voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua, estoy terminándomelo cuando Nathan aparece por la puerta de la cocina vestido tan solo con los pantalones.
-Lex.
-No. -Interrumpo lo que fuese a decir. -Ni se te ocurra decir una sola palabra.
Camino fuera de la cocina mientras Nathan me sigue, llego a mi cuarto y voy recogiendo la ropa que hemos ido tirando mientras le paso la camiseta a Nathan.
-Póntela. -Le ordeno.
Nathan me mira pero me hace caso y se la pone, me pongo en marcha otra vez, llego a la puerta de mi casa y después de abrirla y hacerle un gesto con la cabeza digo:
-Fuera de mi casa.
Nathan me mira con cara de sorpresa, sé que no estoy pensando lo que hago pero ahora mismo estoy tan cabreada por lo que me acaba de decir que no quiero tenerlo a mi lado y quiero quedarme sola para pensar.
-Vamos no me digas que te has cabreado, pensé que las cosas estaban claras entre tú y yo. -Dice él bajando el tono de voz para intentar convencerme.
-Y lo están.
-Ares...
-Nathan. Lárgate. -Digo en tono amenazador.
Nos miramos los dos a los ojos durante un rato largo, pero al final Nathan decide hacerme caso y se va de mi casa. Soy así, cuando me cabreo o tengo miedo de algo no atiendo a razones y prefiero estar sola que pagándolo con todo el mundo, al final, suspiro y sin muchos ánimos, desayuno, pongo una lavadora mientras me visto y me arreglo y después de quince minutos tiendo la ropa. Coloco un poco la casa y al final decido irme a la playa a tomar el sol. Después de tres horas, más relajada y despierta por la siestecita que me he echado, me visto, recojo las cosas y salgo de la playa.

ESTÁS LEYENDO
Inconsciente.
RomanceMe encuentro tumbada en mi cama mirando a través de la ventana con la sensación de que mi mundo está cayendo a pedazos, ahogándome en él como la lluvia está consiguiendo hacer con las calles y las avenidas de la ciudad. Los últimos años han sido tra...