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Hicimos el amor de una forma única, magnífica.
Y luego otra vez, me fui.

Regresé a mi casa sin ninguna gana de hacerlo.
Mi marido me recibió enojado y oliendo a alcohol.
Era su costumbre ponerse violento y culparme por cosas con las que yo no tenía nada que ver.

Llevaba once años de casada con él, y cada vez lo soportaba menos.
Siempre me sentí como una prisionera en mi propia casa.
De echo, eso es lo que yo era.

Su manía favorita era hacerme suya por la fuerza y esa vez no fue la excepción.
Sin embargo, nada de lo que pasó esa noche pudo borrar todo aquello que viví contigo en tu departamento, Saúl.

Me ausenté durante muchos días sin darte explicaciones, ni comunicarme contigo.

Tú siempre fuiste como un libro abierto delante de mí y yo me sentía una cobarde por no haberte contado aún mi verdad.

Estabas cansado de mis misterios, lo sabía, pero no tenía el valor suficiente para contartelo todo.
Tenía miedo a tu reacción.
No deseaba conocer tu desprecio, no podía perderte.
A ti no.

El mío era un mundo asqueroso, horrible.
Tú no tenías que ser parte de ello.
Pero nos amábamos de la manera más fuerte y sincera que pueda existir y al corazón no se manda.

Regresando a esos días y a mi marido...
Mauro no se conformaba con sus millones ganados en negocios sucios, ni con tenerme completa para él: también me obligaba a estar con algunos de sus amigos o socios de vez en cuando, recibiendo en cambio dinero y gastándolo en frivolidades.

Así que me tocaba acompañarlos a varios lugares, ofrecerles caricias, obedecer en todo y hasta acostarme con ellos si me lo pedían.
¿Que es lo que yo era para ellos? Una escort. Una prostituta con clase, para hombres de la alta sociedad.
Unos hombres asquerosos, despiadados y sin corazón, a los cuales no le importaba ver mi sufrimiento; al igual que mi marido.

Por toda la vida me tragué humillaciones y malos tratos, como si fueran copas amargas de vinagre.
Ya hace años me había acostumbrado, pero no podía más.
¡Estaba tan harta de todo!

Por mi suerte, llegaste tú y me salvaste.

El camino hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora