El camino hacia ti

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Mi felicidad siempre tuvo sabor a ti y tu nombre estaba tatuado en mi corazón desde el primer instante, Saúl.

Ahora creo en eso de que existen personas mágicas, porque las he visto.
Tú eres una de ellas.

En tus brazos, el mundo era perfecto y hermoso.

Me costaba mucho desprenderme de ti y regresar a mi casa.
Me hubiera quedado a tu costado para una eternidad, compartiendo todo: costumbres, comida, la cama, los sueños, la vida...

Llegué a mi casa a las seis de la tarde, media hora antes que Mauro, justo en tiempo para que él no se diese cuenta de mi ausencia.

Se acercó a mi.
"Me enteré que esta mañana te dieron de alta. Supongo que pasaste todo el día aquí, ¿verdad?"

Asentí pero él ya no confiaba en mi.

"Sara, hija! Ven acá un momento."-gritó.

"¿Qué pasa papi?"

"Dime, ¿sabes dónde estuvo tu madre todo el día hoy?

Mi respiración se volvió agitada.
Conecté mi mirada con la de mi hija, esperando que mienta por mi.

"Estuvo aquí. Hicimos las tareas juntas cuando regresé de las clases."

Respiré aliviada y no pude contener una pequeña sonrisa.

"Está bien princesa, puedes regresar a tu cuarto."-le dijo.

Más tarde bajamos a cenar y luego yo y Mauro regresamos a la habitación que por desgracia compartíamos.
Su presencia me ahogaba.

"Altagracia me acabo de acordar que hoy es tu cumpleaños. ¡Tenemos que celebrar!"

Y poseerme era su única manera de celebrar algo conmigo.

"Hoy no por favor...aún no me recuperé Mauro, estoy muy mareada. Me duele todo."
Fueron inútiles mis intentos.

"Creo que a veces se te olvida que yo te compré. Eres mi propiedad así que vas a satisfacer mis necesidades y deseos ¿Entendido?"

Tragué en seco y guardé mis lágrimas, de nada me hubieran servido.
Sabía que esa noche no tendría escape.

Odiaba sentir su respiración con olor a alcohol cerca de mi boca.
Odiaba sentir sus besos húmedos y desesperados sobre mi rostro.
Odiaba sentir sus manos asquerosas tocando mis muslos.
Odiaba sentir el peso de su cuerpo desnudo y sudado encima del mío.

Lo odiaba a él, con todo mi ser.