Corrí hasta no poder más.
Una vez tenida la certeza de que nadie me había seguido, tomé un taxi, acomodando a mi niño sobre mis piernas.Hubo mucho silencio durante todo el viaje.
Mi pequeño estaba muy asustado y desorientado y escondía su carita en mi pecho mientras yo acariciaba su cabello.Llegamos a mí cuarto en el mismo hotel y llamé la recepción pidiendo comida.
Disfruté mucho darle de comer y ver como iba terminando todo con velocidad y mucho apetito.
Acaricié su mejilla y lo miré con los ojos cubiertos por una fina capa de lágrimas y con esa ternura que solo una madre puede sentir.
"Tenías mucha hambre mi cielo, ¿verdad?"
Asintió con la cabeza.
Hasta ese momento no había oído aún el sonido de su voz."¿Qué tal si vamos a darte un baño y tiramos esta ropa que tienes ahora?"
Asintió nuevamente.
"Te compré unas prendas muy bonitas hace un par de días porque estaba segura que pronto ibas a estar aquí conmigo. Te van a gustar, ya verás."
Me dedicó una tímida sonrisa y me tomó por la mano para que lo llevara hasta el cuarto de baño."¡Ay, mira que niño más guapo tenemos ahora, tan limpio!"-exclamé, después de haberlo lavado.
Ver una pequeña y tímida sonrisa dibujada en su rostro, me llenaba de felicidad."¿Ahora me vas a decir cuál es tu nombre y cuantos añitos tienes? ¡Apuesto que hablas muy bien y tienes la voz más linda de este mundo!"
Y así era: su voz era suave y dulce, una sinfonía para mis oídos.
"Soy Daniel. Tengo tres años y medio."-contestó.Mauro, para lastimarme aún más, me había mentido.
No le había puesto su nombre a mí hijo, de echo se lo escogió la pareja que lo crió.
Esto fue un gran alivio para mí.Le puse el pijama y lo metí en la cama, recostándome a su lado y cantandole una canción de cuna hasta que se quedó profundamente dormido.
Parecía un angelito.
Mi pequeño angelito y mi gran milagro.~Gracias Virgencita por esta gran felicidad de haberme permitido encontrar a mi hijo. Te prometo que seré para él un gran madre. Haz que crezca feliz, fuerte y despreocupado y que me acepte fácilmente, que se acostumbre a mí. Ahora ayúdame a reencontrarme rápido con Saúl y con mi niña, por favor. Los necesito y los extraño demasiado.~
Me levanté de la cama, dirigiéndome hacia la ventana.
El cielo nocturno estaba iluminado por miles de estrellas y la luna brillaba fuertemente.
Hace muchos años que no la veía.De pronto unos hermosos recuerdos llegaron a mí mente, haciéndome sentir feliz y nostálgica a la vez.
Tú y yo haciendo el amor en orilla al mar, bajo la luna llena.
Unas lágrimas recorrieron mis mejillas.
~¿Dónde estarás, Saúl?~
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El camino hacia ti
RomanceEs la continuación de la historia "Sin Decirte Adiós" Esta vez es Altagracia la que nos cuenta su historia de amor con Saúl desde su perspectiva. Las dificultades que los separan son muchas, sin embargo el amor que los une es más fuerte y más grande...