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Una parte de mi estaba feliz y la otra estaba anhelando entrar nuevamente a la universidad, todo se encontraba más fácil, pero ahora debía encontrar trabajo dónde se me viera, y siempre está el pretexto de que buscan gente con experiencia, ¿dónde encontraran eso? Si prácticamente pasé estudiando todos mis años para específicamente trabajar en lo que me especialicé estos cinco años.

Tomé todo lo que me sería útil, en primer lugar, mi teléfono, mi billetera, mi credencial universitaria y las invitaciones de la graduación.

Tuve que correr, fue una necesidad porque ya me encontraba retrasado, casi treinta minutos de retraso para llegar a la graduación, al fin sería el ingeniero que desee ser todo este tiempo, al fin todo el esfuerzo que he cometido, ya dió frutos, pero en primer lugar, debería llegar temprano.
Cuando llegue al salón de ceremonias, se encontraban dos chicas bastante neumáticas en las afueras, al parecer estaban fumando, me acerqué más y vi que eran licenciadas de pedagogía; esto significaba una sola cosa que ya había comenzado la ceremonia hace bastante tiempo atrás, tenía que llegar para cuando anunciaran mi nombre al fin.

- hola, llegas tarde, ¿en qué te licenciarás? -. Me preguntó una de las chicas, la miré, era castaña y tenia el cabello lleno de ondas, bastante alta y usando ropa para mostrar sus curvas, me observó de pies a cabeza y se acerco mas a mi.
- soy ingeniero -. Dije.  Observé que cuchicheó con su amiga y me sonrió.
- aun no anuncian a los ingenieros, pero te esperamos, ¿necesitas que te lleven a tu casa? -. Dijo acercándose más aún.
- no, gracias, no te conozco, si me disculpan, voy a entrar -. Me tomó del brazo.
- pero, vamos, no seas arisco, solo queremos llevarte a tu casa -.
- dije que no, gracias -. Respondí frío esta vez.
- no me digas -. Dijo con una sonrisa y luego volteó la cabeza en dirección a su amiga. - al parecer tiene novia -. Me quedé en silencio. - ¿tienes novia muchacho? -. Preguntó seriamente.
- si -. Dije cortante y entrando.
- soy Melanie, y mi amiga es Catherine -. Dijo la chica castaña. - por si algún día nos necesitas -. Rió.

Yo entré asqueado, no quería chicas en mi vida, ni menos ahora que necesitaría trabajar como condenado, necesito ayudar a mi mamá. Me senté al lado de Craigh, al parecer estaba esperándome.

- Milo, ¿por qué has demorado tanto? -. Me susurró.
- lo siento, me quedé dormido -. Dije cortante.
- bueno, nos licencian en veinte minutos -. Agregó Craigh un poco molesto.
- esta bien -. Dije mirando hacia el frente mientras licenciaban a otras personas.

- Milo Jacob Manheim, licenciado de ingeniería civil -. Dijo el director de la universidad haciéndome señas para que pasara adelante, lo hice con absoluta gracia.
- gracias -. Dije sonriendo para la foto.
- éxito, hijo -. Me dijo.
Asentí y bajé del escenario, me sentía dichoso, ya en unos meses podría comenzar a trabajar, pero aún así necesito experiencia, pero lo lograré en algunos meses más, ya lo lograré, tal como logré graduarme.
Nunca pensé que tantos nervios y desesperación se reduciría a unos segundos de mi vida, aunque inolvidables, bastante cortos, fue como un minuto dónde solo quería recibir mi diploma, pero aún así todo fue muy rápido, después de todo, eran muchas personas a las cuales se licenciaban.

- amigo, ¿quieres ir hoy a una fiesta? -. Dijo Craigh animoso.
- ¿de quién es la fiesta? -. Pregunté.
- de Lindsey Maddison -.
- ¿a la chica que expulsaron por tener relaciones y traficar droga dentro de la universidad?, olvidalo, Craigh, odio eso, ya lo sabes, ir de fiestas no es lo mío -. Dije cortante.
- lo sé, Milo. Yo creo que deberías comenzar a vivir, a divertirte, ya te has licenciado, ¿qué mas deseas?, ¿comenzar a trabajar de inmediato? -.
- no, pero, ya sabes, Craigh eres mi mejor amigo, y lo sabes, como también sabes que yo no ando en fiestas ni en nada que rodea a ese mundo -.
- ya lo sé, esta bien, no te molesto; pero en caso de que necesites relajarte un poco y quieras salir, puedes llamarme y yo darte la dirección del lugar -.
- de acuerdo, no esperes mi llamada, porque no lo haré -. Dije yéndome de su lado.

Las chicas estaban esperándome afuera.

- hey, chico lindo, ¿cambiaste de parecer?, ¿te llevamos a tu casa ya? -. Preguntó la castaña que si no me equivoco solía llamarse Catherine.
- déjame en paz -. Dije retirándome frío y cortante.
Pues era un lindo día, podía ver a los pájaros cantar al son del viento, las ramas de árboles meneándose con la brisa otoñal, queriendo anunciar el invierno, yo solía observar el sisear y el danzar de las hojas sueltas dirigiéndose a un destino desconocido a la merced del viento y sus colores. Salí feliz de aquella universidad, orgulloso de lograr lo que deseaba.

- hijo, creí que irías con tus amigos a algún lugar -. Dijo mamá al verme salir solo. - por cierto, estuviste maravilloso allí, estoy tan orgullosa de ti -. Dijo arreglándome la camisa.
- gracias, mamá -. Le entregué mi diploma.
- vaya, mi hijo es ingeniero civil, es lo mejor que puede esperar una madre -. Aquella tarde, mi madre solía verse elegante, tenia mas maquillaje que diariamente y estaba vestida con un vestido negro y unos tacones grises, se veía preciosa y admiraba su sutil belleza de madre.

Subimos al auto, ella condució esta vez, pues ya entendía la ausencia de papá, el trabajaba, justamente en mi graduación, pero estoy feliz que mamá haya venido a verme.

En casa, habían lindos globos metalizados que decían "felicidades Milo", yo abracé a mamá al ver aquella vanidad, la mesa llena de cupcakes y cosas deliciosas, mi estómago estaba gritando ya, pues no esperé.
Al terminar, me dirigí a mi habitación, e hice algunas teorías sobre relatividad que aun me costaba entender.

This could be (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora