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Debía ir a buscar trabajo, y eso hice, para entonces me encontraba tomando el tren subterráneo para comenzar a decidir lo que haría de mi vida, y ver realmente lo que sería de mi primer empleo dónde tendría algunas ganancias. Se abre la puerta del tercer vagón, desde entonces era el más cercano a donde me encontraba parado, dejé que la gente saliera y entré, en aquella estación mucha gente comenzó a subirse, incluso quedé totalmente apretado allí, se sentía un poco el ahogo e incluso el aislamiento térmico que provocaba el calor del verano junto a un vagón pequeño repleto de gente desconocida.
En lo personal, no me gusta mirar a la gente cuando voy cerca de ellas, ya que puede sentirse incómodo, porque prácticamente comparto ese sentimiento, cuando me miran a mí, se siente incómodo, al menos desde mi perspectiva se siente extraño cuando gente desconocida te observa; anuncian la estación donde se encuentra mi destino y me preparo para intentar salir entre la gente que se encuentra totalmente ajustada, intento ignorar el hedor a poca higiene de parte de los demás y ajusto la corbata de mi traje, se abren las puertas, salgo a duras penas.
Este es el momento dónde debo subir muchísimas escaleras para poder salir del subterráneo, deseando traer el automóvil de mamá.
Miro mi teléfono por enésima vez y reviso la dirección, pues es bastante confuso encontrar una corporación, al menos para mí es bastante confuso, ya que mi atención en estos cinco años solo se fijó en ir y venir de la universidad, la confusión estaba abundando mi cabeza y si no actuaba rápido, perdería mi oportunidad y mi entrevista, para mi suerte, veo a un guardia que estaba en la puerta de la corte suprema, me dirijo hacia el, pues debería saber información de dónde se encontraba la corporación "lockwisse" que estaba buscando a toda costa.

- buen día, señor -. Me dirigí hacia el.
- buen día, joven, ¿qué necesita? -. Me contestó seriamente.
- por casualidad, ¿sabe cómo encontrar esta dirección? -. Le enseñé la dirección desde mi teléfono.
- a ver, "lockwisse inc." #384 -. Dijo en voz alta. - solo debe cruzar esta calle y en la esquina verá las letras sobresalientes -.
- se lo agradezco, señor, es usted muy amable -. Dije.
- no hay de qué, joven -. Mostró una leve sonrisa.
Después de aquello me dirigí a la esquina de la calle y pude ver en grande "lockwisse inc" en la esquina, miré mi reloj y aún eran las siete y cincuenta de la mañana.

Me apoyé en el mesón de la recepción y el señor que se encontraba detrás de él, me miró extrañado.
- ¿qué es lo que desea, señor? -. Me preguntó.
- buen día, vengo por la entrevista... -. Hice una pausa para mirar el teléfono y corroborar el nombre de quién me entrevistaría. - con el señor Taylor Mendel -.
- ¿habla de la señorita Mendel? -.
- supongo -.
- bien, aguarde en los sillones que se encuentran allí, lo llamaremos, ¿su nombre es? -.
- Milo Manheim -. Tecleó en el computador.
- ¿usted es ingeniero comercial? -.
- exactamente -.
- ¿y se tituló hace tres semanas? -.
- así es, señor -.
- perfecto, lo llamaremos, tome asiento porfavor -.

Me dirigí hacia la sala de espera y me senté allí, comencé por mirar al techo, y vaya, las lámparas y luces que lo decoraban eran bastante elegantes y todo estaba tapizado, era un sitio con mucho que contar.

- ¿Milo Manheim? -. Dijo una joven con una hoja en sus manos. Me levanté.
- soy yo -. Dije acercándome a ella.
- acompáñeme, señor -. Contestó dirigiéndose al elevador y llevándome al piso 11, oía mi pequeña voz observando todo el interior del elevador, me sentía inmerso en el gran espacio de la cabina, nunca había estado en un elevador tan espacioso, sin embargo, mi atención se desvió cuando me divisé al espejo que rodeaba todo el lugar, y en eso me arreglé el cabello, miro al frente y la joven que me trajo aquí estaba cabizbaja y al parecer estaba llorando, mi cuerpo estaba en aquel dilema si ir o simplemente no molestarla. Me decidí.

- oye, ¿te encuentras bien? -. Pregunté preocupado. Ella no respondió, sostenía su brazo izquierdo con apego, como si le doliera algo. - ¿quieres que llame a alguien? -. La chica estaba intentando esquivarme, así que la dejé.
Volví a mi zona y me quedé allí; las puertas del elevador se abrieron y la chica comenzó a avanzar, lo más lógico era que la siguiera, y lo hice. Se detuvo en una puerta que llevaba a un salón, y tocó la puerta. Una señora de al menos treinta y seis años salió de allí, y me miro entre sus grandes lentes, se los ajustó de manera que se podría argumentar en contra de lo amigable.

- ¿Milo Manheim? -. Dijo mirando la tabla que tenía en sus manos con frialdad.
- si, soy yo -.
- pase por aquí -. Dijo seca.

Me senté en la silla en frente de su escritorio y me miro precipitadamente.

- ¿y, bien? -. Agregó seriamente.
- buen día, señorita... -. Mire su placa. - Lockwisse, me sorprendí.
- Señor Manheim, ¿por qué cree que puede obtener este trabajo? -.
- verá, estoy muy capacitado para este trabajo, estudié en la universidad de California y me he licenciado hace tres semanas y dos días -.
- pero, aquí dice que usted no tiene experiencia laboral -.
- no, señorita, pero si me lo permite, hice mi práctica a la perfección en la universidad y lleve mi tesis cómo una de las mejores, puede ver mis facsímiles -.
- lo tengo claro, señor Manheim, pero usted está solicitando empleo en Lockwisse inc, ¿ha denotado el peso que requiere? ¿Sabe el valor de esta empresa? ¿Sabe la calidad de nuestros empresarios? -.
- lo se, señorita Lockwisse, por esa misma razón, mis profesores en la universidad me recomendaron en un 100% que debía venir a trabajar aquí, de hecho hicieron una carta -. Comencé a hurgar en mi portafolios y finalmente la encontré. - aquí tiene -. Se la tendí en sus propias manos, la dejó a su lado y tomo el lápiz y escribió, "Milo Manheim" con lapicero negro.

- bien, señor Manheim, las ultima  pregunta, ¿por qué elegirlo a usted, en vez de trescientos empleados que están disputando su lugar? -.
- no pido que me contraten y me elijan entre trescientas personas, pero si llegan a elegirme, yo haré todo lo que tenga que hacer, soy muy bueno captando ordenes y me concentro mucho haciendo las cosas, no seré el empleado ejemplar que todos buscan, pero prometo que daré lo mejor de mi mismo -.
- que honesto es, señor Manheim, conmovedor -. Dijo fríamente. Anotó algo en su cuaderno. - bien, señor Manheim, es todo todo por ahora, lo llamaremos en caso de una noticia, si le preocupa, lo llamaremos en un intervalo de quince días, si no ocurre nada dentro de esos días, considere que no ganó el puesto -.
- gracias por su tiempo, señorita Lockwisse -. Dije amablemente.
- hasta luego, señor Manheim -. Supuse que tenía que irme, así que cerré la puerta tras de mí y tomé el mismo camino para volver a casa, lo peor de todo es que tenia que volver caminando a casa después de bajarme del tren subterráneo.

Había llegado a ese lugar, tan especial en su momento, la nostalgia me consumió y solo me retracté a estar cabizbajo hasta pasar la villa. Voy pateando piedrecillas, tan pequeñas, pero tan molestas cuando se sumergen entre los pies y los zapatos. Cierro los ojos y me dispongo a pensar, en la vida, en que será de mi empleo, siento un empujón, un gran empujón, logro caer y miro al frente, tenía un auto en frente de mí, un auto blanco bastante elegante.
Alguien se bajó del carro, era una chica, una joven vestida elegantemente, tenia él cabello rizado y rubio, enfoqué mi vista en su rostro.

- señor, ¿se encuentra bien? -. Esa voz, comencé a exasperarme.
- ¿¡__________!? -.

This could be (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora