Hoy era navidad, hermosa y preciosa navidad, ya veía por la ventana de la habitación como nevaba afuera, era algo increíble que desde pequeño me alegraba bastante, algo a lo que suelen llamar: "espíritu navideño", siempre había sido parte de mí.
Recuerdo que cuando niño, esperaba con ansias la navidad cada año, y decoraba el árbol cada año junto con mi abuela, algo que amaba hacer, y ahora lo armaba con ___________ en mi casa, algo increíble que me llenaba de amor y alegría, juro que las fiestas son lo más increíble del mundo para mi, sobre todo cuando se pasa en familia, veré a mi madre, a mi suegra y a mi hermosa novia, rodeado de mujeres importantes en mi vida.
- Milo, ¿quieres pasarme la salsa? -. Decía mi madre señalando la salsa que estaba a mi costado.
- por supuesto, madre -. Hablé y le tendí lo que ella pedía.
- gracias, cariño -. Se la sirvió en su plato. - bueno, y cuéntenme, ¿cómo ha sido todo esto de vivir juntos -. Hablaba mi madre con una sonrisa, me encantaba, ya que sus cachetes regordetes se apretaban y le formaban una linda expresión.
- ha sido increíble, mamá -. Señalé.
- realmente si, aunque el trabajo nos tiene un poco desencajados -. Habló __________ echándose un trozo de pavo a la boca.
- oh, entiendo, y hablando de eso, ¿cómo te ha ido en el trabajo, ___________ linda? -. Preguntó mi madre con ternura.
- bastante bien -. Sonrió. - gracias por preguntar, de hecho, más casos me están llegando a la mesa, dicen que me he vuelto toda una experta, eso me emociona -.
- que lindo, hija, siempre supe que sería así -. Habló su madre. - ¿y tú, Milo? ¿Cómo te ha ido? -.
- bastante papeleo y todo eso, ya sabe, es algo complicado, hay veces que tengo que quedarme horas después del turno laboral, pero estoy seguro que todo es por una buena causa -. Sonreí.
- por supuesto, querido -. Me dijo la madre de ________.
- por la familia y nuestra cercanía -. Habló mi madre levantando su copa de vino.
- ¡Salud! -. Dijimos todos.
*
- Milo, ¡mi sombrero! -. Recalcaba __________ con un poco de desesperación al ver que su sombrero había sido llevado por el viento.
Corrí para obtenerlo, y lo obtuve.
- ten mi princesa -. Dije observando lo hermosa que se veía en ese vestido blanco que volaba al son del viento de la playa.
- gracias -. Me dió un tierno beso en la mejilla. - creo que se está haciendo tarde, ¿qué tal si nos regresamos al hotel? -. Me abrazó.
- puede ser, ¿pero que gano yo? -. Me miró desentendida.
- ¿tengo que darte algo porque vayamos al hotel a cambiarnos para la noche de año nuevo? -. Preguntó irónicamente.
- claro -. La acerqué a mi.
- pues no -. Se zafó de mi y comenzó a correr riendo, fui tras ella.
- me has salido toda una pilla -. La alcancé y la tomé entre mis brazos.
- ya suéltame, Milo -. Decía moviendo las piernas.
- pues no -. Repetí sus palabras y ella hizo un puchero.
Aquella noche se veía preciosa, lucía un vestido de lentejuelas mas o menos unos seis o siete dedos arriba de la rodilla y de tubo, se veía absolutamente maravillosa, espléndida puedo decir; veríamos los juegos artificiales en la playa, sería un panorama bastante romántico y luego seríamos parte de la fiesta tikki, bebiendo de un coco y disfrutando de la diversa fruta.
La noche ha sido increíble, junto a ella, viendo los distintos bailes, hombres con máscaras talladas en madera con algunas hojas de alcaparras decorándolas, chicas bailando en el Luau, era bastante increíble y todo lo pasaba junto al amor de mi vida, son increíbles estos sentimientos que tengo hacia ella, sé que nunca cambiarán, estoy totalmente enamorado...
