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- no, Alexis -. La aparté rápidamente. - no voy a aceptar que me beses así, te lo dije, tengo dueña -. Respondí sensato.
- esa chica tiene mucha suerte de tener a un hombre cómo tu -. Habló relajada.
- yo tengo la suerte de tener una mujer como ella -. Sonreí.
- ¿me vas a dejar a mi casa? -.
- si, vamos -.

La dejé en su casa y volví a la mía. Las luces estaban apagadas, solo vi por el rabillo de la puerta de la habitación que estaba encendida, debía ser ___________, preparando su caso.
Golpeteé la puerta para evitar darle un susto.

- Milo, llegaste -. Levantó la vista de sus papeles, si, estaba leyéndolos en la cama.
- si, oh lo siento, ¿te interrumpí?, puedes seguir con lo tuyo, cariño, iré a la sala -. Dije tomando el pomo de la puerta.
- no, Milo, ya terminé -. Me detuve y ella comenzó a ordenar todos los papeles que tenía en la cama y los apiló en el escritorio.
- ¿quieres ver una película o algo así? -. Pregunté sonriéndole.
- claro -. Nos acostamos en la cama y encendí la televisión. - ¿cómo te fue hoy?-. Preguntó.
- bueno, ya sabes, solo vi algunos grupos, te contaré que Paramore estuvo increíble -. Tragué saliva al recordar que me había besado con Alexis.
- ¿Paramore estaba allá? -. Hizo un puchero.
- si, estuvieron increíbles -. Contesté nervioso.
- ¿fuiste solo? -.
- no, cariño, con una compañera de trabajo -. Ella me miró extrañada.

Se quedó en silencio. Comencé a buscar algo en Netflix.
- quiero ver esa -. Dijo un poco seca. Señaló "Un príncipe de navidad", la verdad es que no me llamó mucho la atención, pero de todas maneras la cliqueé y la película comenzó.

En los primeros treinta minutos desde que se había reproducido, ella no había dicho ni una palabra, si no la conociera bien, podría decir que está; ¿celosa?.
- ¿qué ocurre, amor? -. No recibí respuesta alguna. - vamos, ___________, háblame -.
- lo siento, Milo -. Suspiró, lo noté.
- espera, ¿estás celosa? -.
- ¿no puedo estarlo? -. Me miró a los ojos.
- vaya, ____________, creo que esto me encanta -. La besé.
Ella correspondió.

El besó siguió así y cada vez se volvía mas intenso, hasta que ella se levantó y me besó, el beso siguió, y siguió, hasta que comencé a sentir ese cosquilleo en la entrepierna, la subí a mis piernas y comenzamos a profundizar el beso hasta que se convirtió en algo salvaje.

Comenzamos a quitarnos la ropa, sentí el pudor, y también sentí el de ella, fue algo totalmente extraño y nuevo, una sensación que solamente había visto en películas o videos morbosos, también se agudizaban sentidos de los que Craigh había mencionado alguna vez.
Ella era increíble, totalmente, pude sentirla por primera vez, experimentar algo tan placentero con la mujer amada, de seguro le pediría matrimonio, muy pronto, ella era la mujer de mis ojos, siempre estuve completamente seguro; ella es todo para mí, ahora la tenía a mi merced y pues ella me tenía a mi a la suya, que felicidad, la castidad ya no era parte de mi, y supongo que para ella la virginidad tampoco.

Lo habíamos hecho, ya me sentía completamente hombre, había sido algo totalmente encantador.
Ella estaba apoyada en mi pecho absolutamente desnuda, al igual que yo, habíamos compartido orgasmos, aunque el de ella llegó minutos después que el mío, hablando de aquello, ¡Ella era mía!, solo mía, y yo era solo suyo, siempre lo he sido, sé que sí.

- vaya, esto es nuevo -. Decía en mi pecho.
- absolutamente, mi amor -. Le dije besando su frente.
- supongo que era algo que tenía que intentar -. Argumentó encogiéndose de hombros. - y más con el hombre que amo -. Admitió.
- vaya, ___________, esto refleja cuánto nos amamos, pero sabes, no te imaginas cómo te amo yo -.

This could be (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora