16

226 25 2
                                    

Me decidí a ir a buscarla a su trabajo, sería sorpresivo, y ya que me encontraba tan feliz, lo decidí, me dirigí hacia la corte suprema y al pasar por una florería, compré el ramo de rosas más bello, ella se lo merecía completamente, y mi felicidad quería compartirla con ella.
Llegué al recinto, totalmente exasperado, me sentía en las nubes, cada paso que daba, cada suspiro era un placer.

Divisé a lo lejos a _________, iba ir a saludarla, cuando observo que no está completamente sola, hay un chico a su lado, intento enfocar la vista para divisar de la mejor forma posible; el chico es todo un modelo, es guapísimo, incluso más que yo, aquello me hizo sentir triste, y toda la alegría que llevaba dentro de mi, como una flecha incrustada en el alma, se había esfumado, _________, riendo con otro hombre, se le veía muy feliz, incluso más que conmigo, debía admitirlo, el chico era guapo cómo el demonio, de seguro debe tener a muchas chicas arrastrándose por el, lancé un suspiro, miré el ramo de flores que tenía en la mano, por un momento, quise arrojarlo, pero no podía comportarme de esa manera, no era un niño.
Miré directamente a _________, y ella por fin se dió cuenta que yo me encontraba a unos cuantos metros de ella, me vió y me saludó con la mano, se despidió rápido del Ángel andante y vino hacia a mi.

- Hola, Milo, ¿me contarás aquello que querías decirme? -. Preguntó con una sonrisa que no pude ignorar.
- si -. Dije frío. Maldita sea, yo no soy así, ¿por qué tengo que actuar así con ella?. De seguro, son celos.
- ¿qué ocurre, Milo? -. Ella se dió cuenta de mi agonía.
- nada -. Intenté disfrazar mi tristeza.
- Milo, sé que ocurre -.
- lo sé, ________, tú siempre lo sabes todo -. Dije fríamente, y la miré, su expresión cambió repentinamente, se sintió ofendida de lo que le dije.
- Milo, se qué pasa, de verdad no tienes de qué preocuparte, el es sólo el fiscal, y debía arreglar asuntos con el -. Dijo acariciando mi mejilla.
- perdóname, ________, no sé el por qué de mi comportamiento, pero te sigo amando como hace cinco años, y no quiero perderte otra vez -. Sus ojos brillaron.
- no me perderás -. Dijo y me besó.
No pude aguantar la emoción del caso, ella me besó, ¡Me besó!, ahora si, me sentía dicho, podía ser feliz otra vez, el mundo podría acabarse y a mi ya no me importaría, ya cumplí mi felicidad completa. Se separó de mis labios, y sus ojos aún brillaban, la apegué a mí, y la besé de vuelta, mi corazón palpitaba cómo loco, quería salirse del pecho, nos separamos. - ¿eso es para mí? -. Preguntó apuntando hacia el ramo que tenía en mi mano.
- claro, claro -. Le dije brindándoselo en las suyas.
- muchas gracias, ¿cómo supiste que me gustaban las rosas? -. Dijo feliz.
- intuición, princesa -. Dije sonriendo.
- ¿me contarás las noticias? -. Preguntó ella.
- por supuesto, vamos al auto -. Dije.

Nos subimos a mi auto, yo le abrí la puerta del copiloto para que se sintiera cual dichosa princesa, y me dirigí a conducir.
- ¿sabes, _______? Hoy ha sido uno de mis mejores días -. Dije sin apartar la vista del camino -.
- ¿a qué se debe? -. Me preguntó.
- bueno en primer lugar, me aceptaron en Lockwisse... -.
- ¿¡hablas enserio!? -. Me interrumpió. - Milo, me alegra tanto oír aquello, no lo puedo creer, me siento muy feliz y orgullosa de ti -. Dijo emocionada.
- no me dejaste continuar, y por cierto, gracias, en segundo lugar, la chica que amo, me besó, y en tercer lugar, comparto con ella este momento -.
- ¡ay, Milo!, que tierno eres, no podría pedir mas, eres la mejor persona que he conocido, por favor, nunca me dejes -.
- yo jamás te dejaré, jamás -. Dije.

Cuando llegamos a su casa, nos bajamos del auto, y me decidí.

- _________, hay algo que quiero decirte -.
- ¿si, Milo -. Volteó a verme con sus ojos deslumbrantes que brillaban con el reflejo de los focos y la noche.
- yo quería... -. Hice una pausa, fue allí cuando las palabras no salían de mi boca, tenía que hacerlo ahora, su expresión era taciturna, tenía que soltar mis sentimientos ya, tenía que hacerlo, pero las palabras seguían sin salir de mi boca. - ________, yo quería... -. ¿Por qué es tan dificil?. - yo quería decirte que para amarte... no, no, empezaré otra vez -. Ella soltó una risita, sabía lo nervioso que estaba, y probablemente sabía lo que yo diría. - ________, yo te amo con toda mi alma, hasta después de cinco años de tu ausencia, mi corazón no te olvidó, marcaste mi vida, mi corazón y mi alma te pertenecen, por favor, confío en tus manos para guardarlos, ¿quieres hacerme ese favor?, ¿querrías ser mi novia? -.

This could be (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora