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Cada día se hacía mas cansador el trabajo, sin embargo, era la única forma de llevar dinero a la casa.
Alexis me ignoraba, ya no era la misma, entiendo, la rechacé mal, pero creo que el que debería estar enojado debo ser yo, me robó un beso sabiendo que yo amaba a mi __________.

- amor -. Decía __________ en la cocina.
- dime, cariño -.
- ¿me ayudas con esto? -. Ella estaba preparando pancakes para el desayuno.
- por supuesto, querida -. Agarré la sartén y le ayudé.
Cuando terminamos de hacer el desayuno nos sentamos a la mesa.
- ¡que rico! -. Decía comiendo el pancake relleno de chocolate, noté que tenía una pequeña mancha de chocolate en la comisura del labio, a lo cual tomé mi servilleta y sutilmente la limpié. - oh -. Dijo absolutamente tierna, lamiéndose los labios.
- cariño, se acerca la navidad -. Di un sorbo a mi taza de café. Capté su atención. - mi madre dice que le encantaría cenar con nosotros -.
- ¿con nosotros? ¿Aquí en el apartamento? -. Preguntó.
- no, en casa, ¿qué te parece?, dijo que podrías llevar a tu madre y así pasaríamos una linda navidad todos juntos -.
- me parece una buena idea -. Aclaró. - yo tenía otra -. Comió otro pedazo de pancake.
- ¿cuál, cariño? -.
- bueno, me darán libre toda la semana de temporada navideña, y para año nuevo me gustaría viajar, podríamos ir a Miami a pasar el año nuevo, dicen que los juegos artificiales son maravillosos, o mejor aún, podríamos ir a Hawaii, sería mucho más emocionante, me sentiría mejor, si, si, ¿vamos a Hawaii?, ¿si? -. Su mirada era la mirada más tierna que me había dado jamás, parecía una niña, por primera vez la veía así; después de verla tan determinante e imperturbable.
- claro, cariño, lo que tu quieras -. Apreté su mejilla con ternura.
- ¿enserio? -.
- si, hay que sacar los pasajes pronto -. Hablé.
- puedo hablar con mi agente y que los saque hoy mismo -.
- ¿tienes agente? -. Pregunté impacto.
- cada abogado tiene el suyo, miento, no todos los abogados tienen un abogado, digamos que la experiencia me ha ayudado y los casos que he ganado, pero también la pequeña ayudita que me ha dado Jung -. Sonrió. Jung, ese tal imbécil, lo recordé por un momento, no podía ser que tenía a mi novia la mayoría del día, pedazo de tonto, idiota y malnacido, lo odio.
- ah, genial -. Dije seco sin ninguna expresión facial.
- ¿qué ocurre, Milo? ¿No me digas que esta vez tu eres el celoso? -. rió.
- no -. Me levanté de mi asiento recogiendo los platos de la mesa para lavarlos.
- vamos, Milo, no puedes ponerte celoso de Jung, solo es mi amigo, aparte no tienes por qué, ¿o quieres repetir lo del otro día? -. Me siguió hasta el lavaplatos. Sabía de lo que hablaba, casi se me sube la rosácea, sin embargo no me lo permití.
- ¿qué pasó el otro día? -. Dije frío sin apartar la vista de los platos que lavaba.
- ¿quieres que te lo recuerde? -. Pasó su dedo índice por mi hombro coquetamente, ¿quién era esta __________ y que habían hecho con mi verdadera ____________?.
Tragué duro.
- ay amor, no puedes ponerte así -. Se sentó en la cocina y me miró.
- ¿qué hiciste con mi __________? -. Pregunté extrañado.
- ¿quieres saber que pasó con ella? -. Me jaló de la corbata. Tragué duro de nuevo.

Pasó otra vez, me estaba volviendo adicto a estás cosas con aquella mujer, era increíble, tenía un cuerpo maravilloso, que solo yo podía ver, me sentía absolutamente afortunado, ella era mi ___________, sabía que esa confianza la tenía solo conmigo, lo sabía bien, podía verlo en sus bellos ojos.

"Ay el amor"

Amo a esta mujer, la amo, podría gritarlo mil veces a los cuatro vientos y jamás me cansaría de hacerlo.

This could be (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora