9

344 28 2
                                    

- bueno, tengo algo que decirte al respecto, Milo, yo creo que tampoco pude olvidarte -. Dijo sonrojándose. Algo que me hizo muy feliz.
- ¿enserio lo dices, _______? -. Parecía bastante sorprendido y extasiado.
- si, aunque me cuesta un poco decirlo, y ya que nos estamos sincerando, tenía que hacerlo, tampoco quería verte triste, ni nada -. Dijo, aún sin dirigirme la mirada, se estaba poniendo nerviosa, debía cambiar de tema pronto.
- no te preocupes, _______ .- le sonreí. - ¿qué tal está la comida? -. Pregunté.
- bastante buena, gracias por traerme aquí, Milo, la verdad me hace muy feliz que no tengas rencor por el daño que te hice -.
- por favor, _________, ya lo discutimos, es tema cerrado, no te preocupes, no hay daño, ni mucho menos rencor, ni modo de que me hubieras matado y yo hubiera vuelto en forma de alma -. Reí, ella también lo hizo, pero de manera suave.
- esta bien, Milo, no volveré a tocar el tema, al menos ya sé que no estas molesto conmigo -.
- ________, jamás podría estar molesto contigo, ni menos por seguir tus sueños -. Dije seriamente. Sus ojos brillaron.
- gracias por comprender -. Dijo sonriendo.

En aquel momento, quedé sin palabras, completamente en blanco, no sabía con exactitud que decir, al menos sabía una cosa, que ella no me había olvidado, pero dudo que me siga amando como yo a ella; es lógicamente imposible, ya que han pasado cinco años y unos cuantos meses desde que se fue, quizá conoció a alguien más, son cinco años, es mucho tiempo en la vida de un simple humano, aunque yo no quise ligar con nadie en realidad, ella probablemente conoció a un chico mejor que yo en todo; que no me haya olvidado, no implica que siga queriéndome y amándome como lo hacia hace cinco años atrás.
- ¿qué tanto piensas, Milo? -. Preguntó y hallé en ella un tono de preocupación en su voz.
- nada, nada, lo siento, solo tuve un momento reflexivo -. Contesté nervioso.
- sé lo que pensabas, no te preocupes, no se lo diré a nadie -. Me guiñó.
- ¿ah sí? -. Pregunté un poco confuso, pero inmediatamente recordé que ella es muy inteligente, y siempre supo lo que yo estaba pensando o lo que estaba a punto de decir, incluso cuando la conocí, creía que era una especie de chica hermosa cerebrito - vidente o algo así, sin embargo es muy lista, y no podría ganarle en un debate, y menos ahora que se especializó en aquello, me pregunto, ¿cómo le habrá ido?. - bueno, bueno, no se lo digas a nadie, confiaré en tu palabra, aunque siempre lo hice, a todo esto, ¿cómo te fue en Hardvard, qué has logrado? -. Pregunté interesado.
- vaya, no me lo habías preguntado de esa manera, bueno, me licencié en abogacía jurídica, lo que siempre soñé, como sabes. - hizo una pausa.
- adivino, eras la mejor de tu clase -.
- tiene un poco de verdad. - hizo otra pausa. - bueno, lo primero que se me ocurrió al licenciarme, es consultar empleo, y en una de las opciones que vi, estaban aquí en California, y era algo bueno para empezar, ya que en las otras opciones se necesitaban como mínimo un año de experiencia, y yo saliendo sin ninguna plataforma, solo debía encontrar un trabajo que no necesitara de experiencia para comenzar a labrar, conseguí trabajo en la corte suprema de California, pensé que era una buena idea volver a mi ciudad natal, me dieron el empleo por ser una chica prodigio en la universidad de Hardvard, y la corte me dio mi profesión de abogada jurídica, lamento que mezcle las cosas, es que en realidad me siento emocionada contándote todo después de cinco años -. Dijo sonriendo.
- me encanta escucharte otra vez, ________, y vaya, avanzaste mucho en tu carrera, cumpliste tus sueños, estoy muy orgulloso de ti, aunque era obvio que lo lograrías -. Rió.
- que tierno eres, Milo -. Rió otra vez, su risa era lo mas tierno que había visto en la vida.
- tu eres tierna cuando ríes -. Esto la hizo reír más.
- vaya, no has cambiado mucho -. Dijo recuperando la compostura.
- podría decir que tu tampoco has cambiado -.
- creo que no, todo ha sido tan repentino, ¿cómo te ha ido a ti? -.
- en los estudios bien, no fui el mejor como tu, pero si fui buen estudiante y mi profesión dice: Ingeniero civil, me alegra haber alcanzado aquello y hoy fui a Lockwisse Inc. Por empleo, mi entrevista fue muy rápida y dijeron que me llamarían, hay ciertas probabilidades de que alcance el puesto, solo quiero progresar -.
- vaya, Milo, espero con toda mi alma que te acepten en ese trabajo, y si no lo hacen, se han perdido a un gran trabajador -.
- que lindo lo que dices, _______ -. Dije sonriendo, ella también sonrió.
- es lo menos que puedo hacer por ti, incluso si implica abrir mi corazón un poco -. Desvío la mirada, ella sabía bien que al decir esas simples palabras lograría sonrojarme.

Llego el momento de irnos, y de algún modo u otro quería que volviera a ser mi novia, o en este caso mi pareja, mamá me había abierto a un montón de posibilidades de formar una vida con ella, me sentía emocionado de hacer todas esas cosas, pero la vida es larga y tengo tiempo para ello, solo me adelanto a los hechos, hacerla mi novia ahora puede darle una mala impresión de mi, y si dice que no, quizás no la vea nunca más y la pierda de nuevo, esto tenía que ser algo estratégico, debía pensar bien mis movimientos, y debo pedirle ayuda a mi mamá y a Craigh, ellos me ayudarán, me siento bastante desesperado, estoy planeando antes de tiempo.

- me divertí mucho, gracias por traerme,
Milo -. Dijo al cerrar la puerta del copiloto.
- me alegra mucho de que te hayas divertido, y yo también la pasé muy bien, pero siempre contigo la he pasado bien, no dudes eso -. Le guiñé.
- gracias, Milo -. reposó su mano sobre la mía que se encontraba en la manilla de cambios del auto, me sonrojé completamente, sentí la cara arder, como si un calor subiera desde la punta de mis pies hasta mi frente.

Llegamos a su casa, y me detuve, en ese momento, donde quedamos en silencio, mis ganas de besarla se incrementaban, pero debía aguantar, es el primer día que la veía, podía esperar.
-¿cuando nos veremos de nuevo? -. Preguntó ella.
- cuándo tu quieras -.
- ¿te parece si nos vemos pasado mañana? -.
- claro, ¿cambiaste de número? -.
- si, ¿me llamarás? -.
- si tu lo deseas -.
- entonces, lo harás -. Reímos ambos. - dame tu teléfono -. Sumergí mi mano en mi bolsillo y le di mi móvil.
Ella anotó su número ahí, lo supuse ya que tecleó una serie de cosas.
- gracias por darme tu número -.
- no es nada, después de todo estamos bien, y me alegra tener a alguien como tu en mi vida -.
- no tanto cómo me alegra a mi -. Dije sonriendo, él clima comenzó a nublarse, y la temperatura a aumentar exponencialmente, sentí que debía besarla, acercarme más, así que me acerqué un poco, ella me miró, nuestras miradas se profundizaron.
- bueno, Milo, ya es tarde, debo entrar, mañana es mi primer día de trabajo, por lo tanto debo descansar, gracias por darme este maravilloso día -. Era por esa razón que no quería salir mañana. Me alegré por ella.
- claro, _______, espero que estes muy bien en tu primer día, te deseo el mayor de los éxitos, y mi corazón te envía toda clase de cariño -.
- gracias, Milo, adiós -. Dijo abriendo la puerta. Le tomé la mano, antes de que saliera.
- gracias por aceptar salir conmigo hoy -.
- gracias a ti, por invitarme -. Me sonrió y subió el porshe para abrir la puerta.
Desde aquel momento era el hombre más feliz en toda la tierra.

This could be (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora