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Bélgica, Brujas 2017

Omnisciente

Irina espera impaciente la llegada de su hermana y padre. camina como león enjaulado de un lado al otro dentro de la sala de  la casona de su prometido. El sonido de la puerta hace que la pelirroja de ojos celestes pare de caminar, y dirija su mirada hacia la puerta. Su prometido entra a la sala con su imponente presencia, su expresión sin emociones, es algo que no sorprende mucho a la hermana mayor Gramont.

-Tu padre y hermana están cerca- los pasos resuenan en el pasillo.

La mirada de Irina, como su apariencia física muestran todo lo que paso estas ultimas semanas, peor aún con lo cerca que está navidad, además que el problema con su hermana adoptiva ya va durando casi un año. La poca empatía de la prensa se había vuelto su tarea, en la cual especulan cualquier cantidad de historias aún más exageradas y extrañas acerca de lo pasado con Chesna, y con la muerte de su madre.

-Deberías comer algo. no está bien que luzcas así de mal- la risa sarcástica de la joven destrozada da paso al sonido de golpes en la puerta. Dos de los empleados del ruso abren las puertas dejando ver a Matthew y Summer. Aquello altera más a Irina.

-¡Qué haces aquí!- le grita a Matthew. Esto debido a su confesión tras la noticia de la muerte de su madre. Él no fue muy cuidadoso al decir sinicamente que amaba a Chesna, y que además había sido su novio, sumando a esto dijo que lo que tenía con Kiara solo era por sus padres y el dinero de los Gramont. Todo eso claramente destruyo la relación cordial con la familia de luto.

-Más respeto Irina. Vinimos trayendo con nosotros la ubicación de tu hermana, la española de cabello oscuro, la que extrañan tanto- Summer hablo con respeto, sin subir el tono de voz, pero con dureza a la vez.

Esas palabras molestaban a Irina, pero el tono de voz no dejaba que sea un insulto, menos una amenaza, mas a pesar de todo ella presentía que esa mujer al lado del tipo que engaño a su familia, esa mujer era maldad, ella era a quién debía respetar y temer más que a otra persona, quizá más que a la española. así que no objeto, solo trago su rabia.

-Tomemos asiento, que enseguida llegan los Gramont -el ruso señala los sillones a unos pasos de su posición. Con el asentimiento de ambos visitantes pasan a la sala.

Tras el silencio de unos minutos entran al lugar la rubia y su padre. Naturalmente sus miradas se posan rápidamente en los mejores amigos sentados lado a lado. Irina corre en busca de un abrazo de su padre.

-Buenas Tardes señor Gramont, le tenemos información de Chesnita- habla Summer con un sonrisa inocente.

Chesna

Despierto  con un intenso dolor de cabeza. Miro la habitación donde me tienen cautiva, esta tiene cuatro puertas, una es un balcón que está clausurado con tablas de madera, las otras no sé que son. Pero debo suponer que mi salida está cerrada y hay guardias afuera.

Frotó mis ojos, me levanto descalza a probar cada una de las puertas, una cerrada por fuera, otra con un candado demasiado sencillo como para ser mi salida, la última se abre y deja ver una baño simple. Busco en los gabinetes algo útil, encuentro un aromatizante, lo guardo en la parte trasera de la ropa, la cual no es mía, osea que alguien me cambio y espero que no haya sido Matthew.

Busco en mi cabello una orquilla, no tardo mucho en hallar una, abro el candado de la segunda puerta... La sangre me empieza a hervir, apreto los puños. Está su puta firma ahí, ¡hija de puta, la voy a matar!

Veo la foto de Joel muerto en el piso sobre un charco de sangre, al lado su chaqueta con sangre igual y la firma de la autora junto a una nota.

Esta pelirroja me declara una guerra por debajo de la mirada de todos

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Esta pelirroja me declara una guerra por debajo de la mirada de todos. Pero que pena que la Chesna que ella conocía no está aquí, ahora soy Syra, una narco, huérfana, asesina, y lo que ella causó, no tengo a nadie más que perder. Ella me provocó, ahora pagará cada una de las muertes, al igual que Irina y Kiara Gramont, hoy empieza la segunda fase de mi venganza, las cosas se tornarán a mi favor jugando doble como me hicieron a mí. Ya destruí su moral y las provoque, claro que Summer me cobro un precio que pagamos todos, mi mamá.

La puerta se abre, no tomo atención, solo me pongo unos tenis que encontré bajo la cama. Una mirada está sobre mí, lo siento.

-Hora de ir con tu padre y hermanas- la voz, la voz de... Alzó la mirada sin creerlo. Mis ojos no pueden expresar más sorpresa, ese chico rubio esta ahí, parado con ropa casual, está más musculoso, su cabello esta rapado y apenas se nota lo rubio- apurate, el auto te espera abajo- su ceño muestra molestia.

Siento la necesidad de abrazarlo, corro a abrazarlo, pero antes de que lo haga el me empuja de manera brusca.

-Dylan...- hablo confundida.

-Dios que nunca te conocí, ya para con lo zorra, porque aunque te acostaras conmigo te ayudaría ni con la puerta- bufa con enojo.

El recuerdo de aquella velada cuando Matthew anunció el arresto de Dylan llega a mi memoria- Perdón por no poder sacarte de la cárcel, yo estaba hospitalizada, y luego en un psiquiatrico, yo en serio lo siento Dy. Eras mi mejor amigo y te amaba como tal, yo lamento mucho que Matthew te metiera a la cárcel- digo sincera, el me mira con ira pura, me toma de los hombros, me estrella contra la pared y siento un dolor fuerte en la cabeza.

-¡¡Eres una perra!! ¡A mi me usaste, yo pague junto a mi familia los platos rotos de tus jodidas travesuras! ME JODISTE LA VIDA- su agarre en mis hombros duele- ¡Por amarte esque llegue a la cárcel! ¡¡Te odio con mi alma, tú y solo tú fuiste mi ruina, una zorra barata!! - ya no soporto el dolor, lo empujó con fuerza.

-BASTA - le grito. No puedo creer que él es Dylan.

La Adoptada | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora