°34°

11.6K 680 8
                                    

Rusia, República de Carelia 2018

Chesna

Llego a la casona con un mal sabor de boca. Mi cabeza propone muchas salidas, pero no tengo la consciencia suficiente para decidir una adecuada justo ahora. Solo camino por el pasillo hacia la cocina, quiero un helado de pistacho con crema. Al abrir el refrigerador escucho pasos en el pasillo. No tardo mucho en sacar mi pistola de cartera y dejarla cerca.

-¿Bonita? - suelto el aire contenido al reconocer la molesta voz de Matthew. Mas una sensación frustrante se planta en mi estómago. ¿Por qué está aquí justo hoy?

-Buenas tardes Ross- hablo disgustada. Saco mis ingredientes, avanzó hasta el cajón de cubiertos, oculto el arma dentro, saco una cuchara, abro mi helado, pongo la crema encima y clavo la cuchara en mi reciente. Él me mira con curiosidad.

-Iré al grano Bonita- lo miro mientras llevo una cuchara de mi postre a mi boca- Quiero que te hagas una prueba de embarazo- escupo mi helado del asombro.

- No estoy embarazada, mi período viene con normalidad- miento tras atorarme.

-Pero haz estado vomitando, con mareos y con antojos- señala mi helado. Ruedo los ojos - además, si no estás embarazada no pierdes nada- alzó la ceja.

-¿Qué pierdo estandolo? -cuestiono.

- Sé que me quieres dejar Chesna, no soy tonto. Así que parece que perderías esa opción si estás embarazada, porque yo quiero al bebé a mi lado, lo que llevaría a adelantar la boda- un torbellino azota mis pensamientos, me siento aún más abrumada.

-No lo estoy repito- en defensa.

-Si no lo estás y deseas dejarme lo aceptaré. Ya no habrá la apuesta sobre Summer - ella, ella le dijo algo.

-No diré que te conozco, ya una vez vi que no. Pero es cierto, el hecho de portar te agresivo conmigo no es algo que quiera tolerar como una prostituta lo haría- su mandíbula se contrae.

-Le pregunté a Summer si Dylan trabaja o hace algo para ella, me dijo que sí, que él es un empleado de seguridad en una de sus empresas. Pero eso no hace que no dude que tal vez si esperas un bebé sea mío o de él - trago bilis.

-Tú mismo lo descubriste, cumple el trato- me saco el anillo de compromiso, me acerco a él, tomo su mano y lo dejo ahí - se acabo, ya no hay nada, y quedate con la duda si estoy o no embarazada, o si quieres convencete que el bebé es de otro... digo si existiera - me alejo unos pasos.

-No, yo no me quedaré con la duda de nada bonita, y el trato no se acabo si tú esperas a mi hijo- me toma del codo con fuerza. Esta vez no puede golpearme, hay otra criatura en mí.

Retrocedo hasta chocar con el cajón de cubiertos, él me mira molesto, con la mano libre saco mi arma y la engancho en mis jeans.

-No hagas que me enoje bonita, te harás la prueba de embarazo por las buenas o por las malas- él está enfermo.

-Te puedes ir a la mierda, no sé cómo pude amarte, eres solo un golpeador enfermo de celos y obsesiones. Maldigo el día en que me choque contigo, no sabes lo que es amar - agarro su puño antes de que impacte en mi cara.

-¡Escucha cabron! Ya no voy a dejar que me levantes la mano, ya no más- advierto.

-Muy valiente perra- mi sangre hierve.

-Muy valiente perro, muy valiente para golpearme estúpido, muy celoso, pero muy celoso porque tú eres el que me mete los putos cuernos y no quieres que lo haga igual. ¡Poco hombre! ¡Marica de mierda, que bonito golpearme no! ¡Mucho que ama que solo lastima! - alzó la voz.

-¡Tú no sabes lo que sufrí sin ti! ¡Lo que sufrí por verte con él! ¡La puta tortura de no saber si estas bien o mal, de no saber si estas viva muerta o que mierda! - agarra mis dos codos.

- ¡Eres peor que los drogadictos de Madrid, eres más agresivo que los ladrones! ¡Nada te falta para ser como un violador y eso más querer hacerme! ¡¿Dime para que salí del infierno si a tu lado es mucho peor!? - me mira algo impactado- ¡Prefiero volver a Madrid en una habitación llena de humedad y ratas, sin dinero, con muchos estúpidos intentado tocarme o el suicidio a estar un día más a tu lado! - lágrimas falsas salen de mis ojos. Me suelta, da un paso atrás.

-Entonces deja de mentirme- suelta con la voz quebradiza- sé que llegas de hospital, que llegas de hacerte una prueba de embarazo- el corazón me late con fuerza.

-Sí, y sí- suelto no muy segura- pero tú me culparias de no decirte cuando me golpeas, cuando confías en todas y no en tu prometida. Crees que quería decirte que esperamos un bebé cuando te acuestas con otra- mi corazón esta en mi garganta, solo el de arriba sabe como saldrá esto.

-¿Estás embarazada? - sus ojos me miran atentos.

-Quiero que acabemos con nuestro compromiso, quiero que un juez diga días y horarios para que veas al bebé- su mirada me dice que lo he destrozado, y eso me alegra.

-No, no y no- niega nervioso- es mi hijo, no me vas a separar de él o ella. No vamos a romper nada- necesito ahora sí que me plante un puñete que deje un morete, necesito que la justicia lo aleje de mí como sea.

-No decides por ambos, yo no soporto estar contigo, el amor no basta para todo- suspiro - todo lo haremos por medio de abogados, no te quitare al bebé- él niega con la cabeza varias veces.

-Perdón, perdón por todo lo que te he hecho bonita- se acerca - el bebé es mío también, y no quiero meter jueces ni abogados, quiero la boda dentro de una semana, una casa nueva, y a mi familia unida- río sin poder evitarlo.

-No, no me arriesgare a perder al bebé por uno de tus golpes, tampoco a que tus amantes desfile en mi cara- eso lo enoja.

-Basta de tu puta actitud, basta de ser una niña caprichosa- gruñe.

-Sal de mi casa- indicó con simpleza.

-No, tú eres mí mujer y llevas a mi hijo, y serás mi estúpida esposa en una semana. Metete esto es tu puta cabeza- me agarra de la muñecas con fuerza, el foco se enciende. Justo ahora Matthew me fracturaras la muñeca...

Buenas buenas...
Ya casi llega el final, y para darles una pequeña pista de cuanto falta, bueno le aviso que la historia no llega al capítulo 40.
Gracias por leer. Les invito a seguirme y leer otras de mis obras 💚








La Adoptada | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora