°11°

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California, Los Angeles 2017

Matthew

El timbre salvo al imbécil. Siento como la sangre recorre hirviendo por mis venas, mis nudillos están blancos, seguro la vena en mi frente parece que va a explotar. Todo por que ese infeliz quiere quitarme a mi chica, él cree poder arrebatarmela, mas eso jamás va a pasar.

Los tacones que más me irritan suenan en contacto con el piso de azulejo. Es Kiara, estoy seguro, y viene por mí, esa simple niña malcrida, la detesto. Su silueta no tarda en dar su entrada, y tras ella la sonrisa felina del idiota.

-Hola amor ¿que haces aquí? - su tono de voz me estresa.

-Viene a ver a tu hermana- no soportare más de sus berrinches.

-¿Y por qué? - cada vez da un paso más.

-Porque quería ver como se encontraba, Kiara - mi paciencia se agota.

-Eso no me parece, así que vámonos. Deja a su novio que la vea- mira con desprecio a Dylan, y me agarra de la mano, de inmediato tiro de mi mano. Ella se detiene en seco, se giro, me mira con rabia.

-Me quedaré a cuidarla porque así lo veo correcto yo-hablo firme y serio. Kiara frunce los labios.

-¡¿Qué quieres con ella?! - grita moviendo las manos.

-Kiara basta- mantengo mi tono de voz con mucho esfuerzo.

-No, ella solo es una maldita huérfana- objeta molesta.

-Pues ella es mejor que tú, ella vale mil veces más que tú Kiara - me harto de su comportamiento. Kiara empieza a llorar de inmediato.

-De esta no te salvas idiota - dice entre lágrimas para luego salir dando un portazo.

El silencio reina en la sala por unos segundos, pero Dylan no tarda en reír a carcajadas agotando mi paciencia. Con un par de pasos estoy delante de él. No dudo en propinarle un puñetazo en la cara.

-¡Conmigo no te vas a meter estúpido! - él se levanta, me devuelve el puñete, pero lo esquivo. Me agarra de la camisa, me taklea, ambos impactados contra el azulejo. Con un movimiento rápido estoy encima de él, le doy un puñete en el ojo.

-¡¡Ah!!- una grito agudo hace que me levante y tape los oídos. Veo de donde proviene, es Chesna, esta parada al comienzo del pasillo que conecta su estudio con la sala. Esta llorando, eso es muy mala señal.

Su mirada choca con la mía, esta me trasmite rabia, pero aparta su mirada y camina hasta el lugar donde está ese idiota en el suelo, se arrodilla y lo ayuda.

Mis celos no tardan en llegar al ver tal escena, mas no puedo hacer que se enoje conmigo, no me conviene.

-No te preocupes, voy a curarte- ella acaricia su cabello. Siento que voy a partir mis dientes por la presión que ejerzo al apretar la mandíbula.

Ella se levanta y corre de escalzo al baño, saca el botiquín. Dylan se logró sentar en uno de los sillones, ella se sienta a su lado.

-Chesna... - Advierto al verlos tan cerca, ella limpia su labio partido con algodón, pero están tan cerca que parece que se van a besar.

-Largo Matthew, quiero que te vayas ahora- ni siquiera me mira, eso me cabrea más.

-No-tomo aire para calmarme, pero no puedo- Aléjate de ese imbécil Chesna, haslo ahora - ella me mira con enojo.

-Tú eres un Salvaje, además de un idiota mentiroso y aprovechado de mierda- me hierve la sangre- ¡Fuera de mi casa! - grita.

Ya no más- ¡SOLO ERES UNA PUTA, UNA MÁS DEL MONTÓN! ¡UNA HUÉRFANA QUE NO VALE NADA! - en cuanto acabo de hablar me doy cuenta que fue un error gritarle eso.

Lágrimas caen por sus mejillas, baja la mirada. El idiota que causó todo la abraza y me mira con odio.

-Ya largo ¡ya fuera! - grita entre sollozos Chesna.

-Perdón, yo no quería decirte eso - intento disculparme.

-Tienes 10 segundos para salir de esta propiedad antes de que llame a la policía - advierte devolviéndole en abrazo a Dylan.

-Chesna te amo - susurro antes de caminar hacia la puerta he irme cabizbajo.

El siguiente será más largo.
Besos 😘

La Adoptada | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora