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Orleans, Francia 2017

Joel

Tras unas horas al volante llegamos a Orleans. Estoy muy nervioso, parece que Syra está despertando, el médico no ha dicho una palabra y el cuerpo sin vida de la señora Gramont sigue dentro de la ambulancia, eso me da escalofríos.

Una tos seca resuena en la parte de atrás. Unos segundos después un grito y cosas cayéndose perturban la paz que había en el auto.

-Señorita tranquilisece- pide el médico.

-¡Quién fue! ¡Qué hableis cabron! - un par de golpes llevan al silencio. Esa es Syra, la Syra que ayude a crear, la chica que puede matar y manipular, traficar droga y disparar un arma, la chica de la cuál me enamore.

Conduzco a las afueras de la ciudad, llego a unas ruidas. Entonces me detengo, bajo del auto, abro la puerta de atrás, mas antes de que diga o haga algo recibo un fuerte golpe en la boca del estómago, no tengo aire para pronunciar palabra.

-Tú me explicaras por qué mi madre está muerta ahí - Syra está furiosa, pero llora mientras me mira en busca de una explicación.

Tomó aire repetidas veces- Los sicarios venían por mí- apenas acabo de pronunciar "mí" siento una bofetada.

Los sollozos de Syra resuenan por el lugar. La miro de reojo, está destrozada, sus ojos llenos de lágrimas, sus nudillos sangran. Miro dentro de la ambulancia y veo el cuerpo inconsciente del médico, al lado el cadáver de su madre adoptiva. Ella mira en la dirección que veo, ella corre y abraza el frío cuerpo, besa su frente entre lágrimas.

-Perdón mamá, perdón no debí dejarte así- se lamenta. No entiendo, ella quería alejarse, pero ahora parece que todo hubiera sido un error, incluso yo.

Syra sigue ahí llorando y disculpándose por unas horas. Yo solo la veo a una distancia prudente, no quiero otro golpe o que ella se ponga peor.

Chesna

Mi corazón duele, duele demasiado, las lágrimas salen con urgencia, mi nariz está congestionada. No lo creo aún, la madre que me crió está en mis brazos sin vida. Ella, la que me dio todo murió preocupada por mi culpa, ella murió por mi culpa. Yo le cause problemas al ser más amable y hermoso del planeta, yo la hice llorar, yo la hice sufrir, yo soy la culpable de su muerte. Ella no murió en paz, quizá ella murió odiandome, quizá ella se dio cuenta que fui su mayor error. Pero todo eso nunca lo sabré, ella ya no está aquí.

Soy el infierno de los Gramont, soy mi propio infierno, yo no debí existir. Soy una carga, pero tengo que arreglar esto. Tengo que aceptar lo que soy, soy una perra maldita, entonces tengo que acabar con mi propósito, y sumarle a ese propósito vengar la muerte de mi madre.

Limpio mis lágrimas, dejo el cuerpo a un lado, la miro por última vez. Ella fue hermosa, bondadosa, ella fue una gran mujer.

Tomó aire repetidas veces. Llorar nunca sirvió de nada, menos ahora que Joel me ayudó a ser lo que siempre debí ser, una chica de las calles, solo una huérfana. Joel está sentado en un escombro. ¿Cómo pasó esto? Mis recuerdos parecen borrosos, mi cabeza duele cuando intento aclarar mis recuerdos. Mi visión es borrosa, siento que el piso se mueve, no tengo casi nada de equilibrio. Antes de sentir el piso oigo a lo lejos la voz de Joel.

Omnisciente

Joel agarra a Chesna antes de que caiga al suelo. Todo es raro, Chesna tiene algo en su cabeza, algo que no deja de intriga y preocupar al español. La carga hasta la camilla donde estaba. El médico sigue inconsciente, respira, lo que asegura que no está muerto. El cadáver ya está desprendiendo un olor característico de la descomposición.

Francia, París 2017

Mientras que en París los policías se movilizan para encontrar al asesino, médico y hija perdida.

El señor Gramont aún no les avisa a sus hijas la trágica noticia, pero por la presión que ellas ocasionan no tiene mucho tiempo para callar la verdad. Kiara busca el apoyo de su novio y prometido, Matthew, mas él está con los nervios a flor de piel por Chesna.

-Cariño, tengo miedo, mi papá no me dice donde esta mamá- intenta abrazarlo.

Él la esquiva, siente pena por ella y su familia, pero su cabeza sólo piensa en la castaña. Kiara sigue intentando conseguir algo de apoyo de su parte, y sigue hasta que él llega a su límite.

-¡Tu madre murió en manos de tipo que tiene a Mi chica! - grita enojado.

Esas palabras rompen el corazón que tenía ella, su corazón que era de su madre y de su padre. Kiara empieza a perder la cordura, mira a todos lados, pasa sus manos temblorosas por su cara. Chesna, Chesna, tal nombre se repite en su cabeza, estos meses ese nombre era lo que oía cada día de su madre, era el nombre que su madre sollozaba cada noche, era el nombre de la chica que ella odia. La furia recorre sus venas, desea ver muerta a la huérfana que llegó a su mansión de la mano de su mamá, la que hoy está en un lugar mejor.

Irina camina hacia su hermana, ella igual está preocupa, no le gusta nada toda la situación. Llega al lado de su hermana, Matthew de fue a hablar con los policías.

-Kiara ¿sabes qué pasa en realidad? - pregunta sería.

Kiara mira a su hermana, su respiración es acelerada. Su hermana no entiende su comportamiento hasta que Kiara estalla.

-¡La maldita huérfana mato a mamá, esa zorra malnacida tiene la culpa de que nuestra madre esté muerta! - el llanto la consume.

Irina se queda en shok por unos segundos, poco después se desmaya. Por suerte la salva del impacto su padre. Él llega desubicado de la situación.

-Hija... - antes de que acabe Kiara interrumpe.

-¡La quiero muerta! ¡Ella mato a mi mamá! ¡Ella lo pagará con su miserable vida! - grita desde su alma.


La Adoptada | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora