WINGS ❦ (ym)

Chapter 40: Endless Battle

Capítulo 40: Batalla interminable

Es hora Yoongi, tienes que despertar.

–¿Cuál es el plan de hoy padre? –Preguntó el pelirrojo.

Tienes que despertar... por favor.

–Hoy no tenemos ningún plan, querido Jimin –Habló su padre ­–Porque hoy es el día en el que por fin subiré al poder y tendré el control de todos –Sonrió ladinamente.

Yoongi, despierta por favor.

–Y puedes estar orgulloso porque tu contribuiste a que esto pasara –Se levantó de su asiento para palmearlo en el hombro.

Jimin se sintió incómodo por el toque de su padre, así que intentó soportarlo para evitar dejar salir sus emociones. Solo faltaban las últimas acciones, y pronto la mansión de Jimin se convertiría en una zona de guerra.

Durante las últimas noches Jimin se la había pasado buscando el cuarto donde los chicos estaban encerrados, y aunque le había costado mucho trabajo, por fin había dado con él. Fue difícil porque el pelirrojo no conocía la existencia de ese cuarto.

–Padre, señor Park –Entró Namjoon –Todo está listo para la transmisión en vivo que le dará a la nación.

–Por fin las cosas están en su lugar –Rió triunfalmente –Así que vamos pequeño Jiminnie, observa como tu padre por fin cumple sus objetivos.

Escucho tu voz, Jimin.

Por fin el plan daba comienzo.

Los cuatro presentes salieron del cuarto, dejando solamente al pálido en ese tubo solitario.

Los ojos del blanquecino se abrieron, sintió su cuerpo pesado y observó los cables que tenía pegados por todo el cuerpo. Su cuerpo estaba entumido por todo el tiempo que había estado dormido, sin embargo sabía que la vida de su hermano y los demás chicos dependían de él.

Varias veces repaso el plan junto a Jimin, pero hacerlo era algo muy diferente. Se armó de valor y movió su primer músculo. Apretó la mano y luego la otra, movió un pie y después el otro, estiró su cuello y movió levemente su espalda.

Aún estaba entumecido pero su mente le dictaba que se moviera aún cuando su cuerpo no le respondiera bien. Se deshizo de los cables de su pecho, luego los cables de sus brazos, de su cuello, de sus piernas y finalmente extrajo el catéter de su espina dorsal.

Ahogó un grito mientras observaba como el agua se comenzaba a poner rojiza. Puso la mano en el cristal y la empujó rompiéndola al instante. Cayó al suelo recibiendo un golpe en la cabeza y volvió a ahogar otro grito.

Se levantó casi arrastrándose, cojeando por la debilidad de sus piernas quedándose pasmado por algunos segundos. Con trabajos logró incorporarse, mordió sus labios e intentó dar sus primeros pasos. Sus piernas temblaban pero se obligó a sí mismo para moverlas, estas le obedecían pero de manera muy lenta.

Cerró sus ojos mientras buscaba el valor para soportar la incomodidad en sus músculos, y movió sus piernas sin pensárselo dos veces.

...

Salió por el pasillo interceptando a un guardia que estaba desprevenido, rompiendo su cuello en un segundo, para finalizar robando su ropa y arma. Aquella calibre 45 no le serviría de nada, pero le hacía sentir protegido mientras buscaba el dichoso cuarto.

Mientras corría sus piernas fueron tomando fuerza y la pesadez que sentía en el cuerpo comenzó a disminuir, intentó correr cada vez más rápido con el único pensamiento en mente de que tenía que llegar a ese lugar.