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Por la mañana prepararon todo para irse de París. BaekHyun pensaba que en realidad no tenían ningún motivo para quedarse. Después de todo, no estaban en su verdadera luna de miel.

Observaba a ChanYeol con aparente indiferencia, mientras él colocaba las maletas nuevas, donde había guardado su nueva ropa, en el maletero de aquel lujoso vehículo.
Se estremeció al recordar los acontecimientos de la noche anterior, encontrándose con los ojos grises de ChanYeol que contemplaban su rostro. Cuando cerró el maletero, se le acercó, forzándolo a levantar la barbilla para poder estudiarlo detenidamente.

—Una ligera palidez es normal en un recién casado —dijo con frialdad —, pero te veo como si hubieras pasado la noche en una casa llena de fantasmas. Para todos los demás, este matrimonio es real. BaekHyun, y si tú das el más leve motivo para que lo duden, sabré cómo castigarte.
—¿Con tu repulsiva presencia?
En vez de disgustarse, él rió.
—Estoy seguro de que algo se me ocurriría. Ayer ya lo conseguí.
BaekHyun apartó la mano, de su barbilla y dijo furioso:
—¡No me recuerdes eso!

—BaekHyun, ya te dije que no se requiere que adoptes el papel del virgen insultado. Si adoptando esa pose, esperas convencerme de que no sentiste frustración, ningún deseo de ser satisfecho anoche, no lo hagas. Tu cuerpo te traicionó.

BaekHyun no pudo replicar porque estaba a punto de llorar. Como si fuese sonámbulo se dirigió al vehículo, sin darse cuenta de que ChanYeol subía detrás de él, pero cuando éste se estiró para abrocharle el cinturón, le rechazó.

—¡No me toques! —su exclamación se perdió en el ruido del automóvil al arrancar.

La ruta le era ahora vagamente familiar, pero se sobresaltó cuando se detuvieron en las afueras de Blois y ChanYeol condujo el automóvil por un camino sin pavimentar hacia una pequeña casa solariega en medio de unos viñedos.

No habían intercambiado ni una palabra durante el viaje y el orgullo le impidió a BaekHyun hablar ahora. Entraron en un patio empedrado, mucho menos impresionante que el del castillo de su ahora esposo, y un hombre robusto de pelo oscuro, de edad similar a ChanYeol, salió de la casa, sonriendo.

—¡ChanYeol!
Los dos hombres se abrazaron y luego ChanYeol se volvió hacia BaekHyun.
—Phillipe, me gustaría que conocieras a mi esposo, BaekHyun, el nuevo conde de Chauvigny.
Por un momento, Phillipe se quedó observando a BaekHyun, para luego decirle a ChanYeol algo en francés, acompañado de una amplia sonrisa. BaekHyun quiso preguntar lo que sucedía, pero Phillipe le abrió la puerta del vehículo para que descendiese.

—Un momento, tengo que avisarle a Rose de su llegada. Comerán con nosotros.
BaekHyun se imaginó que hablaba en inglés por él, y se lo agradeció. Sus conocimientos de francés, eran nivel intermedio, pero no podía seguir una conversación a menos que hablasen despacio.

—¿Para qué crees que hemos venido, si no para eso? —bromeó ChanYeol, y de pronto a BaekHyun le pareció mucho más joven su apariencia.
Phillipe se metió en la casa.
—Phillipe y Rose son viejos amigos míos —explicó ChanYeol, cogiendo a BaekHyun del brazo para evitar que escapara.
Al acercarlo a él le rozó con su pierna y el joven fértil se sobresaltó al recordar la humillación de la noche anterior. ChanYeol aparentó no notar su consternación, tenía los ojos fijos en la puerta abierta de la casa.
—Phillipe heredó Clos des Fleurons hace varios años, de su tío, y desde entonces ha trabajado duro para levantarla. En sus inicios, la propiedad fue comprada como lugar de recreo y los viñedos estaban muy descuidados. Este año, Phillipe espera obtener Appellation d'Origine Contrôlée.
A BaekHyun le impresionó. El vino de ChanYeol ya llevaba ese sello de aprobación y según él sabía, aproximadamente el diecisiete por ciento del vino producido en Francia en un año obtenía dicha certificación.

Les faltaban solo unos pasos para llegar a la puerta cuando una joven de cabello oscuro recogido en un moño, de aspecto elegante, y enérgica a pesar de su embarazo, salió a saludarles.

BaekHyun observó mientras ChanYeol la besaba con afecto, y se reía al quejarse de que ya no se le podía acercar más.

—¡Espera y verás, ChanYeol! —le amenazó Rose, mirando a BaekHyun, quien se había apartado a un lado para permitirle a ChanYeol saludar a la esposa de su amigo —. Pronto te tocará a ti, ¿no?

BaekHyun se ruborizó cuando Rose se fijó en su esbelto cuerpo y se estremeció cuando la mano de ChanYeol se deslizó por su hombro, apretándolo significativamente.

—BaekHyun es un joven fértil recién casado, Rose —dijo en voz baja y sensual, como si les recordara a sus amigos que su noche de bodas acababa de pasar y todavía conservaba de ello gratos recuerdos —. Lo avergüenzas al sugerir que tal vez ya lleve en sus entrañas a mi hijo. ¿No es así, petit?

BaekHyun se quedó mirándole furioso, tentado a reprocharle delante de sus amigos lo sucedido la noche anterior, pero como si éste hubiese adivinado sus pensamientos, le apretó el hombro y sus ojos le advirtieron que recibiría un castigo si le desafiaba.

—Era una broma, BaekHyun —se disculpó Rose —. Ven conmigo, por favor. Querrás refrescarte antes de comer.
Cuando BaekHyun lo siguió a la enorme y anticuada cocina, Rose comentó:
—Esta mañana, cuando ChanYeol telefoneó de París, para decirnos que se había casado, nos hemos llevado una gran sorpresa. Por un momento temimos lo peor, que por fin Jessica le había atrapado —se detuvo junto al umbral, al ver lo pálido que BaekHyun estaba —. ¡Perdóname! Tal vez no sabías que Jessica...
—Sí, sabía —le aseguró BaekHyun, sonriendo.


 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora