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—¿Te sientes ahora mejor, chéri?
La voz le era familiar y BaekHyun intentó recordar, frunciendo el ceño.
—¡KyungSoo!
No se dio cuenta de que dijo el nombre en voz alta hasta que su compañero sonrió.
—Nos diste un susto tremendo al desmayarte.
—¿ChanYeol? —BaekHyun levantó la cabeza de la almohada, sorprendiéndose al darse cuenta que su única vestimenta, era un camisón translucido.

—Regresó con sus invitados.

¡Por supuesto... el baile! ¿Qué pensaría ahora de su situación?

—Me temo que tu secreto, ya no te pertenece. Por fortuna uno de tus invitados es médico y pudo calmar todos los temores naturales del futuro papá.

Cuando BaekHyun emitió un angustioso gemido, KyungSoo añadió con suavidad:

—Me temo que tendrás que darle algunas explicaciones, chéri. Lo disimuló bien, pero no estaba complacido por haberse enterado de esta manera de su futura paternidad. Por supuesto que todos tus invitados están encantados, y ChanYeol ha tenido que soportar muchas bromas. Ahora te dejaré. No temas, ChanYeol es un hombre justo y compasivo, BaekHyun. No puedo pensar que te vaya a tratar con dureza.

—Pero querrá a su hijo —las lágrimas rodaron por su rostro y KyungSoo se quedó mirándolo con el ceño fruncido.
—Eso seguro, petit —por primera vez su expresión era severa —. ¿Acaso pensabas quitárselo? Eso sería injusto y no creo que tú seas así. Dejaré que te duermas y tal vez pienses en las ventajas de tener un hijo viviendo junto a sus padres.

Nunca había tenido tan pocas ganas de dormir. Era una noche calurosa y prefirió acurrucarse en un sillón al lado de la ventana, observando cómo la luz de la luna se reflejaba sobre las aguas del foso.

¡Qué diferentes serían las cosas si ChanYeol lo amara, si esa criatura que iba a nacer realmente fuese deseada por ambos!
De pronto, BaekHyun oyó voces en el patio, alegres despedidas y motores de los automóviles. Sumido en sus propios pensamientos, BaekHyun no se dio cuenta de que se había abierto la puerta de la habitación y ChanYeol le observaba.

El mayor se movió y el joven fértil se dio la vuelta. Sin decir palabra, ChanYeol entro cerrando la puerta y BaekHyun tembló al ver que se acercaba.

Se sintió en desventaja al estar sentado y prefirió ponerse de pie, recordando demasiado tarde el camisón translucido.
Sin su ropa, la ligera protuberancia de su vientre se hacía visible.

—Así que es cierto —las duras palabras la volvieron a la realidad y de inmediato se llevó las manos al vientre —¡No! Déjame mirarte —ChanYeol le quitó las manos, mientras recorría su cuerpo con los ojos—. Mi hijo —dijo finalmente, con pasión —, y tú, ni siquiera ibas a decírmelo. Con razón estabas tan ansioso por marcharte. ¿Qué pensaste hacer? ¿Someterte a una discreta operación? ¿O ya es demasiado tarde para eso? ¿Acaso un orfanato, o pensabas persuadir a tu prometido para que lo aceptase en la familia?

Antes de que BaekHyun pudiese detenerlo, le arrancó el camisón con fuerza, y comenzó a acariciarlo.

—No le harás daño a mi hijo —dijo, apasionado —, aunque tenga que vigilarte día y noche para asegurarme de que no lo harás.

BaekHyun había esperado que quisiese a su hijo una vez que hubiera nacido... pero no había imaginado esa emoción en esos momentos.

—No tenía intenciones de hacerle daño al niño —contestó, molesto —. ¿Qué clase de joven fértil crees que soy, ChanYeol? Pero de todas maneras quiero mi libertad —añadió con valor.
—¡No! —apretó las manos y BaekHyun jadeó al sentir que el niño pateaba. ChanYeol lo soltó —¿Qué...?
—Ha sido tu hijo o hija —le dijo, y le vio ponerse muy pálido —. A él o a ella no le gusta que le aprieten tan fuerte.
—¿Quieres decir...? —fijó los ojos en su cuerpo y BaekHyun sonrió sorprendido de no sentir ninguna vergüenza.
—Los niños no están quietos —expresó, burlón —. ¡Patean y éste lo hace con mucha fuerza!
De pronto se sintió muy cansado. La velada había sido larga y agotadora.
—La cena... ¿todo salió bien? —consultó adormilado —. Los compradores...
—Se fueron encantados. Lo pasaron muy bien —le dijo ChanYeol distraído —. BaekHyun, esta... esta criatura lo cambia todo. ¿Te das cuenta de que si es un niño será mi heredero?
—¡Sí! —le pareció que apretaban su corazón.
—Nuestro matrimonio debe seguir adelante, BaekHyun. Te das cuenta, ¿verdad? —De pronto se le oscurecieron los ojos —¡Ya lo entiendo! ¡Sabías que diría eso y quisiste mantenerlo en secreto!
—Tú fuiste quien dijo que el matrimonio y los hijos eran un asunto muy serio —le recordó BaekHyun —.Todo lo que yo quiero para mi hijo es amor, ChanYeol, no riqueza, ni poder, únicamente amor.
—¿Y crees que yo no se lo daré? —preguntó en voz baja.
De pronto se inclinó para besarlo.
Las caricias de ChanYeol lo perturbaron, obligándolo a extender los temblorosos dedos y pasarlos entre el oscuro cabello, oprimiéndolo contra su cuerpo.
—¿Qué me estás haciendo, BaekHyun? —Gimió apasionado —. ¿No sabes lo que me pasa al verte así, con mi hijo creciendo en tu vientre?

BaekHyun no contestó, no pudo.

¿Decía que encontraba su embarazo excitante? ¿Qué lo deseaba?
Una gran debilidad invadió su cuerpo. El sentido común le indicó que se resistiera, pero, ¿cómo podía pensar con lógica cuando ChanYeol lo cogía en brazos para llevarlo a la cama?
En esta ocasión, fue tierno, lo excitó de tal forma, que nada le importó, excepto que lo amara, y aunque tenía demasiado orgullo como para decírselo, su cuerpo lo hizo por él, al responder tan apasionadamente como la primera vez, aunque ahora el placer se prolongó.

—Ahora ya no te puedes retractar, BaekHyun —le dijo ChanYeol con cariño —, así que más vale que confieses que también me deseas.
—¿Aun cuando no haya amor?
—Hay amor —afirmó ChanYeol con voz profunda —, por la vida que creamos juntos.

Y cuando se durmió, el último pensamiento de BaekHyun fue de envidia hacia su hijo, quien ya poseía lo que ChanYeol nunca le daría a él... su amor.

 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora