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No tenía tiempo de escribir una carta antes de cenar y trató de olvidar lo sucedido. Se puso un traje negro que le sentaba muy bien, resaltaba los colores de su piel clara, su cuello. Se lo había comprado con su madre, y ella le había aconsejado el tipo de pantalón ajustado que debía ir en combinación.

BaekHyun lo había encontrado bastante atrevido, pero le fue imposible discutir con su madre, quien lo animó a que se lo quedase.

El corte de los pantalones le favorecía, se ajustaban a sus esbeltas piernas, y el algodón del traje era bastante suntuoso. Impulsivamente, BaekHyun se acomodo el cabello y dejando que unos cuantos mechones le enmarcaran el rostro.
Con ese peinado, sus ojos parecían más grandes. Cuando se miró en el espejo, no vio a un muchacho bonito, sino a un hombre, y por un momento le pareció como si viera a un extraño. Hasta le parecía que se movía con más elegancia. Se aplicó un poco de delineador, un poco de colorete. Unas gotitas de su perfume favorito completaron su arreglo y después se puso unos elegantes zapatos negros.
Cuando terminó, observó su imagen en el espejo, y se sintió satisfecho.

JongDae silbó al verlo.
—¿Qué te ha sucedido? ¡Menuda transformación! —alabó.

—¿Tratas de decirme que llegué aquí en harapos? —BaekHyun se burló de él.

—No. Pero no esperaba que el joven de negocios que dejé hace menos de una hora, se convirtiera en un ser bello y seductor que tiene el aspecto de quien se dedica exclusivamente a cuidar de su imagen personal.

BaekHyun rió, pero su risa se vio interrumpida, al abrirse una puerta por donde apareció ChanYeol, quien se les acercó. A pesar de que les había dicho que cenarían informalmente, se había puesto un traje de etiqueta.

—¿Acaso tienen una forma de comunicación que yo no conozco? —se quejó JongDae —. ¿No iba a ser una cena informal? —recordó, por ello prefirió vestir un pantalón de mezclilla, junto a una camiseta.

ChanYeol sonrió.
—Por favor, discúlpeme —respondió el conde —. Cuando ceno en casa, siempre me cambio. El servicio está acostumbrado a eso y lo espera.

BaekHyun se quedó mirándole. Estaba seguro de que realmente no le importaba; que esperara el personal.

—Cuando contratas a alguien para que esté a tu servicio, lo mejor es asegurarse de que tienes su respeto —le dijo, como si adivinara sus pensamientos.

JongDae rió, pero BaekHyun no encontró motivo para hacerlo. ChanYeol era arrogante, le parecía inhumano.
¿Nunca reía, lloraba, se enfadaba o amaba?
La última pregunta fue contestada antes de lo que él esperaba.

Estaban en lo que ChanYeol, había llamado el salón principal, una habitación enorme, elegante y con un nivel de detalles que pertenecían a una época mucho más antigua que la habitación donde dormiría esas noches.

BaekHyun pensó que estaba decorado estilo Luis XIV. ChanYeol les ofreció una copa, pero prefirió no aceptar. Supuso que durante la cena solo servirían vinos de la casa y no quiso beber nada previo, así podría paladearlos sin dificultad. Sus dos acompañantes, de igual modo optaron por no tomar nada. BaekHyun sentía como ChanYeol le observaba.

Cuando él se fijó en su rostro, pensó que era un hombre nacido fuera de época. Le extrañaba que nunca se hubiera dado cuenta de que tenía escrito en cada rasgo, que era aristócrata.
La puerta se abrió y entró madame Gertrude. Se dirigió hacia ChanYeol, sonriéndole.
—Madame acaba de llegar.

BaekHyun se preguntó quién sería la mujer que la servidumbre conocía tan bien, que solo se referían a ella como madame. ChanYeol se mantuvo en su posición.
Él notó la desaprobación del ama de llaves cuando lo miró con tal frialdad que lo hizo preguntarse el motivo para merecer su antipatía en solo dos breves encuentros, pero se olvidó del ama de llaves, cuando otra mujer entró en el salón. Era una de las más guapas que BaekHyun había visto nunca, tenía el cabello de color rojizo y la piel blanca.

—¡ChanYeol! —habló con dulzura al colocar una mano sobre el brazo del dueño de casa y elevar su rostro para recibir un beso.

Pero para sorpresa de BaekHyun, ChanYeol le besó la mano. Dedujo que tal vez no quería besarla delante de ellos, aunque también pensó que era demasiado arrogante como para que eso le importase.

—Perdóname por no haberme puesto un vestido más elegante —se disculpó señalando su vestido verde que seguramente sería creación de un modista famoso—, pero he regresado esta tarde de París. ¡Ah!, éstos son tus invitados.

ChanYeol los presentó.
—Jessica, te presento a Byun BaekHyun y Kim JongDae. Ella es madame Jessica Jung. Su padre es mi vecino más cercano. Otro viñador.
Jessica hizo un gesto y entrecerró los ojos para examinar a BaekHyun de tal manera, que lo hizo sentir incómodo.

—Vamos, chéri —protestó —, lo dices de una forma que parece algo muy formal y aburrido. Tú y yo somos algo más que vecinos. Y usted señorito Byun... lleva un anillo de compromiso. ¿Eso quiere decir que usted y el señor Kim se van a casar?

Primero el ama de llaves y ahora Jessica Jung; parecía que todas las personas querían arrojarlo en brazos de JongDae.

—No, no vamos a casarnos —respondió el menor.

El tono que había empleado la francesa, le hizo notar algo que a BaekHyun le desagradó mucho, y hubiese dado cualquier cosa por poder escapar de allí. Jessica le recordaba a una especie de orquídea mortal, muy bella aparentemente, pero venenosa por dentro.

La cena estuvo tan deliciosa como BaekHyun esperaba, con una gran variedad de vinos y quesos.
JongDae era un buen conversador y la cena transcurrió en un ambiente agradable, la única que ocasionalmente hacía gestos era Jessica, como si ansiara estar a solas con el hombre que, ya no le cabía ninguna duda a BaekHyun, era su amante. Se notaba en cada gesto, en la forma en que le tocaba el brazo en las íntimas y posesivas miradas que le dirigía.

Después de cenar regresaron al salón. El ama de llaves les llevó allí el café. Las tazas eran de porcelana fina, así como la vajilla de la cena. A BaekHyun le encantaron.

Jessica se levantó para servir el café, pero para sorpresa del menor, ChanYeol la detuvo.
—¡Tal vez BaekHyun quiera hacer de mom! —sugirió.
BaekHyun parecía confundido, pero había tal autoridad en su voz, que no se le ocurrió negarse.
El odio con que Jessica lo miró, casi lo hizo reír.
—¿Mom? —repitió con desdén.
—Es una expresión inglesa —le informó ChanYeol —. Debía habértelo dicho antes, BaekHyun y yo somos viejos amigos. Tenemos una tía en común —mientras hablaba le cogió una mano a BaekHyun a la vez que lo miraba con tal ternura, que a el menor le costaba trabajo creerle.

Jessica pareció compartir su perplejidad. Se quedó mirándolos, alternando su atención en cada uno, con los ojos entrecerrados, y su expresión cambió.

—Espero que siendo un amigo tan viejo, a BaekHyun no le importe compartirte con tus amigos más recientes.

Él recién mencionado, se dio cuenta de que la pelirroja pensaba que competía con ella por el afecto de ChanYeol. ¡Jamás se le ocurriría tal tontería!

Pero más se sorprendió cuando el francés acercó sus dedos, rozando los labios del menor, un gesto que en otra persona, podría ser cariñoso.

—¿Y bien, cariño? —preguntó el francés, con un tono más afectuoso —. ¿Tendrás celos de mis amigos?

—¿Cariño?

Por un momento, BaekHyun pensó que él había sido quien dijo la palabra, luego al mirar el rostro furioso y pálido de Jessica, se percató de que aunque ambos escucharon la palabra cariñosa con la misma incredulidad, la francesa fue la primera en repetirla.

BaekHyun se quedó mirando a JongDae para ver qué pensaba del extraño comportamiento de su anfitrión, pero su jefe estaba relajado en su silla, esperando con una ligera sonrisa, la explosión que creían se acercaba. Pero ChanYeol, tenía el aspecto de creer que no había razón por la que no debía llamar cariño a BaekHyun delante de su invitada.

—¿No es así como generalmente se dirige uno a su prometido? —murmuró ChanYeol con suavidad.
—Quieres decir...
—BaekHyun y yo estamos comprometidos para casarnos —añadió, dándose cuenta de que aunque Jessica había captado el significado de sus palabras, todavía se sentía incapaz de reaccionar.

—No lleva puesto el anillo de compromiso de los Park Chauvigny.

—Fue algo accidental —dijo ChanYeol con frialdad —. Desde hace muchos años habíamos acordado que nos casaríamos, pero durante mi última visita a Inglaterra lo encontré tan maduro e independiente, que ya no pude esperar para —hizo una pausa —sellar nuestro compromiso. Y como normalmente no llevo conmigo la esmeralda de los Park Chauvigny, que, como ya te habrás dado cuenta mi querida Jessica, hará juego con los ojos de mi prometido, por ese motivo tuve que obsequiarle esta insignificancia.

Antes de que pudiera protestar, ChanYeol le quitó a BaekHyun del dedo el anillo de diamante que Kris le había regalado, como si quisiera que Jessica dejase de hacer esas preguntas que encontraba aburridas e impertinentes.
Después de dirigirle a ChanYeol varias frases en francés que solo ellos podían comprender, la pelirroja se levantó y continuó, enfurecida:

—Tal vez hayas hecho de éste inocente tu prometido —apuntándolo con su dedo —, ChanYeol, no creas que no sé por qué. La mujer o hombre fértil que dé a luz al heredero Chauvigny debe ser irreprochable, pero jamás te proporcionará el mismo placer que yo. Y por lo que respecta a ti —recorrió con la mirada el rostro pálido de BaekHyun.

Los acontecimientos se sucedían para él con demasiada rapidez. Debió haber negado desde el principio la afirmación de ChanYeol, pero estaba demasiado perplejo y su falso prometido, aprovechándose de eso, inventó una historia que le convertía en un hábil mentiroso.

—¿Crees que le podrás conservar? —preguntó Jessica con desdén —. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que abandone tu lecho por el de otro, en París, u Orleans, mientras te deja solo? ¡Mírale! —insistió —. No es uno de esos ingleses fríos y desapasionados. Te romperá el corazón tal como hizo con el mío y se lo dará a los buitres. ¡Te deseo que seas muy feliz!

 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora