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BaekHyun acababa de escribirle a Kris, diciéndole que daba por terminado su compromiso. Aún no podía devolverle el anillo, porque lo tenía ChanYeol. En su carta le explicaba que se había enamorado de alguien más.

No era necesario que se enterara de su matrimonio con ChanYeol; era algo que no podía decirse en una carta, de igual forma todo terminaría dentro de un tiempo. Pronto llegaría el tiempo de la vendimia; las uvas ya maduraban bajo el sol de agosto, mientras en el interior de BaekHyun crecía lentamente otro tipo de cosecha.

Cuando supo que estaba esperando un bebé, después del susto inicial, experimentó una sensación agradable al comprender que llevaba el hijo de ChanYeol en su vientre. Se palpó el vientre.

Por ahora, solo alguna persona muy perspicaz podría saber que estaba embarazado. Durante la noche se había despertado en varias ocasiones porque tenía malestares, pero como ChanYeol dormía en el vestidor, y salía del castillo antes de que él se despertase, no se percató de ningún cambio, y esperaba en el fondo de su ser, que continuase sin enterarse de nada.

Por el bien del niño, tal vez ChanYeol insistiría en que siguieran casados, pero él no podría soportarlo, lo amaba. Dentro de un mes se iría y con él, su secreto. Se había vuelto muy soñador, pasaba las tardes en la torre sur, pensando en el nacimiento del niño.

Pronto llegarían al castillo los recolectores de uvas, la mayoría eran estudiantes y trabajadores de temporada; BaekHyun ya había mandado preparar los dormitorios que había encima de los garajes y establos para que todo estuviera en orden cuando llegasen.

Phillipe llegó una tarde al castillo, en el patio estacionó su automóvil, que se encontraba destartalado, mientras BaekHyun dormía una siesta en su habitación. Aunque aún no se notaba su estado, comenzaba a sentirse cansado.

—¡Se trata del niño! —gritó excitado cuando BaekHyun bajó al despertarse por el ruido de su llegada —. He llevado a Rose al hospital y venía a preguntarle a ChanYeol si me podía prestar a Henry hasta que nazca el pequeño. Nuestras uvas están a punto, pero si no estoy allí para supervisar...

—Estoy seguro de que sí —contestó BaekHyun, impulsivo —. Creo que está en el sótano inspeccionando el vino del año pasado. Piensan que está listo para ser embotellado. Iré contigo, Phillipe —después de todo, tenía bastantes conocimientos como para poder hacer una visita a los valiosos sótanos de ChanYeol.

Los sótanos se extendían debajo del castillo; barriles conteniendo el vino del año anterior cubrían la larga y oscura cueva donde la temperatura estaba controlada para proporcionar el ambiente adecuado para el vino.
BaekHyun se estremeció al pasar del calor del exterior, al frío de los sótanos.

—¡Tienes frío! —exclamó Phillipe —. Puedo ir solo, BaekHyun.
—No, quiero acompañarte.
Phillipe se quedó mirándolo y sonrió.
—Ah, ya entiendo.
—¿Qué entiendes, mon ami?—inquirió ChanYeol detrás de ellos.
BaekHyun se sobresalió, no le había sentido acercarse.
—Entiendo que tu bello y joven esposo está ansioso por no perder la oportunidad de ver unos minutos a su marido.

BaekHyun se ruborizó y le agradeció a la oscuridad que no lo pudiesen ver.

—¿No vas a besarlo? —bromeó Phillipe —. Cuando Rose y yo estábamos recién casados, me llevaba la comida a los campos y durante un rato nos olvidábamos de las vides —sonrió recordando mientras ChanYeol arqueaba las cejas y le decía a BaekHyun con ironía:
—¿Para eso has venido? ¿Para qué te bese?
BaekHyun rió.
—No, por supuesto que no. Phillipe quería pedirte ayuda, ChanYeol.
—Rose va a tener el niño y...
El menor dejó que los dos hombres hablaran mientras el observaba con atención el sótano. Pensó que ya era hora de que dejase de tener miedo a los sitios cerrados y oscuros.
—Henry irá contigo y pondrá a trabajar a los hombres —decía ChanYeol cuando el regresó —. Y ¡mon ami!—le dio una palmada a Phillipe en la espalda —, este año la vendimia será buena, tanto que podrá guardarse durante veintiún años, para cuando tu hijo sea mayor de edad, ¿no?

—Tal vez Rose tenga una niña —protestó BaekHyun.

Incitado por la seguridad de sus comentarios, aunque el soñaba constantemente con una criatura de cabello negro y ojos oscuros como los de ChanYeol.

—Y el año que viene celebraremos el nacimiento de tu hijo, ¿no? — Phillipe se burló de ChanYeol y BaekHyun palideció, horrorizado de que hubiera adivinado su secreto.

Pero no tenía de que preocuparse, Phillipe estaba pendiente de su esposa y sus viñedos, en ese orden, y después de una hora, se puso en camino con el capataz más competente de ChanYeol.

—Pronto tú también necesitarás a Henry —comentó BaekHyun —. Tus uvas...
—Por favor, no te metas en mis asuntos —ordenó de forma cortante ChanYeol y dándose la vuelta, lo dejó solo en el patio.

Unos minutos después oyó el ruido de los cascos de un caballo sobre el empedrado y su esposo pasó a su lado.

Él no regresó a la hora de la cena, y BaekHyun se preocupó a pesar de saber que el caballo era muy fuerte. Casi no tomó nada, y cuando sonó el teléfono, se sobresaltó, creyendo que a ChanYeol le habría pasado algo.

Era Jessica y BaekHyun casi no escuchó lo que le decía, hasta que oyó el nombre de su esposo, entonces agarró el auricular con tal fuerza que se le pusieron blancos los nudillos. Jessica le dijo que ChanYeol cenaría con ellos y que no regresaría hasta tarde.

Había satisfacción en su voz y mientras colgaba, BaekHyun se preguntó si ChanYeol habría cambiado de opinión sobre Jessica.
Solo en la enorme cama, se movía inquieto. No podía seguir más tiempo así. Su amor por ChanYeol lo mantenía en vela, hacía que tuviera ojeras y perdía peso. Sus manos se dirigían instintivamente hacia su vientre.

Habían pasado casi tres meses desde que la criatura fue concebida. Fue hace unos días atrás, a un médico en Nantes, y lo que el profesional le dijo, lo tranquilizó respecto a su salud y a la de la criatura. Siguió sus consejos y comenzó a tomar las vitaminas y suplementos que le prescribió.
Aquel fin de semana llegaron los recolectores y la vida en el castillo giró alrededor de las vides. Estaban pronosticadas fuertes tormentas y todos se esforzaron para recolectar las uvas antes de que aquellas se desataran.

BaekHyun trabajaba en la cocina supervisando la preparación de las comidas para los recolectores y también salía a los campos a ayudar cuando tenía tiempo libre.

El trabajo era pesado, hacía mucho calor bajo el sol, y al igual que las demás personas que trabajaban, BaekHyun tomó la precaución de cubrirse la cabeza con un pañuelo mientras trabajaba.

Su experiencia en Australia le había enseñado lo importante que era recolectar con rapidez. Cuando ChanYeol pasó a caballo por las vides en donde se encontraba trabajando, una tarde muy calurosa, no dejó de su labor para hablar con él.

—¿Qué crees que estás haciendo? —se había bajado del caballo, y le apartó de los otros trabajadores.
—Estoy recolectando uvas.
Le vio disgustado, asustando a BaekHyun.
—¡Mi esposo no recolecta uvas!

 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora