BaekHyun se quedó mirando el patio. Había caído una fuerte nevada durante la noche y los árboles tenían sus ramas llenas de nieve. El caballo de ChanYeol asomó la cabeza por la puerta del establo. Sin duda echaba en falta su paseo matutino, pero ChanYeol no volvería hasta dentro de dos días. BaekHyun deseaba que volviera cuanto antes.
Después de comer, decidió pasear por los jardines. Las hojas caían; sentía el otoño como una estación triste, llena de nostalgia. La melancolía lo embargo al ver los muros del castillo. Si no fuese tan cobarde, cogería sus cosas y se iría, pero le resultaba insoportable la idea de no ver a ChanYeol nunca más, aún cuando sabía que su amor no tenía esperanza.
Se detuvo para observar los cisnes. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando escucho que alguien le llamaba, se dio la vuelta sorprendiéndose al ver a madame Gertrude corriendo hacia donde se encontraba el menor.
Estaba sin aliento cuando llegó junto a BaekHyun.
—Conde Park, se trata del vino —dijo ansiosa —. Pierre tiene unos inconvenientes en el sótano, que necesita consultar con usted. Lo acompaño… —se ofreció —, está oscuro y puede resbalar.
¡El vino! BaekHyun sintió que se le contraía el corazón. Las primeras semanas después de la vendimia, estaban llenas de tensión.
¿Pero qué podría hacer? No sabía mucho sobre el proceso de fermentación y menos para aconsejar a Pierre, quien había estado haciendo vino desde antes de que él naciese.
Mientras corría detrás del ama de llaves, se preguntó si esa inesperada muestra de preocupación por su estado significaba que la guerra fría de la mujer llegaba a su fin. Eso esperaba. Había estado un par de veces a punto de sugerirle a ChanYeol que prescindieran de sus servicios, pero recordó haber escuchado que la mujer no tenía otro hogar, vivía desde que comenzó a trabajar en el castillo. En ese momento se alegró de haber guardado silencio.
BaekHyun no había estado en los sótanos desde la vendimia y se estremeció al entrar. Ni siquiera la luz eléctrica que encendió el ama de llaves, consiguió tranquilizarlo. Se dijo que era un tonto, pero en el momento que la enorme puerta de madera se cerró a sus espaldas, tuvo deseos de volverla abrir para que entrase la luz del día.
En el enorme sótano que albergaba las cubas de vino, no había señales de Pierre. Madame Gertrude pasó a su lado, deteniéndose para que BaekHyun, que seguía a la empleada con reticencia, le alcanzase. En los inicios de la propiedad los sótanos se extendían debajo de todo el castillo, pero muchos habían sido clausurados por seguridad. Aún así, BaekHyun se sintió atemorizado y deseó salir corriendo.
—¡Conde Park!
Solo la voz del ama de llaves le detuvo, y se estremeció al rodear los estantes polvorientos, sin prestar real atención de su valioso contenido, aun cuando esas mismas botellas en cualquier otra parte habrían despertado toda su curiosidad profesional.
Algo se movió en el suelo del sótano y el menor contuvo un grito.
—¡Estos ratones! —comentó el ama de llaves —. Pierre tiene que conseguir un gato.
¡Ratones!
BaekHyun se encogió. Realmente no les tenía miedo, pero había algo en el ambiente que alteraba su calma normal.
—¡No creo que Pierre esté aquí! —protestó cuando la mujer abrió una puerta de madera al final del pasillo, y se apartó para que BaekHyun ingresase —. Usted debe estar equivocada, no está en este lugar.
—No, dijo que estaría aquí abajo —le aseguró el ama de llaves con firmeza y BaekHyun entró al pequeño cuarto.
Estaba completamente vacío, pero cuando los ojos de BaekHyun se acostumbraron a la oscuridad, fue demasiado tarde. La enorme puerta se había cerrado detrás de él, y mientras se quedó allí, inmóvil e incrédulo, escuchó, que la mujer cerraba con llave.
—¡Ahora, señor conde, veremos si sigue tan decidido a permanecer en el castillo! —la oyó decir BaekHyun —. Grite todo lo que quiera —añadió cuando BaekHyun le rogó que abriese la puerta —. Nadie baja a este lugar.
Temblaba de miedo, BaekHyun sintió que lo oprimía la oscuridad. Sus temores infantiles a la oscuridad, cobraron fuerza, arañó la madera hasta que algunas uñas se le rompieron, se hizo heridas en los dedos y palmas, se dejó caer sobre el frío suelo de piedra del sótano, arrullándose la cabeza con los brazos sobrecogido de terror.
¿Qué le sucedería? ¿Se habría vuelto loca el ama de llaves? ¿Pensaba dejarlo allí abajo durante el resto de su vida? Ahora que era demasiado tarde, BaekHyun recordó el polvo que había sobre las botellas que había visto al pasar. A ese lugar se iba raras veces. Podía morirse allí y nadie lo sabría nunca.
BaekHyun ahogó un pequeño sollozo. No podía saberlo, pero tal vez la mujer estuviese al otro lado de la puerta, esperando recibir señales de que estaba lleno de temor. Algo pasó corriendo por sus pies, lo que provocó que diese un salto, gritando aterrorizado. Temblando se alejó de la puerta y solo se detuvo al sentir la frialdad de la tosca piedra detrás de él. Se iba a morir solo en esa negra prisión.
De pronto, recordó la imagen de su bebé, cubrió su vientre con sus manos instintivamente, BaekHyun sintiendo desaparecer el temor. Era un tonto, tal vez Jessica desease a ChanYeol, pero difícilmente llegaría a cometer un crimen para conseguirle. No, quizá todo lo que intentaba hacer, era asustar a BaekHyun; obligarlo a huir del castillo, antes de que ChanYeol regresase. Todo lo que tenía que hacer era mantenerse calmado y esperar.
Cada minuto hacía más frío y decidió caminar, moviendo los brazos para mantenerse caliente, tratando de no recordar todas las historias que había leído sobre personas que habían estado prisioneras en la Bastilla.
Se humedeció los labios. Tenía sed y hambre. ¿Cuánto tiempo llevaba allí abajo?
¿Una hora? ¿Dos? No podía saberlo, tampoco descubrir cuánto tiempo iba a seguir con esa tortura. El bebé se movió de nuevo y eso le atemorizó.
Todo el amor que había sentido por el hijo de ChanYeol durante los meses que le llevaba en su interior, se cristalizó en una ola de temor protector, y de pronto se dio cuenta de todo a lo que se exponía Jessica.
Si no se marchaba, como debía esperar la mujer, y le decía a ChanYeol lo que había sucedido, eso significaría que Jessica perdería toda oportunidad de volver a formar parte de la vida de ChanYeol. Tal vez a ChanYeol no le importase lo que le sucediese a el menor, pero sí le preocupaba mucho su hijo.
Al apoderarse una vez más el pánico de su cuerpo, volvió a llorar y estiró las manos hacia la puerta cerrada. La golpeó frenéticamente, esperando en silencio que alguien respondiese, gritó hasta que se quedó ronco, con la esperanza de que alguien anduviese por allí y oyese sus gritos.
Pero madame Gertrude llevaba todas las llaves de la casa y ahora, cuando era demasiado tarde, BaekHyun recordó que la mujer tuvo que abrir con llave la puerta que conducía a ese pasillo, algo que seguramente no hubiese sido necesario si aquella parte del sótano estuviese constantemente en uso.Dejó de caminar durante un momento y dándose cuenta de que temblaba de frío, tenía los dedos casi entumecidos. Volvió a golpear la puerta, sin obtener respuesta, agotado se dejó caer hacia atrás.
¿Qué objetivo tenía? Nadie le oiría. Lloró, acurrucado en el suelo, escuchando para ver si percibía el sonido de otro ser humano, hasta que el agotamiento le venció, quedándose dormido.

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[ChanBaek] Black Mail
De Todo"Quiero ser el amor de tu alma, pero no sé como hacerlo y el chantaje es la unica manera para tenerte a mi lado. " Cuando Baekhyun tenía dieciséis años, y debido a un incidente desafortunado, Park Chanyeol de Chauvigny se formó una mala opinión de e...