Epílogo

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—¿ChanYeol, cómo has podido? —protestó Jessica —. Él tenía derecho. ¿Sabías que BaekHyun estaba comprometido con él cuando se casó contigo?

—Lo sabía —contestó ChanYeol con severidad —. ¿Por qué crees que estaba tan ansioso de que se quedase? Pero lo que no sé, es qué está haciendo él aquí —mirando a Kris —. Sin embargo, puedo adivinarlo. Ésta es la última vez que interfieres en mis asuntos, Jessica, y por mucho que respete a tu padre, estoy decidido a decirle la clase de mujer que tiene por hija. Tengo entendido que tu esposo no te dejó en buena posición económica y tu padre es muy generoso. Ten cuidado, Jessica.

Kris estaba atónito por el golpe recién recibido, y permanecía sentado en el suelo frotándose la inflamada mejilla con expresión beligerante.

—¡Le demandaré! —amenazó a ChanYeol, permitiendo que Jessica le ayudase a ponerse en pie.
—Inténtelo —contestó ChanYeol —. No hay ningún juzgado en Francia que apoye su acción. Un hombre tiene derecho a defender el honor de su esposo.
—¿Su esposo? —Kris se quedó mirando incrédulo a BaekHyun y luego se volvió hacia Jessica —. ¡No me dijiste que se había casado con él!

BaekHyun no necesitó preguntar cómo había obtenido Jessica la dirección de Kris, ni por qué. Debió haber visto la carta que BaekHyun le había escrito y cuando su plan anterior falló, tal vez pensó que la llegada de Kris le devolvería a ChanYeol. Jessica no podía saber lo que ChanYeol sabía acerca de Kris, y difícilmente podía estar celoso de él, aun cuando BaekHyun hubiese tenido una relación apasionada con su ex prometido.

—Pues que lo disfrute —dijo Kris con burla —. No me agradan mucho las sobras de otros hombres.
—Es una suerte para usted que yo no sea un hombre violento —replicó ChanYeol —, y que comprenda que sus comentarios son dictados por los celos. Como tengo razón, sus insultos son infundados y aunque no lo fuesen... —su mirada hizo que Baekhyun se ruborizase —... he amado a BaekHyun desde que tenía dieciséis años. Y nada que alguien pueda decir acerca de él podría disminuir ese amor —se volvió hacia Jessica —. No se necesita mucha imaginación para adivinar lo que tenías en mente. Siento tener que decir esto, Jessica, pero aunque hubieses tenido éxito y BaekHyun me abandonase, no hay lugar para ti en mi vida.

Mientras se iban, BaekHyun casi sintió compasión por Jessica. ChanYeol abrió la puerta del automóvil y se preocupó de que Baekhyun estuviese cómodo antes de dirigirse al asiento del piloto. Puso en marcha el motor sin decir palabra, cuando BaekHyun le miró, vio que había una línea dura alrededor de sus labios, como si estuviera emocionado

Siento que hayas tenido que soportar eso —dijo —. Jessica es una arpía.
—No importa —aquello le hizo reaccionar, y las lágrimas comenzaron a rodarle por las mejillas.
ChanYeol maldijo y detuvo el automóvil, ofreciéndole un pañuelo, pero el menor no dejaba de llorar. Estaban a unos cuantos kilómetros del castillo y ChanYeol decidió continuar, conduciendo más rápido que de costumbre. Minutos después detuvo el vehículo frente al castillo.

BaekHyun no esperó a que le abriese la puerta. Los insultos de Kris, le habían hecho que su calma se rompiese y casi se sintió sucio.
Pudo oír a ChanYeol llamándolo, pero no se detuvo. Quería estar solo, dejar que las lágrimas limpiaran y alejasen el recuerdo de las palabras de Kris.

Pierre detuvo a ChanYeol en el vestíbulo para hacerle una consulta, y BaekHyun aprovechó para subir a la habitación, dejándose caer sobre la cama para que la tormenta emocional que lo bloqueaba desde que había estado encerrado en el sótano tuviese camino libre. La amabilidad de ChanYeol había hecho que mantuviese sus emociones bajo control, con los sentidos alerta para cualquier peligro que rompiese la frágil paz que existía entre ellos.

—BaekHyun —dejó que ChanYeol lo girase y revisara su húmedo rostro —. Podría matarle por esto. Y también a Jessica. Supongo que no vale la pena decirte que aquel hombre no te hubiese hecho feliz, que solo te quería poseer.

Sintió los brazos duros y cálidos de su esposo. Quien se había quitado la chaqueta y BaekHyun apoyó la cabeza instintivamente contra su pecho. Se aferró a ChanYeol mientras él lo acariciaba con ternura, olvidando sus buenas intenciones porque el anhelo se apoderó del menor y sus dedos comenzaron a moverse sobre los pequeños botones, desabrochándolos. Extendió las manos, sintiendo los latidos de su corazón, y el ligero vello debajo de sus sensibles dedos. Cerró los ojos temblando por el deseo que ya no podía negar.
Tenía los labios secos cuando los apretó contra su cuello.

—¿ChanYeol? —levantó el rostro, sin importarle ya lo que revelaba, apretando su cuerpo contra el del mayor, mientras buscaba sus labios.
—BaekHyun, no lo hagas más difícil para mí —le rogó él —. Por lo menos déjame algo de dignidad. Si no me voy ahora, nunca podré dejarte ir y aunque te prometí que jamás forzaría mis atenciones de nuevo sobre ti, estoy muy cerca de romper esa promesa. ¡Oh, Dios, BaekHyun!

La emoción de su voz lo hizo pasar de la amarga desesperación, a la incredulidad. De pronto él gimió encontrando su boca y besándolo de tal forma que rompió todas las barreras. BaekHyun se aferró a su esposo con emoción, murmurando incoherencias por el deleite al sentir que su boca se movía sobre sus labios.

—Detenme, BaekHyun —gimió él de pronto, rojo por el deseo que no trataba de ocultar —. Detenme, antes de que sea demasiado tarde.
—No quiero hacerlo.

La confesión le detuvo. Se quedó mirándolo un momento y respiró como si el esfuerzo le hiciera daño, luego le acarició las mejillas, murmurando apasionado:

—Me dije que nunca haría esto; que nunca me rebajaría a un chantaje sentimental; pero entonces no supe lo desesperado que estaría. Quédate conmigo, BaekHyun. Déjame enseñarte a amarme. Tal vez nunca puedas amarme de la forma en que yo te amo, pero deja que no te sea indiferente —le levantó la barbilla —. El día que hicimos el amor por primera vez, fue el más memorable de toda mi vida. Me había convencido de que solo eras otro fértil... deseable, pero nada más. Seguía recordando que me habías desilusionado en una ocasión, que no eras distinto a los demás—tomando una de sus manos —. Te había obligado a casarte conmigo, pero eso no era suficiente. Me torturaba cada vez que te tocaba pensando en todos los hombres que te conocieron antes que yo. Quería poseerte por completo, un deseo ilógico que no tenía sentido —sacudiendo su cabeza —. Y luego, cuando descubrí que me había equivocado, no puedo describirte lo que sentí, cómo me odié y desprecié, sin embargo, eso no impidió que te desease. Desde entonces, nunca podrás saber las veces que quise que me correspondieras, para poder obtener la satisfacción física que sabía que podíamos conseguir juntos y rogaba para que llegase el amor. Sabía que tendría que dejarte libre, pero luego me enteré de que en tu vientre llevabas a mi hijo. ¿Me odiarás si te digo que me alegré? ¿Qué me sentí contento porque me ofrecía una excusa perfecta para detenerte? Al igual que Jessica me dio una excusa para casarme contigo. 

—¿Me odiarías si te digo que me alegré, que deseaba ese hijo tuyo solo un poco menos de lo que deseaba tu amor? —murmuró BaekHyun tembloroso.

Se hizo silencio durante un momento, después ChanYeol le rozó los labios con delicadeza, y cuando BaekHyun le abrazó, se mantuvo apartado observando su rostro.

—Quiero que estés muy seguro, amor mío —dijo con cariño —. No tienes por qué avergonzarte de reconocer que te excito. Soy el primer amante que conociste y tienes una naturaleza muy apasionada.
Digo esto porque mi amor es tal, que la pasión física no será suficiente para satisfacer mi necesidad de ti. Te quiero, BaekHyun, y te advierto que si te quedas conmigo, te poseeré por completo y nunca te dejaré libre.
—No es simplemente tu físico lo que deseo —respondió BaekHyun con dulzura —. Te amo. ChanYeol. Ha sido una tortura vivir contigo así. Cada vez que me tocas yo... —se ruborizó, sus emociones estaban demasiado recientes para ponerlas en palabras.

—¿Tú qué? ¿O quieres que lo diga por los dos? Cada vez que te miro, me consume la necesidad de acariciarte y cuando lo hago, quiero seguir acariciándote y que tú también me acaricies. Así

Lo atrajo hacia sí, besándolo con ternura, antes de apartarlo un poco, pero como dijo, no era bastante y BaekHyun le abrazó a su vez, rogándole con los ojos que no lo soltase.
Él titubeó observándolo como si todavía dudase de su amor y BaekHyun supo que ya no debía haber más dudas, ni malos entendidos entre ellos. Le deslizó las manos sobre los hombros y comenzó a besar su cuello. Le sintió tenso pero cuando sus labios se entreabrieron, ya no hubo necesidad de palabras, su beso borró todo, excepto la necesidad que sentían ambos.
Luego de estar juntos, lo que se sintió el tiempo adecuado para aquella espera, ChanYeol lo soltó, emocionado.

—Si no te conociera, tal vez te preguntaría cómo hiciste para aprender a excitar tanto a un hombre.

—Pregúntame. Te lo diré de todas maneras. Aprendí de mi esposo... a quien amo mucho.
—Y quien te ama, pero no se atreve a demostrarlo en este preciso momento —se quedó mirando su cuerpo y sonrió bromeando —. Por primera vez encuentro que estoy resentido con la presencia de nuestro hijo, pero más tarde, después de que nazca... —de pronto se levantó de la cama —. Me enamoré de ti cuando tenías dieciséis años, el verano que pasé en casa de mi tía. Eras un capullo de rosa, perfecto, sin abrir. Sabía que te sentías atraído por mí, pero yo era un hombre mayor y hubiese sido criminal poner en práctica lo que pensaba —suspirando —. Pero no podía dejar de pensar en ti, en cómo sería enseñarte todo sobre el amor, en sentir tus tímidas respuestas y más tarde, el ardor que sabía yo que eras capaz de..., y luego, recibí esa carta. ¡Casi me volví loco! Habías tocado mi punto más vulnerable. Yo pensaba que era un hombre de mundo, pero estaba siendo engañado por un fértil de dieciséis años, que parecía una criatura, pero tenía el conocimiento de un joven experto. Tenía que irme. Si me quedaba te hubiese poseído, no lo habría podido evitar —denotando un lamento en su tono de voz —. Era como una enfermedad y aunque te despreciaba, por lo que yo pensaba que eras, seguía deseándote. Los años pasaron y me dije que te había olvidado, pero no. Y luego, te vi otra vez y recordé todo, seguía deseándote.

—Yo no escribí esa carta —le dijo BaekHyun, adormilado —. Fue Sally. Cuando la leí no entendí ni la mitad de lo que decía, pero más tarde, al marcharte, me enteré y cuando lo hice, me sentí tan asqueado y herido de que pudieses pensar que yo era así, que me dije que te odiaba porque habías destruido mi inocencia.

ChanYeol gimió y lo abrazó de nuevo.

—¿Me perdonas? Era porque te amaba. Mi amor me cegó a la verdad. Tal vez hasta quería pensar lo peor de ti. Para que de alguna manera, mi deseo por ti fuera más comprensible. ¡Qué tonto fui! Cuando te entregaste a mí, con tan inocente abandono, casi me volví loco. Cuando te encontré en el claro, quise castigarte por haberme asustado tanto. Creí que me habías abandonado y luego cuando comenzamos a hacer el amor, la furia se apoderó de mí, y deseé borrar de tu mente a todos los hombres que suponía te habían conocido. Cuando me di cuenta de que todo era ficción, era demasiado tarde para echarme atrás...

—Y yo no quería que lo hicieras —dijo BaekHyun soñador —. Creí que estabas escandalizado por mi respuesta... y luego me acusaste de estar experimentando.
—Porque creí que era eso lo que hacías. No podía creer que realmente me querías, si lo hubieses sabido, el entregarte así a mí, fue el peor castigo que podías haber ideado. Te había poseído, sí, pero no era suficiente, y supe que pasase lo que pasase en mi vida, esos momentos serían mi recuerdo más valioso. Te amo, BaekHyun, demasiado como para dejarte ir alguna vez. Nunca sabrás lo que sentí cuando creí que habías desaparecido. Creí haberte perdido, que me habías abandonado y cuando descubrí la verdad, le hubiera retorcido el cuello a Jessica hasta matarla. Hoy, cuando te vi con Kris, pensé que debías amarle. Le vi hablando contigo y te vi palidecer. Cuando le escuche insultarte, quise decirle lo estúpido que era y sin embargo, me alegré. Sabía que tenías demasiado orgullo para rogarle, y pensé que enterarte de que nunca te había amado, te haría volver a mí...

—Y yo creí que toda tu ternura era porque te apiadabas de mí, y porque querías a nuestro hijo. Jamás soñé que me amarías. Sigo pensando que me estoy imaginando todo y que voy a despertar, solo...

ChanYeol le besó la mano, luego le apretó los dedos.

—Nunca volverás a despertar en ninguna parte, excepto en mis brazos —le prometió apasionado —, nunca...

 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora