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Cuando se despertó, BaekHyun se dio cuenta de que algo había cambiado. Para empezar, no estaba solo en la cama. Al volver la cabeza vio a ChanYeol acostado junto a él, con el cabello alborotado. Reprimió el deseo de tocarle, se levantó de la cama, y anduvo por la habitación sin hacer ruido mientras cogía su ropa y se dirigía al baño.

El agua disipó la sensación de languidez con la que había despertado y se quedó en la ducha más tiempo de lo normal. De forma inconsciente, se quedó observando a su cuerpo, y los cambios que estaban ocurriendo.

—¿Te molesta tu estado y el hecho de que es mi hijo?

Las duras palabras hicieron que se quedase quieto al ver a ChanYeol, el susto hizo que la sangre le corriese con rapidez por las venas cuando él deslizó la mirada sobre su cuerpo desnudo.

BaekHyun comprendió que lo deseaba de nuevo.

—¡No! —su gemido de protesta fue ignorado.
Regresó a la ducha pensando que ChanYeol no lo seguiría hasta allí, pero sí lo hizo, y lo abrazó. Sabía que los hombres podían sentir deseo sin amor, pero la intensidad con la que ChanYeol se comportaba, sobre todo después de la noche anterior... lo confundió.
—No me digas que no me deseas, BaekHyun —dijo cuando el intentó apartarle —. Tampoco que no dejarás que te haga el amor, cuando cada movimiento de tu cuerpo me ruega que te posea.
—¿Hacerme el amor? —preguntó BaekHyun, histérico —. ¿Cómo puedes llamarlo así? —las lágrimas le cegaron, sin embargo, percibió la furia de ChanYeol.
Éste deslizó sus manos por la espalda del joven fértil, atrayéndolo hacia sí.
—¡Yo no te deseo! —sabía que era mentira, pero tenía que conservar su cordura, para evitar que la pasión hiciera estragos sobre él.
—¿Ah, no? —lo soltó con facilidad, y observó coger la toalla.

El menor dejó en el baño, deseando que hubiese alguna manera de encerrar allí a su esposo, mientras terminaba de vestirse. Aunque lo soltó, la pasión seguía en sus ojos. Los dedos le temblaban, mientras se secaba con rapidez.
Enseguida sacó la crema que se aplicaba sobre su piel. Ocupado en esa tarea, no se percató que ChanYeol había salido del baño, y se encontraba detrás de él, hasta que sintió su respiración sobre su cuello. Se movió hacia adelante, pero los brazos de ChanYeol lo aprisionaron.
—¿Qué estás haciendo? —se quedó mirando el brillo de su piel y BaekHyun reconoció, que tal vez sin querer, sus actos podían parecer provocativos a quien lo viese.
Aun así, se ruborizó. Si iban a seguir casados, exigiría dormir en habitaciones separadas. No podría soportar más tiempo esa intimidad, a pesar de que cuando terminase, le dolería.
—Me aplico crema para que no se me estropee la piel. ChanYeol, me gustaría tener mi propia habitación —añadió.
—¿Por qué? ¿No quieres que vea a mi hijo crecer en tu interior?
Sus palabras lo conmovieron al saber que ambos querían lo mismo, pero para ocultar su reacción dijo:
—Muchos hombres encuentran desagradable ver a un joven fértil embarazado.
—¿Y quieres evitarme ese desagrado?

Su tono dio a entender que no le creía y para consternación de BaekHyun, le quitó el tubo de crema, lo destapó, vertiendo un poco del contenido sobre su palma, acercándolo a su cuerpo con su otra mano, estando cerca, comenzó lentamente aplicarle la crema, con un suave masaje a la piel de su vientre, la cual se expandía para albergar al hijo de ambos.

—No me es desagradable tu aspecto, incluso si nuestro hijo esta modificándolo, BaekHyun, al contrario, me parece insoportablemente erótico —acariciando con suavidad su piel, distribuyendo la crema en su abdomen.
BaekHyun hubiese querido protestar, pero no pudo...
Él se detuvo un momento.
—Dicen que la mañana es la mejor hora para hacer el amor —susurró de forma apasionada cuando dejó de acariciarlo, cogiéndolo en sus brazos —. Ódiame todo lo que quieras, BaekHyun, pero no puedes negar que me deseas.

Era cierto, no podía. Los ojos se le llenaron de lágrimas al mirar con impotencia el rostro de su esposo. Había algo casi obsesivo en el deseo que sentía por él, algo que le llegaba al alma y que sin embargo, lo horrorizaba por su intensidad.
—¡Eres un maniático! —protestó histérico —. ¡Me estás degradando!
—¡Dios mío! —exclamó furioso —. ¡Me dan ganas de enseñarte exactamente lo que quiere decir esa palabra!
—¡Ya lo has hecho…! Me acusas de moral relajada y lo que es peor, me haces concebir a tu hijo y me utilizas para saciar tus deseos... ¿Qué más piensas hacerme?
—¡Esto! —le dijo entre dientes, obligándolo a recibir un beso que lo humilló.
—¡El niño! —gimió en cierto momento, aterrorizado por la violencia que vislumbró en el rostro de ChanYeol.
—Está a salvo, querido. Tuviste la oportunidad de reconocer que podía excitarte, que sentías deseo, pero preferiste negarlo, para rebajarme, entonces, estoy decidido a saciar nuestro primitivo deseo físico y para no desilusionarte, eso es exactamente lo que haré.

Horas más tarde, BaekHyun pensó que había sido una lección que nunca olvidaría. Estaba agotado, sin fuerzas para llorar, y maldiciendo el día que llegó al castillo de Chauvigny.
No podía negar que en parte, la culpa era suya. El haber llamado a su relación degradante, pareció desencadenar en ChanYeol una furia que nunca hubiese creído que poseyera. Tenía que levantarse.
Casi era la hora del almuerzo y no sabía qué excusas habría dado ChanYeol a sus invitados. La mayoría de ellos se habría ido después de desayunar y BaekHyun deseó que para cuando el bajase, ya se hubiesen ido todos. Su rostro descolorido y sus ojos cansados contaban su propia historia. Se estremeció, a pesar del calor de la habitación.

De ahora en adelante dormiría en la habitación de la torre aunque ChanYeol protestara. ¡Si quería saciar sus deseos en el futuro, lo tendría que hacer con otro!
Todo el amor que había sentido por él había desaparecido... o por lo menos eso creía mientras se vestía lentamente.

 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora