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—¿No te dije que no me gusta la mercancía usada?

La llegada de un hombre con sus pertenencias le impidió contestar. El ama de llaves entró detrás de él, con malicia y curiosidad miró primero a BaekHyun y luego a ChanYeol.

—Tal vez al nuevo conde le gustaría que le enseñara el castillo, cuando tenga tiempo. También está pendiente el asunto de la cena que el señor conde tenía planeada para la próxima semana... —insinuaba la falta de responsabilidad y no la falta de ganas de ChanYeol de hacerlo, debido a su nuevo estado matrimonial.

—Asistirán otros viñadores locales —explicó ChanYeol con frialdad —. Me gustaría hablar con ellos sobre sus puntos de vista sobre la cosecha de este año.
—Otros años madame Jessica hacía el papel de anfitriona —interrumpió el ama de llaves en un tono de voz, que hizo saber a BaekHyun la razón de su hostilidad.

Se notaba que ella consideraba a Jessica una persona más apta que él para ser la nueva condesa.
Para sorpresa suya, BaekHyun respondió:

—Estoy seguro de que todo saldrá perfectamente La vendimia y todo lo referente a la cena de los compradores. Imagino que ellos estarán acostumbrados a quedarse a pasar la noche, ¿verdad?

ChanYeol asintió.

BaekHyun comenzaba a formarse una idea. Estaba enterado de esas cenas y quiso acabar con las miradas de ChanYeol y de su ama de llaves, demostrándoles lo que podía hacer un joven fértil, inglés, como anfitrión cuando se lo proponía.

—Estaré listo para dar una vuelta por el castillo cuando me haya cambiado —le dijo al ama de llaves.

La mujer quedó desconcertada al ver que BaekHyun se negaba a dejarse intimidar por su frialdad, y BaekHyun decidió que ése era tan buen momento como cualquier otro para reforzar el hecho de que ahora, él también era dueño del castillo, aunque solo fuese temporalmente.

—Nos gustaría tomar un café —añadió con calma —. ¿ChanYeol, quieres algo de comer?
Si su marido se sorprendió ante esa repentina muestra de preocupación propia de un esposo, no lo demostró.
—Café, será suficiente.
BaekHyun vio que el ama de llaves apretaba los labios mientras obedecía la orden, y supo que ésa era la primera batalla en lo que amenazaba ser una dura guerra.
Cuando la mujer se fue, ChanYeol le preguntó a BaekHyun con brevedad:
—¿Qué ha sido todo eso?

—Me sorprende que un hombre con tu percepción necesite preguntar —replicó BaekHyun con sequedad —¿Acaso no notaste que hubiera preferido que te casaras con Jessica?
—No me había dado cuenta, aunque pensándolo bien, Jessica me la recomendó. Siempre ha hecho bien sus labores.
—Estoy seguro de que sí ¬—dijo con tranquilidad ¬—. Si deseas que ella siga llevando esta casa, ChanYeol, dímelo por favor, no me importa, aunque sospecho que si realmente te hubieses casado con el joven fértil tímido, que estabas decidido a buscar, madame Gertrude no hubiera perdido tiempo en ponerlo en su lugar.

Se volvió para prestar atención a sus pertenencias, pero sabía que ChanYeol lo observaba con atención, y cuando se dirigió al vestidor con un montón de ropa, él habló:

—Ahora eres el dueño de este castillo, BaekHyun —hizo una pausa —, pero te advierto que si no funciona con la misma eficiencia que en el pasado, no tendré ningún reparo en darle a madame Gertrude autoridad para que lo dirija de nuevo.

Media hora más tarde, mientras BaekHyun tomaba el café medio frío que una muchacha joven acababa de llevar a su habitación, pensó que fue su primera advertencia evidente. Se había vuelto a poner su traje de lino y estaba solo en la habitación, ya que ChanYeol decidió no esperar toda la tarde una taza de café.

Le oyó llamar al perro cuando salió de la casa y por el ruido de los cascos del caballo en el patio, supuso que se había ido a inspeccionar las viñas. Cuando el ama de llaves le acompañó a ver el castillo, no comentó nada sobre el café.
El castillo era más grande de lo que había imaginado, estaba construido alrededor del patio cerrado, un ala estaba dedicada a los establos, garajes y bodegas.

Una de las otras tres tenía un enorme salón de baile, que no fue necesario que le dijeran a BaekHyun que era la Galerie des Glaces del Château de Versailles, aunque en escala más pequeña. La habitación necesitaba una mano de pintura. Por el polvo, era evidente que no había sido usada en mucho tiempo.

—Cada uno de los Chauvigny, cuando se casaba, celebraba un baile en esta habitación para la nueva esposa o esposo —explicó con acritud el ama de llaves, y BaekHyun supo que quería enfatizar el hecho de que ChanYeol no había hecho tal cosa; sin embargo, la ignoró.

El tenía sus propios planes para el salón de baile, que se le ocurrieron cuando se dio cuenta de lo adecuado que sería, para lo que tenía en mente.

—Necesita limpiarse y pintarse —fue su único comentario, pero el ama de llaves no pudo aceptarlo sin una objeción.
—Solo el señor conde tiene autoridad para dar tales órdenes.

BaekHyun perdió la cuenta del número de habitaciones que poseía el castillo. Muchas estaban cerradas, y con los muebles tapados;  cuando el ama de llaves le enseñó la torre sur, lugar que antiguamente había  pertenecido a la muchacha rusa que fue raptada por el capitán de Napoleón, BaekHyun suspiró.

Los cuartos eran fríos y muy pequeños; una de las habitaciones tenía las paredes tapizadas en seda de color verde pálido y una ventana cubierta con el mismo material; la cama estaba rodeada con cortinajes de seda que caían de un aro dorado colocado en el techo. Parecía más bien el cuarto de una niña, en vez de una mujer, era tan alegre como lo sería su propietaria, antes de que aquel hombre la raptara. Y sin embargo, llegó a amarle.

BaekHyun se estremeció

Dentro de la misma habitación contempló una escalera caracol que conducía a un salón en la planta baja de esa ala del castillo. Era un salón muy acogedor. Resultaba fácil imaginarse allí a la muchacha rusa, tal vez soñando con su hogar, sola y pérdida, hasta que su rebelde corazón la traicionó y se enamoró del hombre que la había metido en esa jaula de oro.

—Utilizaré esta habitación como oficina —le dijo BaekHyun a la señora Gertrude.

La mujer mostró su rechazo y murmuró algo, que BaekHyun no alcanzo a escuchar, mientras lo precedía a la parte principal de la casa.
Las cocinas eran lo último en el programa; enormes cuartos que daban al patio. La cocinera, una mujer de mediana edad, vestida de negro y con el cabello recogido en un moño, estaba ocupada dando órdenes a varias camareras que reían, hasta que la visita de BaekHyun las interrumpió, y pensó que si bien la mujer debería ser amonestada, a él le simpatizó, lo que no había sucedido con el ama de llaves.

—Tendremos que hablar de la cena para los invitados del señor conde —dijo BaekHyun, ignorando la desaprobación del ama de llaves —. Y procuraremos asegurarnos de que el café esté caliente cuando llegue a destino.

El ama de llaves frunció el ceño y le dirigió una mirada de censura a BaekHyun. La cocinera comenzó a decir algo, pero se calló cuando BaekHyun movió la cabeza para indicarle que hablaba demasiado deprisa.
Si le hablaba más despacio, podría entenderla.
El ama de llaves no le había dicho a ella nada del café, señalando que era evidente que el café debiese ser consumido caliente. Ella misma se encargaría de eso.

 [ChanBaek] Black MailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora