16. ESPOSA

5.6K 245 28
                                    

Capítulo dedicado a:  Espacioenblanco1432 wen200399 La_Palmera

 CAPITULO EDITADO


16

ESPOSA

El sol penetraba en la tierra de la misma manera que la lengua de Ethan lo hacía en la abertura de Sally.

Dos personas destinadas a estar más que juntas, dos personas que no sabían muchas cosas sobre ellos, pero con cada caricia y mirada profunda, les temblaba las piernas y el cuerpo no les respondía, se sentían tan cómodos de cualquier postura, se sentían tan felices, tan gloriosos.

Pero a Ethan le dolía la espalda, no tenían una buena postura así que con su fuerza bruta tomó a Sally de las piernas y las enrolló a su cadera y la empotró en la puerta de la camioneta. De sus labios pasó a su boca con un gran frenesí, se bajó los pantalones y le quitó el vestido con brutalidad.

— Ethan ¡Oh sí! Soy tuya mi amor ¡Oh diablos! ¡No aguanto más! ¡Cógeme duro! —Gemía Sally— ¡Te necesito ya!

Ethan no obedeció, se enfocaba en chuparle los pezones y a sobarlos. Le gustaba la textura y el color rosado y que fueran puntiagudos. Se los besaba con pasión y se los mordía con redención. Le besaba el vientre, y le lamía el ombligo, luego para molestarla, se detenía en su Monte de Venus, que era cierto estaba con ciertos vellos regados. Pero eso sí, no era lo mismo que su coño, este estaba tan bien depilado que podía hervir sopa en él y sería el mismo efecto que en una olla.

Sally se restregaba en su cuerpo para sentir el duro pene de Ethan bajo los bóxeres, se meneaba de arriba para abajo y liberaba toda su tensión enredando sus dedos en el cabello de Ethan. Ambos estaban empapados de sudor, las tetas de Sally lo estaban, en la espalda de Ethan desfilaban hasta perderse en su culo.

—No sé nada sobre ti...—logró murmurar Sally— Sólo lo superficial.

—¿Qué quieres saber? —le preguntó mientras se sacaba la pija y se la metía hasta al fondo con violencia y sin clemencia ni paciencia.

Entraba y salía con fiereza, y sus tetas saltaban coordinadas. Le empezaron a doler, era demasiada intensidad. Ella lo abrazaba para no desplomarse y gritaba de dolor y placer. Ethan gemía y gruñía y no se detenía en cada embestida. Eran demasiado rápidas y profundas, y con una verga tan gruesa y larga como la de él, la estaba volviendo loca, los cojones sonaban como tambores mientes chocaban sin delicadeza en sus paredes y eso era música para sus oídos.

— Quiero...más...duro—logró articular Sally.

Y así pasó.

Ethan obedeció y la rompió en dos. Fue fácil, ya que él es una bestia del sexo. Ella llegó a Clímax primero, soltando un tremendo grito hasta quedar sin voz. Y Ethan, después de su orgasmo se quedó aún de pie, y todavía adentro hasta la madre en el coño de Sally, sintió la maravilla de la mezcla de sus jugos y se acurrucó en el pecho de ella.

— Dime si te lastimé, Sally, por favor.

— Estoy bien—lo miró a los ojos y lo besó lentamente— contigo siempre estoy bien. Ahora déjame ir, la grúa puede venir en cualquier momento.

—Claro, si la hubiera llamado.

—¡Qué estás demente! ¡No voy a pasar todo el día aquí! ¿Cómo se te ocurre Ethan? ... Espera, ¡era mentira! Nunca se acabó la gasolina.

Nosotros Es Igual A NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora