7. PAT A LA CARGA

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CAPITULO EDITADO 

Maratón 1/5

7

PAT A LA CARGA

Pat llegó cinco minutos antes de que Ethan llegara, apenas se habían saludado. Ella estaba en la cocina sirviendo un vaso de agua para él. Escuchó que alguien llamó a la puerta y fue a abrir. Ethan se mostró muy extraño, y ella lo notó. Tal vez había sido la presencia de Pat...

—Es un vecino—respondió Sally cuando Pat le pregunto quién era Ethan—Es tarde... ¿qué se te ofrecía?—preguntó ella muy amable. Sentándose en la sofá.

—Vine a dejarte una cosa—dijo Pat, sonriéndole y apretando ese hoyuelo profundo, él sacó de su billetera dos aretes plateados de corazón con un pequeño diamante original.

—Antes de que digas algo, me los entregaste cuando estábamos bailando, después de besarnos. Por eso he venido a devolverlos.

Sally con la boca abierta sabía perfectamente que esos aretes eran de ella, se los había dado su padre de graduación del colegio, le traían muchos recuerdos buenos, siempre los usaba cuando se iba de fiesta. Y esa vez estuvo tan borracha que se los entregó a un desconocido.

—Gracias, soy muy torpe a veces. Gracias por ser honesto. Tienen mucho valor para mí.

Pat estaba atraído por los labios de Sally y su encanto natural y dulce, pero no iba a hacer nada esa noche, a menos que ella insistiera, que ella diera el primer paso. Debía de darle buena imagen a Sally si quería tener contacto con ella, era una mujer muy hermosa y carismática, no podía perder otra oportunidad. Después de que la estuvo buscando por horas en ese bar, se dio por vencido al no verla, pero también estaba preocupado por ella y eso Tom lo sabía, y también le gustaba demasiado, parece juegos de niños pero recuerda bien esa noche. A los dos le gustaba pero solo uno podría tener la posibilidad de tener algo con ella.

—Es mía, yo la vi primero, así que es mía —había dicho él—no se te ocurra intentar nada.

Ahora estaba en su apartamento de nuevo con unas ganas de besarla terribles.

—De verdad gracias—le volvió a agradecer—¿Qué puedo hacer por ti?

—¡Oye me ves cara de aprovechado! No te pediré nada a cambio. Es lo menos que puedo hacer, me comporté como un imbécil contigo hace días. Dejé que estuvieras sola.

—Mmm yo no lo recuerdo así... Es que ni Tom ni tú pudieron conmigo. Y se los advertí.

—Te equivocas, tú fuiste la que desapareció.

—Tú te dormiste.

—Buen punto...creo que lo mejor es que me vaya.

-—Si gustas... o puedes quedarte un rato más—dijo ella con una sonrisa malvada plasmada en su cara—Podemos dejarnos llevar sólo un poco, cariño eres pésimo ocultando emociones. Sé que quieres lo mismo que yo en estos momentos.

Ella solo pensaba en Ethan, quería volver a sentirlo dentro de ella, pero no era posible, así que usaría al pobre iluso de Pat para saciar sus necesidades.

Pat se acomodó en el sofá y sonrió tan perversamente que hizo que la piel de Sally se estremeciera, que sus vellos se levantaran y que su garganta se secara. Los ojos café de Pat la miraban detalladamente por todo su cuerpo sin perderse de nada.

—¿Y qué es lo que crees que quiero?—preguntó él.

Ella se levantó de su asiento y lentamente dejó los aretes en la mesilla de estar y de un arrebato se sentó en las piernas del chico.

Nosotros Es Igual A NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora