Nosotros Es Igual A Nada

31. ¿COMENZÓ?

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¿COMENZÓ?

Se encontraban en el pasillo de espera de un hospital privado, sólo esperaban los resultados impacientemente preocupados por Colton, Sally se encontraba rezando por su padre, Alec comiéndose las uñas por la ansiedad, aunque ya era normal que se las comiera. Y Ethan estaba buscando café para los hermanos para que se mantuvieran despiertos porque aún era de madrugada.

Todo había sucedido tan rápido, nadie se imaginaba que Colton sufriría un paro cardíaco y que en esos momentos desde la noche que fue ingresado al hospital, no habían tenido una respuesta concreta sobre su estado actual de salud, se sabía que estaba muy delicado, pero no sabían si iba a seguir con vida. Sally sentía una terrible culpa en su pecho, de algún modo presentía que había sido su culpa, todo se debía al estrés que su boda rápida había creado, si hubieran esperado más, tal vez Colton hubiera soportado toda esa presión.

Aunque ninguno sabía la verdadera razón que afectó el corazón de Colton en segundos, pero pronto lo sabrían.

Alec observó venir a Ethan y corrió a tomarle un café de las manos y le agradeció. Sally sólo observó a Ethan y derramó un par de lágrimas de tristeza y dolor, cada lágrima por un motivo. Su padre estaba en peligro de muerte e iba a cancelar su boda.

Ethan se acercó y la abrazó.

—Calma, pronto nos dirán que sucede. Ten fe, tu padre estará bien. — Intentó animarla, pero parecía en vano.

Estamos aquí hace horas y no hemos recibido una respuesta de su salud. Tengo miedo de que muera, no quiero que muera, Ethan. ¿Y si ya murió y no nos quieren decir nada?

Tranquila, si eso hubiera pasado hace horas hubiéramos salido de aquí. Te prometo que todo estará bien, no porque lo sé, sino porque se están tardando mucho en darnos una respuesta. Si se siguen tardando, hay esperanza.

Él no terminó el abrazo, lo mantuvo hasta que Sally pudiera establecer sus nervios, él la amaba tanto y le dolía que ella estuviera pasando por la misma situación que él había pasado con la muerte de sus padres, primero la de su madre y luego la de su padre. No pudo ocultar sus lágrimas al recordar a sus padres, y al ver a Sally sufriendo.

—Ethan, tengo que decirte algo, puede que te moleste... pero tienes que entender.

—No me molestará, lo prometo.

—No nos podemos casar, no ésta semana. No debemos, me gustaría esperar a que papá esté mejor.

Ethan sólo sonrió y le dio un beso en la frente.

—Lo sé amor, no me molesta para nada. Entiendo perfectamente. Sólo no me devuelvas el anillo—intentó bromear Ethan.

— No te voy a dejar libre tan fácilmente Ethan, viene un bebé en camino, no lo olvides.

—¡Al fin! ¡Ya era hora! ¿Cómo está mi papá doctor?—gritó Alec temblando.

Ethan y Sally voltearon a ver y se levantaron al mismo tiempo para escuchar y hacer preguntas.

—Logramos estabilizarlo por completo, necesita mucho reposo, se encuentra muy, muy delicado. Su padre sufrió un paro cardíaco casi fulminante. Escuchen muy bien, la situación de su padre cambiará para siempre, su estado es muy complejo, no será el mismo de antes. Si no lo hubieran asistido de inmediato, su padre estaría muerto, al parecer había padecido de dos infartos anteriormente ¿Tenían idea de eso?

—No doctor, no vivimos con él pero jamás nos dijo nada, ni recibimos ninguna llamada de un hospital— aseguró Sally preocupadísima.

—Su padre se encuentra muy débil y no pueden pasar a verlo en estos momentos, vayan a casa y regresen más tarde. Dejaremos a su padre en control dos días más. Sólo quiero que se mentalicen de algo, su padre los necesitará mucho a partir de ahora, mucho más que antes. No podrá ni siquiera subir un escalón. Tienen que ser muy fuertes. Los veré otro rato, vayan a descansar.