Nicholas
La cabeza está que me quiere explotar. Después de ir a la casa de Megan fui a un bar por unos tragos. Escucho que mi teléfono está sonando ¡Maldición mi cabeza!
Contesto de mala gana, ni si quiera me fije en quien era.
—¿Qué quieres? —contesto.
—Buenos días para ti también, hijo —habla mi padre.
Demonios.
—Lo siento, papá. Es que mi cabeza creo que va a explotar.
Ríe.
—Pobre del pequeño Nick —dice.
—Tal vez hoy no vaya a la empresa, no aguanto el dolor de cabeza.
Vuelve a reír el señor Drake Smith, y vuele a hablar:
—No me importa si te sientes mal, si te duele la cabeza o no. Te necesito en el bufete ahora. La reunión empezó desde hace veinte minutos y eres el único que falta. Mueve el culo, Nicholas —cuelga.
Mierda, no recordaba la junta.
Me paro de putazo de la cama, pero; no estoy en mi departamento. Este es el departamento de... Emma.
Escucho ruidos fuera de cuarto, los ruidos vienen de la cocina; Emma esta haciendo el desayuno. Entro y esta tarareando una canción que me gusta demasiado, Suffer de Charlie Puth.
Me acerco a la barra y hablo:
—Buenos días.
Se voltea y me mira sonriendo
—Buenos días, amor. ¿Cómo amaneciste? —pregunta.
—Bien, gracias.
Emma me acerca una taza de café y la recibo. Y ella también agarra otra taza.
—Emma —aclaro mi garganta —. ¿Qué fue lo que pasó anoche?
Se quedo en completo silencio, pero solo escuche una risa por parte de ella.—¿Enserio no te acuerdas de nada?
Niego.
—Por dios, Nicholas. ¡Tuvimos el mejor sexo del mundo!
—¿Qué?
Rueda los ojos.
—Anoche llegaste tan borracho, me dijiste que querías follar y pues lo hicimos, fue sensacional.
—¿Estas segura que en verdad tuvimos sexo? —hablo.
Emma simplemente asiente riéndose.
—Por supuesto que sí, mi vida.
—Emma, no sé cómo decirte esto... ¿Recuerdas el trato que hicimos hace dos años, antes de enredarnos? —pregunto.
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Ni Tú, Ni Yo ©
RomanceMegan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...