Nick
-Lamento lo que te hizo Emma -hablo sinceramente.
-No te preocupes, Nick. Ni siquiera me duele -sonríe.
-¿Por qué te golpeó? -Pregunto.
Megan bufa y rueda los ojos.
-Solamente porque le dije que era una idiota sin orgullo, y que valía tan poco. Era una pobre ridícula -se encoje de hombros.
Suelto una carcajada. No puedo creer que le haya dicho eso. Emma, debió de a verse cagado de la furia que tenía.
Ambos nos miramos por varios minutos. Esta parte me gusta muchísimo porque así puedo apreciar lo perfecta que es.
Carajo, es hermosa.
"Nicholas, compórtate. Megan no te puede gustar, no es tu tipo".
-Eres hermosa.
Megan se sonroja:
-¿Qué?
Carajo lo dije en voz alta. Pensé que lo había dicho en mi mente. Puta madre. Como fue posible que lo haya dicho en voz alta, maldición.
-Que estas hermosa, Megan. ¿No lo has notado?
-No. Me considero en la faceta de fea, siempre he tenido mi autoestima muy baja. Así que no.
-Pues me parece que ya es hora de que empieces a subir esa autoestima. Por favor, mírate -la señalo de arriba hacia abajo -. Eres muy hermosa. Eres única. Jamás vuelvas a decir que eres fea porque no lo eres.
Y además me gustas.
Ella se empieza a reír.
-Ok, está bien.
Me acerco lentamente hacía ella intentando llegar a sus labios.
Ella también se acerca a mí, estamos a punto de basarnos, y...
-Ya llegué -grita Sam entrando al departamento con bolsas.
Juro que te voy a matar, Samuel.
-Eh, bueno. Yo ya me tengo que ir -se aleja de mi y toma su pequeño bolso.
-¿No te quieres quedar a cenar? Compré algunas cosas para hacer la cena -dice mi amigo mientras va a la cocina a dejar las bolsas y cuando regresa vuelve a preguntar -. ¿Qué dices, Megan?
-Lo lamento. Tengo que irme, en verdad. Tal vez, en otro momento, ¿qué te parece? -sonríe ella.
Mi amigo asiente amablemente.
-Nos vemos luego...
-¡Espera! ¿Te irás sola a tu casa? -pregunta de nuevo.
-Sí.
-Es muy tarde para que andes sola por la noche. Nicholas...
-¿Sí? -digo.
-Llévala a su casa -me ordena.
-¿Qué? -respondo.
-No es necesario...
-Calla -la interrumpe Samuel -. Nick te llevará a casa. Tranquila.
Él nos empuja a ambos hacia la puerta y me avienta las llaves del auto mientras cierra la puerta del departamento.
Mierda
🦋
Megan
De nuevo iba a pasar.
Nos íbamos a besar, pero el maldito de Samuel interrumpió.
Obligó a Nick a ir a dejarme a mi casa creí que no lo iba hacer, pero sí lo hizo.
Tenía unas ganas de besarlo, carajo.
No.
Tengo unas ganas de besarlo.
Después del primer beso que nos dimos algo empezó a cambiar. No puedo decir que es amor, ¿o sí? No, no lo creo. Recién lo conozco, no me puedo enamorar tan rápido de él.
Existe el amor a primera vista, querida.
Yo no creo en eso subconsciente. Eso del amor a primera vista es muy ridículo. Tal vez te sientas atraído, solamente te llamó la atención esa persona y ya. No puedes decir que la amas porque ni siquiera la conoces.
Cada vez que estoy con él, dentro de mí se hace un huracán de emociones que ni siquiera yo puedo descifrar que es lo que verdaderamente siento.
Cuando estoy con él, siento una gran paz.
Me siento bien al lado de él.
El tono de llamada de mi celular hace que salga de mis pensamientos. Es un número que no tengo registrado.
¿Hola?
-Megan, hola. Soy Owen.
-Ah, hola.
-Quería preguntarte si estabas bien, si esta todo bien. Porque saliste huyendo de la cafetería.
-Eh, sí, sí. Esta todo bien. Era una emergencia, pero ya está todo solucionado.
-Me alegro.
-En verdad, te pido una disculpa por como Sali de la cafetería. Lo siento. Te lo compensaré, lo juro.
-Déjame pensar... que te parece si me lo compensas, el sábado en la noche yendo a cenar. ¿Aceptas o no?
Su propuesta me toma por sorpresa. Pero se lo debo.
-Me parece perfecto, Owen.
-De acuerdo. Entonces paso por ti a las ocho de la no...
Nicholas frena de golpe el auto, me arrebata el celular y cuelga.
-Oye, ¿qué te pasa? -le digo.
-¿Estás hablando con el idiota de Collins?
-Sí. ¿Por qué?
-Como se te ocurre hablar con ese idiota. ¿Qué tienes en la cabeza?
No contesto, me quedo callada. Su reacción me toma completamente por sorpresa.
-¡Contéstame, maldita sea! -me grita.
Como puedo me bajo del auto y corro lo más que puedo.
-Megan...
Escucho que el idiota me grita, pero lo ignoro. Lo único que me importa es correr y alejarme de él.
No quiero estar cerca de ese imbécil. Las cosas que me estaban pasando con él se lastimaron.
No quiero tener nada con él.
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Ni Tú, Ni Yo ©
عاطفيةMegan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...