Nick
—¿Qué carajos haces aquí, pedazo de mierda? —pregunto mientras me paro aun lado de Megan.
Owen empieza a reírse.
¿Qué le causa gracia a ese idiota? ¿A caso tengo monos dibujados en la puta cara o qué?
—Amigo...
—No. No me llames amigo. No somos amigos —digo.
Él hace una cara de lástima.
Ja.
Hipócrita.
—¿No crees que sería mejor olvidar todo lo que pasó? Lo pasado es pasado, Smith. Supéralo, ¿quieres? —dice.
¿En serio me sale con esa mierda?
—¿Superarlo? Eres un maldito hipócrita. ¿Piensas que de la noche a la mañana se supera por todo el jodido daño que me hiciste?
Se pone enfrente de mí y empieza a hablar.
—¿Tienes una jodida idea de lo que yo también pasé? Yo también sufrí, Nicholas. Yo la quería, yo me enamoré profundamente de Annie. La amaba como no tiene una jodida idea. Siempre estuve con ella —sus ojos se ponen rojos.
—Tú tuviste la culpa de todo —hablo en voz baja mirándolo a los ojos.
—No, claro que no...
—Claro que sí, Owen. Si tú jamás la hubieras conquistado ella aún seguiría viva.
—Yo no la conquisté. Ella sola vino a mí. ¿Por qué? Fácil, nunca fuiste suficiente para ella —hace una pequeña pausa y vuelve a hablar —. Siempre he sido mejor que tú, Smith. Ella era feliz al lado mío. Aún recuerdo sus gemidos cuando le hacía el amor. Sus besos. Sus caricias. Sus toques. Sus abrazos. Su hermoso rostro. La forma en que la tocaba. Era jodidamente hermosa. Ella fue más mía que tuya. Si en verdad te hubiera querido, jamás te hubiera engañado...
—¡Basta! —le meto un puñetazo en la cara y lo empujó hacia atrás. Megan se pone en medio de nosotros evitando que le de otro golpe. Owen sonríe limpiándose la poca sangre que le sale de la nariz. Él, intenta golpearme, pero Megan alcanza a agarrar su brazo antes de que me soltara el golpe.
—¿Qué carajos les pasa a los dos? Maldita sea. Owen vete.
—Bonita...
—Dije que fueras, Owen.
—Está bien, bonita.
¿Bonita? Ahora ya le puso apodos románticos, idiota.
—Me la vas a pagar, Nicholas. Te lo juro que me las vas a pagar, maldito hijo de puta —me dice mientras empieza a caminar para irse.
Él se va y Megan me suelta y me dice:
—¿Qué te pasa?
La ignoro y camino hacia la entrada.
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Ni Tú, Ni Yo ©
RomanceMegan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...